Cuando entró a estudiar Comunicaciones, no dijo la verdad. A su padre le aseguró que había ingresado a Administración. Se enteró de que no era así cuando ya estaba en el octavo ciclo.
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Egresó de Comunicaciones y protagonizó otra osadía: ya quería desarrollar tecnología para las relaciones públicas en la década del 90. “Una locura”, recuerda. Quebró. Hubo miedo y hasta vergüenza. Perdió su dinero y la confianza. Le tocó buscar empleo y, sin saberlo, emprender una exitosa carrera corporativa.
Luis Alberto Flores pasó, entre otros rubros y empresas, por el consumo masivo, la minería y la Corporación Lindley. Hoy es director ejecutivo de Ynnovadores, una consultora de innovación que, a la vez, tiene un programa del mismo nombre en las plataformas digitales de Perú21, y que se alista para regresar a una nueva temporada.
Una vez en la cima profesional, con Inca Kola, un día llegó a su casa y encontró a su padre. Estaba bebiendo un vino que Juan Alberto atesoraba con cierto celo y que costaba unos 500 soles. Y le dijo: “Hiciste bien en estudiar Comunicaciones”. Sus palabras parecía que llegaban desde la ironía, pero en realidad traían el sabor de la satisfacción y el orgullo. “Y nos tomamos el vino”, recuerda y ríe a carcajadas. Su voz trae la locuacidad de un gran vendedor, tal vez como su padre.
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¿Cómo explicar el trabajo que realiza Ynnovadores?
Siempre se dice que el Perú es un país de emprendedores, y es cierto. Pero estamos llenos de pymes, mypes, que es como algo chiquitito… ¿Por qué no buscamos y encontramos empresarios? Cuando creo Ynnovadores trato de entender y buscar a ese emprendedor de alto impacto. En pocas palabras, lo que hacemos es desarrollar negocios con gente que tiene una propuesta de gran valor, y le damos todos los recursos para que ocurra ese despegue.
¿Realmente somos un país de emprendedores o es una forma de maquillar las carencias?
Somos un país de emprendedores por necesidad. Pero creo que debemos encontrar el lado real del emprendedor peruano, que no es el mezquino, el desgraciado, el miserable. Pero tampoco es el romántico que cree que puede emprender y mañana genera millones. Tenemos que encontrar a ese que realmente se saca la mugre todos los días para entregar valor, para generar empleo, generar renta, generar impuestos, que se saca la mugre por pagar quincenas y treintas puntual y ser un empresario responsable que genera impacto, que piensa en el mercado local, que piensa en el mercado internacional.
¿Hoy son más los de ese tipo?
Hoy son pocos los de ese tipo. Tenemos que buscarlos, porque están, solo hay que identificarlos y darles los recursos suficientes para que hagan un camino diferente y no se vuelvan más de ese emprendedor peruano del montón.
El que le saca la vuelta a las normas.
El que se pasa la raya, el mezquino. Pero también el otro: el superficial, el que te vende humo. La percepción que se tiene del empresario peruano no es muy positiva. No podemos ser ciegos. Pero buenos empresarios en el Perú hay y están desfilando por nuestro programa (en Perú21). Hay que mostrar el lado real de emprender y de hacer empresa en el Perú.
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¿Innovar es una condición?
Debería. Hay diferentes formas. De pronto, cuando uno piensa en innovación piensa en cosas muy disruptivas, pero no necesariamente. A mis amigos bodegueros les puedo decir que innovar es tener un elemento diferente versus la competencia: la propia atención, la sonrisa amable, la conversación amena; o también puede ser el delivery o cómo llegue el producto. Todo el mundo dice que emprender en el Perú es muy difícil, yo no creo eso. Yo creo que el proceso es difícil, pero la satisfacción es inmensa. Hacer empresa debe generar orgullo a quien lo hace. Eso sí, si emprendes en el Perú, emprendes en cualquier parte (ríe).
Hay que tener un propósito, ¿no?
Es fundamental. Puede haber planes, estrategias, pero si ese propósito está claro, cambias el plan, cambias la estrategia, pero el norte está claro.
Otro punto es: quien recién empieza muchas veces tiene un trabajo regular, ¿qué hacer: conservar el empleo y avanzar con su emprendimiento o renunciar y entregarse de lleno a la empresa propia?
Hay que hacer foco. Si tienes la posibilidad de dedicarte 100% a desarrollar esa idea de negocio, hazlo; si estás trabajando y estás generando tu sueldo y vas desarrollando poco a poco tu idea de negocio, también es válido.
Pero en el último caso, la idea de negocio se puede ir diluyendo.
Lo que sí debería ocurrir es que la idea de negocio se empiece a materializar y ahí sí hay la gran decisión: tomar tu emprendimiento al 100%. El verdadero emprendedor es quien realmente lo hace rápido: lograr que la empresa se dispare.
¿El peruano es más cauteloso o arriesgado?
Cauteloso, es conservador. La gente quiere su grati, su sueldo. Pero el verdadero emprendedor quiere llevar bienestar, quiere generar riqueza y también quiere impactar positivamente en su comunidad, en su sociedad, en el país y hay quienes queremos impactar en el mundo.
¿La empresa social es el futuro del empresariado?
Sería lo óptimo. Si tienes una visión social, de todas maneras vas a hacer negocio. Debe haber un propósito humano para ser empresario.
Autoficha:
-“Soy Juan Alberto Flores Contreras. Tengo 52 años. Nací en Lima. Estudié Comunicaciones y solo tenía claro que quería comunicar. Mi padre era pequeño empresario, tenía una tienda de repuestos de autopartes. Un gran vendedor, muy divertido, se sabía cinco mil chistes”.
-“Comencé mi carrera en Procter & Gamble y llegué al punto más alto en Lindley, donde fui parte del directorio de la Fundación Inca Kola y era director de Asuntos Institucionales de la Corporación Lindley. Y tenía 40 años. Antes pasé por consumo masivo, pasé por Apoyo”.
-“Pasé al sector de energía eléctrica. Me he recorrido el país siguiendo las líneas de transmisión. Me jala la minería, al grupo Milpo. Y me llaman a Lindley. Salí y ya no quise volver a ningún lado. Y dije tengo que emprender y nace Ynnovadores, y ahora quiero publicar el libro de Ynnovadores”.
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