Clint Eastwood: El destacado director vuelve con 'El francotirador'

Nos habían adelantado un par de cosas sobre esta película: 1) Se trataba del mejor trabajo de Clint Eastwood como director desde Gran Torino y El sustituto, ambas filmadas en 2008. 2) Se parecía mucho a Zona de miedo (2008), tanto en el argumento como en la puesta en escena, como si Clint Eastwood hubiera estudiado plano por plano el filme de Kathryn Bigelow.

Ahora que la hemos visto, podemos afirmar que El francotirador (American Sniper, su título original) es, efectivamente, la película más redonda de Clint Eastwood en años.

Actual y clásicaSi bien hay mucho que admirar en Invictus (2009), Más allá de la vida (2010), J. Edgar (2011) y Jersey Boys (2014), ninguna de ellas alcanzó los picos de maestría a los que Clint Eastwood nos había acostumbrado.

Ahora, a sus 84 años, el autor de Un mundo perfecto (1993) y Río místico (2003) está de vuelta con una obra actual y clásica a la vez.

Ciertamente Zona de miedo se ha convertido en una referencia ineludible para cualquier cinta bélica ambientada en Iraq, pero Clint Eastwood no busca reinventarse ni copiar a nadie; siempre ha sido un artista que rechaza convertir la violencia en espectáculo trivial, declaración de principios que llevó más lejos que nunca en Los imperdonables (1992).

La historia real del soldado más letal del Ejército estadounidense le ha brindado a Eastwood el material perfecto para plasmar su visión desencantada del heroísmo. En las antípodas de lo que suele hacer Hollywood, aquí el héroe es tratado sin reverencia alguna y, mientras más vulnerable sea, más creíble será su grandeza.

El Francotirador es una gran película conservadora en la medida que reafirma el patriotismo y los valores tradicionales, pero lo hace de forma tan lúcida y honesta que es difícil no conmoverse con ella.

No todos querrán aceptar a Chris Kyle (Bradley Cooper en el papel de su carrera) como un personaje hermoso y entrañable –algunos lo llamarán asesino de niños– pero, si califica como tal, es porque atravesó un valle de lágrimas guiado únicamente por su amor al servicio.

SABÍA QUE

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Por Claudio Cordero, crítico de cine