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Reducción de sueldos en el Estado produciría fuga de talentos
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En las últimas semanas, el candidato presidencial Pedro Castillo (Perú Libre) ha mostrado un notorio rechazo a lo que ha etiquetado como “planilla dorada” y “sueldos jugosos” en el aparato estatal. Por ello, ha propuesto que -en caso llegue a Palacio de Gobierno- reducirá los salarios de altos funcionarios del Estado Peruano, además del de congresistas y del presidente.
Sin embargo, expertos en materia laboral consultados por Perú21 coinciden en que dicha medida, en general, es contraproducente.
Talento en problemas
Jorge Toyama, socio de Vinatea & Toyama, indicó que lo primero que debe considerarse es que esta medida solo podría aplicarse a los empleadores que recién ingresen a trabajar en el Estado y personal de confianza.
Sobre los casos de trabajadores con contratos indeterminados, Germán Lora, socio de Damma Legal Advisors, mencionó que no pueden reducirse los sueldos, salvo que ambas partes lo acuerden. Esto aplica para una plaza de cualquier nivel.
En este punto, Toyama apuntó que no respetar estas condiciones generaría denuncias judiciales que fácilmente fallarían en contra del Estado.
No obstante, la principal observación a esta medida, indicó Brian Ávalos, asociado principal del estudio Payet, Rey, Cauvi, Pérez, es que la reducción de salarios en el aparato estatal generará una fuga de talentos considerable.
Ávalos precisó que, en la actualidad, el sector público ya tiene problemas de competitividad, debido a que algunos sectores son significativamente mejor remunerados en el ámbito privado.
“Los problemas de competitividad se dan porque, básicamente, en el Estado hay responsabilidades de las acciones y, si eres un invitado y no ejerces una carrera pública, dependes de los vaivenes políticos. Además, considerando que los salarios en algunos sectores son reducidos, solo se ahondaría más la brecha existente de productividad”, precisó.
En esta línea, Lora explicó que, si los profesionales de alto nivel miran distante las plazas laborales estatales, la capacidad del Estado se reduce notablemente.
“Todo este tema viene desde el gobierno de Alan García, cuando limitó los ingresos (para planillas en el Estado). Eso no solo genera desinterés en los funcionarios, sino que dobleteen con trabajos y su eficiencia se reduzca”, complementó Lora.
Toyama agregó que con una reducción de sueldos las probabilidades de que exista corrupción por parte de los funcionarios son mayores.
“Hoy más que nunca se requiere de personal muy calificado en el Estado. Y si no pagas bien, se van a ir. No es suficiente pedir patriotismo y civismo en un contexto como este, donde la pandemia ha afectado a todos”, subrayó Toyama.
Los tres expertos también coincidieron en que el foco sobre este ámbito debe orientarse a cómo incrementar la eficiencia y abordar el problema de exceso de capital humano.
“Lo importante es volver más eficiente al Estado”, dijo Lora. “El Estado debe pagar meritocracia y no irse por los topes salariales”, agregó el abogado Toyama.
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