Varias causas explican el menor ritmo del financiamiento de consumo, siendo la más importante el aumento de la morosidad sobre todo de los deudores de menores ingresos, “afectados en su capacidad de pago por el entorno económico menos favorable del año previo”, según el BCR. (FOTO:GEC)
Varias causas explican el menor ritmo del financiamiento de consumo, siendo la más importante el aumento de la morosidad sobre todo de los deudores de menores ingresos, “afectados en su capacidad de pago por el entorno económico menos favorable del año previo”, según el BCR. (FOTO:GEC)

El estancamiento de los ingresos reales en 2023 y el mayor endeudamiento de las familias para mantener su nivel de consumo han provocado un aumento en el incumplimiento de pago de los créditos personales. Este fenómeno sería una de las principales causas de la caída del financiamiento con tarjetas de crédito por primera vez desde la pandemia.

El Banco Central de Reserva (BCR) reportó que, a mayo de este año, los créditos de consumo se desaceleraron, creciendo solo un 2.3%, la tasa más baja desde noviembre de 2021, cuando el sector aún enfrentaba las secuelas de la pandemia.

De los tres tipos de financiamiento que conforman la cartera de consumo, los préstamos con tarjetas mostraron el menor dinamismo, con una caída de 0.4% en mayo. En contraste, los créditos en cuotas crecieron un 2.8% y los préstamos vehiculares un 4.8%, aunque ambos a un ritmo más lento que en periodos anteriores.

IMPACTO

Varias causas explican el menor ritmo del financiamiento de consumo, siendo la más importante el aumento de la morosidad sobre todo de los deudores de menores ingresos, “afectados en su capacidad de pago por el entorno económico menos favorable del año previo”, según el BCR.

“Las entidades han venido implementando medidas para contener el riesgo de crédito, tales como políticas más conservadoras en los desembolsos de nuevos préstamos, principalmente en la cartera de consumo, lo que se ha traducido, en parte, en la desaceleración de las colocaciones en este segmento”, indicó la autoridad monetaria.

Argumentó que los malos créditos de la cartera de consumo provienen, “especialmente”, del portafolio de tarjetas de crédito y de los préstamos de libre disponibilidad (en cuotas), muchos de los cuales son líneas paralelas a las tarjetas de crédito.

Para darnos una idea de la magnitud de la morosidad, la SBS informó que, a mayo, la participación de la deuda de consumo con atrasos (cartera de alto riesgo) llegó a 6.8% en la banca y 10.5% en las financieras, lo que representó un aumento de 2 y 2.1 puntos porcentuales (p.p.), respectivamente, frente al mismo mes de 2023.

Por tipo de producto, la cartera de alto riesgo se comportó así: en tarjetas de crédito alcanzó 6.5% en la banca (+0.2 p.p.) y 12% en financieras (+3.9 p.p.); en créditos en cuotas llegó a 6.9% en la banca (+2.5 p.p.) y 10.5% en financieras (+1.6 p.p.).

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