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Lilianne Braun, dalina: “En Nubeluz no había libreto, lo que decíamos era de nuestro corazón”

La ‘dalina traviesa’ que nos robó el corazón en el programa infantil que marcó época recuerda su paso por la nube.

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Fecha Actualización
El 8 de septiembre de 1990 se emitió por primera vez el programa infantil Nubeluz, una producción que marcó la niñez de una generación completa. Lilianne Braun fue, junto a sus compañeras Mónica Santa María, Almendra Gomelsky y Xiomara Xibillé, una de las conocidas dalinas, quienes encandilaron con su carisma los corazones de miles de niños y niñas que, 34 años después, aún las recuerdan con cariño.
Hoy, luego de pasar tres décadas de esa etapa como la ‘dalina traviesa’, Lily nos cuenta cómo fue ese momento en su vida, confesando que tiene presente a Nubeluz; incluso ahora, en su faceta como empresaria.
¿Cómo recuerdas Nubeluz?
Tuve el privilegio de trabajar en distintas compañías y estudiar distintas carreras tras Nubeluz y siempre, por alguna razón, el gorrito de dalina y todo lo que significó ser parte de ello me acompaña; de una manera u otra, está presente. Me marcó. Todos los días de mi vida, hasta el último, siempre estaré vinculada a Nubeluz.
¿Cómo llegaste al programa?
En Perú hice comerciales de televisión, revistas, pasarelas. Recuerdo que Osvaldo Cattone y Regina Alcover me ofrecieron la oportunidad de trabajar con ellos en una obra teatral, era Mary Poppins, y yo estaba fascinada con la idea, pero mis padres querían que me concentre en el colegio. Yo les rogaba, les decía “esto es lo que quiero, es mi pasión, me encanta”. No me dieron la oportunidad, estaba molesta con ellos, me puse supertriste y les dije “algún día podré hacerlo”. Me mudé a Estados Unidos y años después se me acercó uno de los dueños de Nubeluz, me explicó el concepto del programa. Llegué a Lima e hicimos pruebas de canto, de baile y conducción y me convertí en lo que llamamos todos dalina. Con el tiempo aprendí. En los videos de la época en la que yo entré, si te das cuenta, ni los bailes sabía bien, ni todas las canciones, pero así empecé y el resto es historia.
¿Cómo era trabajar con las otras dalinas?
Trabajé con Mónica y Almendra primero, fue muy bonito. Eventualmente, ingresó Xiomy al programa y las cuatro nos turnábamos para que dos mantuvieran la magia del programa en vivo y dos continuaban de gira. A veces era Almendra y yo en las giras, a veces Mónica con Xiomy, a veces Xiomy y yo o Almendra con Mónica. Fue linda la forma en la que llegué y la forma en que pude crecer en el mundo de Nubeluz.
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¿Qué es lo que más recuerdas de esta etapa?
Hay muchísimos recuerdos de Nubeluz. El programa en vivo era divertido, cualquier cosa que uno hacía o decía, se proyectaba y salía, no era como que “corte, vuelvan a hacerlo”. No había un libreto, lo que decíamos era de nuestro corazón. Por momentos nos decían “sigan hablando porque se mojó el piso” o una se caía y sacaban la cámara para que no se vea, era todo muy espontáneo y natural.
¿Qué sentiste en los reencuentros?
Nubeluz era y es una familia y cuando nos juntamos por los 20 años fue como regresar en el tiempo, fue increíble, nos miramos a la cara y no podíamos creerlo; compartir una vez más un escenario con la misma canción que cantábamos a un niño de 10, era como cantarle a un niño de 30. Una de las cosas más increíbles de volver a los escenarios era cantar canciones de niños a adultos, actuaban como si volvieran a ser niños, la misma emoción, las mismas ganas, se sabían las coreografías y las canciones. Fue una sensación que ellos y nosotros sentíamos, por emoción lloramos, nos tomamos de las manos antes de salir a disfrutar de esa experiencia una vez más.
¿Qué hiciste luego de Nubeluz?
Regresé a Miami, porque yo, aun trabajando en Nubeluz, vivía allá. Viajaba los fines de semana para grabar en vivo los sábados y domingos, de 8 a 12, y luego regresaba. Terminé mis estudios de Educación y empecé a trabajar como profesora de segundo grado de primaria hasta que di a luz a mi primer hijo. Cuando él cumplió un año, regresé a la televisión, en varios programas de Telemundo y Univisión, aquí en Miami, y después de eso volví a la universidad.
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¿Qué estudiaste?
Conflicto y Resolución y me certifiqué en la Corte Suprema como mediadora, o conciliadora, como se conoce en Perú, que es para resolver los conflictos antes de que lleguen a la corte. Disfruto mucho ese trabajo, pero no es a lo que me dedico hoy. También saqué mi licencia de Agente de Bienes Raíces y, a la vez, me desarrollé en ese ambiente.
Te gusta aprender distintas cosas.
Es interesante, las personas que trabajamos en el mundo artístico, o nos quedamos ahí, o tratamos de avanzar en esa dirección y cuando se termina ese periodo es difícil poder entrar en otro, porque a veces sentimos que es tarde para estudiar o desarrollarse en otra carrera. Si yo tuviera 80 años y se me da la oportunidad de estudiar algo nuevo, me encantaría, me gusta aprender y pienso que nunca es tarde para ejercer una carrera.
¿A qué te dedicas ahora?
Soy vicepresidenta de Alianzas Corporativas de UBQ Materials. El UBQ es un material sustituto del plástico hecho 100% de residuos domésticos no reciclables. Tiene un fuerte impacto a nivel mundial, pues evita que estos residuos terminen en vertederos y así se reduce la huella de carbono y contribuye a la economía circular. Empresas importantes la han adoptado. Mercedes Benz, por ejemplo, tiene más de 25 productos en sus vehículos hechos a base de UBQ.
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AUTOFICHA
“Mi nombre es Lilianne Braun y fui parte del programa infantil Nubeluz al principio de la década de los 90. Radicaba en Estados Unidos durante esa etapa de mi vida, pero viajaba los fines de semana a Lima para grabar en vivo los sábados y domingos, después retornaba a Miami”.
“Tras mi paso por el programa, estudié Educación y fui profesora de segundo grado de primaria. Estudié Conflicto y Resolución y obtuve una licencia de Agente de Bienes Raíces. Tengo la linda oportunidad de generar impacto positivo en cada uno de los trabajos que ejerzo”.
“Nubeluz siempre va a estar conmigo, siempre lo llevo en el corazón. Un privilegio de por vida; alegría y orgullo de haber sido parte de ello. Sigo en contacto con mis excompañeros, hay una conexión especial. ¿Volverá Nubeluz? Uno nunca sabe para dónde te lleva la nube, siempre trae sorpresas”.

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