es una de las bandas de rock latino más emblemáticas y queridas en esta parte del continente, y Perú no es la excepción. Pero la repentina muerte de su líder, , hizo que muchos fans con un vacío en el corazón nos preguntemos: ¿y ahora qué?

Zeta Bosio y Charly Alberti, intentaron dar una respuesta a la necesidad de los miles de seguidores que todavía queríamos algo más de Soda Stereo, un verdadero último concierto, una despedida en homenaje al genio de Gustavo Cerati.

Tras el primer anuncio de ‘Gracias Totales’, como bautizaron a esta gira en alusión a la épica frase del líder, todo se perfilaba como un concierto homenaje sin precedentes en nuestro país. Grandes invitados, canciones emblemáticas y una producción audiovisual que inundaría los ojos de cualquiera que haya seguido la vida de la banda y su talentoso líder.

Sin embargo, una serie de fallas técnicas dejaron a muchos con un sinsabor al salir del Estadio Nacional. Fallos como canciones que terminaban abruptamente y no como deberían finalizar, voces de artistas invitados que no se escuchaban hasta luego de unos segundos y hasta sonido mal equilibrado, convirtieron una velada que debió ser emotiva y llena de vital nostalgia para quedar en nuestros recuerdos, como un concierto más.

La ausencia de Gustavo Cerati fue lo más notorio. Es obvio que el vacío que dejó es demasiado grande de llenar, pero tampoco ayudó a que durante todo el concierto no escucháramos a ninguno de los artistas invocarlo a excepción de Gustavo Santaolalla. En mi opinión, la mejor presentación. Todos los asistentes veíamos en una pantalla gigante a un artista random cantar una canción de Soda Stereo y punto.

De los pocos artistas que estuvieron de forma presencial en el concierto a las justas unos cuantos saludaron al público, agradecieron su presencia y tuvieron algo de interacción con nosotros. Si algo he aprendido de la gran cantidad de conciertos a los que he asistido, es que las bandas y artistas no solamente están sobre el escenario para cantar, están para tener un contacto más cercano con su público, un contacto que no sintieron muchos en ‘Gracias Totales’.

Solo casi al final de la velada, Zeta Bosio y Charly Alberti se atrevieron a decir algo y se agradece demasiado el gesto, ya que ellos son la esencia de la banda argentina y queríamos escucharlos.

Pese a lo mencionado, como buenos fans de Soda Stereo, hicimos que este concierto nos gustara. Fue maravilloso verlos juntos de nuevo, así sea en una pantalla gigante y con la ayuda de la tecnología. Quizá hubieran elegido otras imágenes, de esas que aparecían entre tiempos, y colaban por ahí al mítico concierto de Soda Stereo en el Amauta de 1986, o algún video casero de su paso por Perú. Quizá hubieran puesto algún audio de Gustavo hablando de Lima y de los peruanos, pues se sabe que nos quería. Quizá hubieran terminado ‘De Música Ligera’ con estas míticas palabras:

“No solo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor desde el comienzo. Algunos siguen hasta hoy... Gracias... Totales”.

Con sus fallos y aciertos, este concierto demostró toda la falta que hace Gustavo Cerati y lo incondicionales que somos sus seguidores, pues todas y cada una de las canciones fueron cantadas de inicio a fin, saltando cuando se debía saltar y aplaudiendo cuando se debía aplaudir. Y al final, cuando se encendieron las luces, pude ver el mar de gente que todavía mantiene vigente el buen rock de la banda argentina.

Gracias por tanto Gustavo... Gracias totales.


Gustavo Santaolalla y Soda Stereo #GraciasTotales