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Armando Machuca: “La fama es algo que va y viene, lo importante es mantenerte”
Es parte del reality ‘El Gran Chef Famosos’. También es geek, amante de los cómics y tiene un emprendimiento relacionado a ello.
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Armando Machuca se hizo popular gracias a su papel del ‘Capitán Coyote’ en la serie El santo convento. Ahora lo vemos de lunes a sábado en ‘El Gran Chef Famosos’, donde se ha convertido en uno de los favoritos gracias a su carisma
¿Qué tanto le cambió la vida el personaje del ‘Capitán Coyote’?
Creo que más que el personaje, fue la experiencia de estudiar clown en Pataclaun. El ‘Capitán Coyote’ fue un personaje que hicimos en la serie el año 2007, pero yo empecé a estudiar en el año 2002. Estudiar clown me cambió la vida muchísimo. Es una técnica hermosa que te permite amistarte con las cosas que, de pronto, no te querías amistar tanto y en ese encuentro, hallas la felicidad y poder compartirla, te ayuda a liberarte.
Ha ganado mucha popularidad con El gran chef, ¿la disfruta?
Teniendo tantos años trabajando en este tipo de cosas y habiendo tenido algunos momentos televisivos, creo que la fama es algo que va y viene, lo importante es mantenerte a lo largo de los años. Viene una época y todo el mundo está un poco alrededor, luego se va. El gran chef lo que ha sumado es que la gente pueda ver más al Armando sin personaje. Básicamente, me ven a mí pasándola bien y jugando, y parece que a la gente le divierte.
¿Mucha gente le expresa su cariño?
Es un gran regalo. Siento que mi vocación siempre va por dos lados: para entretener y para educar, porque también soy profesor. Entonces, esta experiencia me está permitiendo hacer un poquito de los dos. También me ha permitido conectar con las redes sociales. Es una puerta que se está abriendo y me tiene muy feliz.
Contaba que mucha gente lo para en la calle para decirle cómo cocinar...
Ay, es muy divertido. Me pueden saludar señoras, jovencitos, niños, viejitos. Me hace sentir bien porque es una cosa muy familiar y están muy atentos a lo que te sucede. Cuando me salieron terrible los tallarines rojos, me paraban y me daban recetas, las señoras me escribían en un papel, me mandaban fotos, videos, lo recibí con mucho amor. Los niños hasta hacen sus tortas y piñatas con la cara de uno.
¿La improvisación ha sido de gran ayuda en El gran chef?
Bastante. La improvisación te ayuda a estar presente, a escuchar todo lo que está ocurriendo y, en vez de estar complicándote por lo que no tienes, trabajar con lo que hay. Uno tiene que combinar la competencia con el entretenimiento y creo que es lo más difícil de este programa.
¿Cuánto cambió su perspectiva de la cocina peruana desde que ingresó al reality?
Uf, muchísimo. Yo, como improvisador y actor, estoy acostumbrado a usar mi vista y mi oído. Conectarme con mi sentido del olfato y gusto ha sido un redescubrir de mi propia corporalidad, me ha permitido conectarme con las personas que me han dado de comer en mi vida, desde mi mamá hasta la señora que me da el menú. Es conectarme con el Perú, entender por qué es tan importante ponerle un poquito más de sal, ya que eso hace que sea un plato exitoso y hermoso.
¿Crees que no se valora mucho a quienes cocinan?
Creo que se les da por sentado. Siempre ha estado mi mamá que cocina, o la señora que nos ayuda en casa, o la señora del mercado con su menú, pero no te has detenido a pensar en la chamba que tienen, la concentración y la pericia que poseen para lograr ese sabor que a ti por un instante te va a hacer feliz. A veces no se valora.
¿Los peruanos preferimos cantidad en lugar de calidad?
Si tú eres de los que prefieren llenarse a probar, te estás perdiendo una experiencia alucinante. Yo creo que he sido así durante mucho tiempo, pero porque no conocía el placer que puedes encontrar, la conexión con tu país, con la gente, que puedes encontrar con la experiencia culinaria. Dale una oportunidad, que tu imaginación despegue a través del gusto.
Cambiemos de tema. ¿Es cierto que quería el papel de Valentín Condori en la novela Qué buena raza para actuar con Milene Vásquez?
Es un chiste que se hizo popular. Yo tuve una época en que hice millones de castings para telenovelas y me chotearon con una patada en la cola millones de veces. Estaba en todos los castings de las novelas noventeras que te puedas imaginar. Me acuerdo de una novela en donde el requisito era ser narizón. Yo dije “llegaré”, ¿y crees que salí? Nada. Entonces, me frustré y dije “nunca más voy a hacer un casting”. Así entré a Pataclaun. Ahora sí quiero hacer novelas, me provoca hacer ficción.
Uno de sus proyectos es Peruvian Fanboy, ¿cómo nació?
Peruvian Fanboy fue mi vehículo para entrar a las redes sociales. Yo soy un geek, un freak, por naturaleza, es algo que me define, es mi pasión por el mundo de la cultura pop, por los cómics, por las películas, por el cine, ciencia ficción, superhéroes, aventura. Yo no leo y creo que es un defecto, me encantaría poder leer. Muchas veces me preguntan de dónde salen todas mis ideas y es porque consumo este universo día y noche. Peruvian Fanboy me hace sonreír y salir un poquito de la dureza de la vida diaria.
¿Cuál es su artículo de colección más preciado?
Tengo un DeLorean, el auto de Volver al futuro, firmado por el Doc Brown. Me fui hasta el otro lado del planeta a buscar al señor para que me lo firme. Si hay un terremoto, es lo primero que salvo.
AUTOFICHA
“Cuando El gran chef acabe, voy a continuar con el teatro. Estamos con una obra que se llama Isla Machuca, con Christian Ysla, es improvisación y creo que eso tiene para rato. Luego pienso dedicarme a potenciar mis redes sociales, me voy a concentrar en crear contenido”.“No pensé pasar tantas etapas en El gran chef, pero soy buen alumno, en cualquier ámbito. Tengo paciencia, soy muy observador, muy metódico. Entré sin saber cocinar, pero registro rápido las cosas, solo me dicen una vez las cosas y aprendo. No suelo repetir errores”“Tengo una página de cómics, de superhéroes, en redes sociales, donde hablo de ciencia ficción, aventura, cultura popular. Se llama Peruvian Fanboy. Hace años, tuve una tienda dedicada a este rubro. Ahora, vendo algunos artículos con un amigo en Critteria, en el Centro Comercial Arenales”.
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