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Un combustible para seguir creciendo
Los cuatro pilares en los que descansa el programa Comedores Cálidda 2.0 nutren de oportunidades y progreso a miles de personas.
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Los datos del informe SOFI 2022 de la FAO reportan que más de 16 millones de personas en el Perú se encuentran en situación de inseguridad alimentaria. Por su parte, estudios de la ONG Acción contra el Hambre concluyen que en Lima Metropolitana casi el 80% de familias la sufre de manera severa o moderada. En este contexto los comedores populares cobran relevancia. A la labor gubernamental se suman los esfuerzos de empresas privadas como Cálidda, que trabaja a favor de estas organizaciones sociales desde 2010. Primero —como dice la directora de Sostenibilidad y Reputación de la empresa, Luciana Caravedo— conectando gas natural en los comedores y luego ampliando el programa con los Comedores Cálidda 2.0. Estos abarcan cuatro aspectos: infraestructura, salud, cuidado ambiental y desarrollo de negocios. La suma de ellos permite que las madres de los comedores cuenten con las herramientas necesarias para mejorar su vida cotidiana y la de miles de personas que acuden a ellas.
Nelly Miranda es la coordinadora distrital de Comedores Populares de Carabayllo y tiene bajo su responsabilidad alrededor de 120 comedores. Todos trabajan con Cálidda desde 2017. “Con el gas natural hemos reducido nuestros gastos. Por ejemplo, un comedor que prepara en promedio 75 raciones diarias gastaba siete balones al mes, cuando este costaba 35 soles. Es decir, necesitábamos más de 200 soles. Ahora, gracias a Cálidda, el gasto mensual no supera los 80 soles. Eso ha hecho posible que mejoremos nuestro menú, que podamos invertir y adquirir más cosas para nuestras cocinas”, afirma.
Además de la conexión de gas en sus locales, las lideresas comunales han sido capacitadas en temas vitales para su desarrollo personal. Al respecto, Miranda confiesa que en su barrio muchas mujeres han sido víctimas de violencia. “Ahora las cosas han cambiado, los talleres y charlas nos han ayudado a empoderarnos, a tener la oportunidad de trabajar para nosotras mismas y generar ingresos propios con el apoyo y crédito a nuestros emprendimientos”. Cuenta que Cálidda no solo ha equipado y mejorado los espacios de los comedores, sino que ha intervenido en aquellos que cuentan con locales propios, dotándolos de espacios verdes que ayuden a mitigar la contaminación ambiental y que a la vez les permita sembrar distintas plantas para autoconsumo. Los biohuertos las abastecen de verduras como lechugas y acelgas.
Caravedo, vocera de Cálidda, comparte las exitosas cifras de la iniciativa. En 13 años se ha conectado a 890 comedores populares con energía más limpia y eficiente. Los beneficiarios ascienden a más de 75,000 personas de 26 distritos de Lima y Callao. Por su parte, desde hace dos años, el repotenciado Comedores Cálidda 2.0 ha implementado 20 locales en los distritos de Lurín (2), Carabayllo (8), Ventanilla (3), San Juan de Miraflores (3), Villa El Salvador (4), brindando más de 20 capacitaciones —sobre educación nutricional y de higiene, inclusión financiera, prevención de la violencia— y favoreciendo al menos a 1,600 personas.
Algunas de las acciones complementarias cuentan con aliados como: Techo Perú, en colaboración con la remodelación de ocho comedores; la Universidad Privada del Norte, responsable de las pruebas de tamizaje de anemia en niñas y niños menores de cinco años; y, el programa A Comer Pescado, con capacitaciones sobre el valor nutricional del recurso y la entrega del alimento a precio social en seis distritos.
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