Los vientos siempre favorecen a quienes están en el poder. El Ejecutivo tiene oficinas, personal, presupuesto y todo el aparato de comunicación del Estado a su favor, y gracias a esa maquinaria posiciona su discurso y estrategia confrontacional. Por eso existe el Estado de derecho para limitar el poder de los gobernantes y garantizar los derechos y libertades de los ciudadanos.