Desde niña tuvo claro que iba a ser cantante. Ni los comentarios malintencionados ni la falta de recursos la detuvieron. Con un préstamo bancario que su mamá pidió, viajó en una maletera junto a su familia para grabar su primer videoclip y fue un éxito. “La tetita” le abrió las puertas de la fama en varios países y desde ahí no se ha detenido. Wendy Sulca nos abre las puertas de su casa para contarnos su historia de perseverancia y sus anhelos.
Acabas de lanzar tu cuarto álbum.
Sí, se llama Mírame como soy. Es un disco muy especial. Creo que mucha gente ha visto mi evolución a través de los años y siento que he crecido un montón profesionalmente. Me ha costado, ha sido muy difícil el proceso de encontrar este sonido. Estoy fusionando electro pop con sonidos andinos, con instrumentos peruanos, lo cual me tiene demasiado emocionada porque siempre estoy revalorizando nuestra cultura peruana. Recorremos costa, sierra y selva a través de sus sonidos.
El disco incluye una canción en apoyo a la comunidad LGBT+, que tuvo diversas reacciones.
Sí, siempre habrá diferentes comentarios. Estos temas son difíciles de tocar, pero hay que visibilizarlos y eso es lo que trato de hacer con mis canciones, generar conciencia en la gente. Es muy importante la empatía, todos merecemos respeto, cariño, amor, como dice mi canción “Amor es amor”.
¿Te incomoda que te digan que eres parte de la comunidad por tus temas?
Mucha gente me lo pregunta. Yo soy heterosexual, pero no necesito pertenecer a la comunidad para apoyarla. Como artista, creo que puedo darles una voz. ¿Cómo comenzó esto? No mucha gente sabe, pero me he presentado en discotecas gais de Perú y de otros países y la comunidad me ha apoyado desde un principio; la verdad, no lo esperaba, pero fue una sorpresa muy grata y desde ahí yo les tengo un cariño enorme. Siento que se han identificado con mi historia porque yo al inicio también he sufrido discriminación, bullying, lo que ellos pasan día a día y es muy difícil. Me he sentido muy acogida y por eso quería retribuirles ese cariño. Voy a lugares gais y no por eso soy lesbiana. Si yo lo fuera, no tendría problema en decirlo.
¿Cómo enfrentaste el bullying?
Me chocó porque era una niña, tenía 12 años. Llegó un momento en el que quise dejar la música, pero con el apoyo de mis fans, de mi mamá y de mi equipo supe el valor que tenía. La madurez me llegó un poco temprano, también precisamente por esto. El amarme tal y como soy y saber amar mis raíces, mi identidad, mis rasgos étnicos, mi cabello, mi color de piel, fue muy importante, sentirme orgullosa de eso, de mis padres, sumó un montón en mi autoestima, mi confianza se fue forjando con los años. Esa ha sido la base para mantenerme fuerte ante las críticas.
El ciberbullying va en aumento, sobre todo contra el cuerpo de las mujeres.
Siempre trato de decir que tengamos cuidado con lo que decimos en las redes sociales al opinar del cuerpo de las mujeres. Pasando pandemia, me enfermé, me dio asma y tomé un medicamento que engorda, llegué a subir 10 kilos, hice una entrevista y en redes me ponían comentarios horribles, menospreciándome.
¿Qué tanto has cambiado desde que viajaste en una maletera para grabar tu primer videoclip hasta ahora que eres famosa en otros países?
Han cambiado muchas cosas. No mucha gente sabe, pero los videos de “La tetita”, “Cerveza, cerveza”, que se volvieron muy virales en Internet, fueron hechos con mucho sacrificio. Grabamos con una productora muy reconocida en el ámbito folclórico. Todo el presupuesto lo pagó mi mamá, hasta se tuvo que prestar del banco. A último momento fuimos al pueblo de mi mamá para grabar el video y no había pasajes, solo para el camarógrafo y su asistente. Mi mamá, mi tía, mi primita y yo tuvimos que ir en la maletera, donde van los equipajes. Fue muy riesgoso, pero en ese tiempo solo queríamos llegar y grabar. Siempre tengo los pies en la tierra, me lo ha inculcado mi mamá. A veces, (la fama) se te sube un poquito, pero mi mamá siempre estuvo ahí para bajarme de mi nube.
Grabaste una canción con Fito Páez y Danny Umpi.
Cuando tenía 13 años, me llamó el uruguayo Danny Umpi para grabar una canción y dos años después me dice que ya la iba a lanzar y que también estaría Fito, casi me caigo desmayada, no lo podía creer.
También has incursionado en el cine.
Sí, hice dos películas en Chile, Harem y Coach. Acá he hecho algunas cositas, he estado en series, en novelas, tuve una pequeña participación en la película Papá por sorpresa.
¿Qué significan para ti las canciones “La tetita” y “Cerveza, cerveza”?
Les tengo mucho cariño. Son las canciones más conocidas y exitosas que tengo. Estoy muy orgullosa de mis inicios. Escucho el arpa, escucho el huaino y se me eriza la piel porque me recuerda mucho a mi papá, a mi niñez y todo el trabajo que me ha costado, el crecer.
Hace unos años te atropelló un policía, ¿se logró hacer justicia?
No. A raíz de eso me dio depresión y ansiedad porque me generó mucha frustración, ni siquiera por el dinero, sino por el susto. Hasta ahorita tengo pesadillas. El policía nunca se hizo responsable y tampoco quise denunciarlo, ni quise hacer más grande ese tema, nunca me he visto envuelta en escándalos.
AUTOFICHA:
“Empecé mi carrera a los 6 años. Estoy muy feliz con lo poco que he podido lograr. Siento que todavía me faltan muchas metas por cumplir, así que estoy trabajando duro para eso. Me encantaría tener un proyecto de actuación porque lo he dejado un poco de lado”.
“Además, me gustaría conducir un programa. Siempre trato de generar conciencia con mi música. Hice una canción dedicada a mi hermanita, que es autista. Quise que la gente sea más empática y que se informe más, que haya más inclusión. Es un tema muy sensible para mí”.
“No soy tan buena cocinando, pero me gustaría entrar a un reality como El gran chef famosos. También me encantaría colaborar con Natalia Lafourcade, que es un referente. Gracias a Dios, se me han brindado muchas oportunidades con diferentes artistas, uno de ellos fue Rubén de Café Tacuba”.
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