El presidente que dice que “no ve televisión”, inmediatamente después de propalado un reportaje en Punto final, destituye por tuit al ministro de Salud, quien fue pillado en un pitufeo de dinero en efectivo que tenía en su despacho, utilizando trabajadores de confianza para depositar cantidades pequeñas e iguales a la cuenta de su exconviviente. El eufemismo que utilizó el titular de Justicia sobre este acto irregular, sospechoso, revelado por la prensa, es que fue un “error administrativo”. Han pasado 72 horas y desde la “hiperactiva” respuesta digital y aún (hasta la hora de escribir esta columna) no hay reemplazo en un ministerio tan importante como es el de Salud.