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[OPINIÓN] Patricia Teullet: Matrimonio de conveniencia

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Fecha Actualización
Al asumir el mando, Dina Boluarte declaró que permanecería como presidenta del Perú hasta el año 2026. Días después retrocedería en cuanto a dicha convicción ante las violentas manifestaciones en las que se rechazaba su presidencia y se reclamaba el retorno de Pedro Castillo. En este contexto, tanto en el Ejecutivo como en el Congreso se hablaba (muy desganadamente, cabe decir) de un adelanto de elecciones: las protestas eran cada vez más violentas y “que se vayan todos” sonaba con mucha fuerza.
Y, aun así, allí continúan: en un matrimonio de conveniencia, listos, al menos por el momento, para quedarse hasta la finalización del periodo del gobierno en 2026. Bastó que las manifestaciones se calmaran (veremos qué pasa si las protestas se reanudan) para que tanto a la presidenta como al Congreso se les quitara el miedo y olvidaran no solo su disposición a abandonar antes el cargo, sino incluso a legislar para mejorar los próximos procesos electorales.
Podríamos decir que mejorar la legislación electoral es difícil porque tenemos “al gato de despensero”, pero debemos recordar que ninguno de los congresistas puede postular a la reelección, por lo que los incentivos a desarrollar normas que mejoren la gestión electoral o el desempeño del Congreso no deberían ser un imposible. Para poder sacar adelante al país, no solo necesitamos un mejor presidente; necesitamos también un mejor Poder Legislativo, capaz de mantenerse alejado de escándalos de corrupción o abuso, como el caso de ‘Los Niños’ o los ‘mochasueldos’ y capaz también de sacar solo las leyes que el país realmente necesita y no aquellas que demagógicamente les resulten convenientes y que van desde promover imprudentes retiros de los fondos de las AFP, que debilitan el sistema, hasta la declaración de feriados y consecuente pérdida de producción. Supuestamente, las normas tienen que contar con un análisis costo-beneficio, pero la exigencia de dicho análisis nunca ha sido obstáculo para presentar disparatados proyectos de ley que han originado importantes perjuicios.
Por el momento, tenemos a Dina Boluarte y a un Congreso cuestionado y desprestigiado.
Como en casi toda relación, en este matrimonio de conveniencia habrá peleas domésticas (como la interpelación e incluso censura a ministros), pero, hasta el momento, nada indica que piensen siquiera acudir a terapia de pareja.
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