“Los colegios no podemos cerrar los ojos ante esta realidad y somos los llamados a trabajar con mayor fuerza programas de prevención y de ayuda en la identificación de los casos de depresión”.
“Los colegios no podemos cerrar los ojos ante esta realidad y somos los llamados a trabajar con mayor fuerza programas de prevención y de ayuda en la identificación de los casos de depresión”.

Es imprescindible recordar que el 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental, apoyado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al ser los colegios de Latinoamérica los que más tiempo permanecieron cerrados durante la pandemia del Covid-19, tenemos que reflexionar sobre las consecuencias que este proceso generó en la salud mental de millones de niños, niñas y adolescentes, para tomar acción sobre esta realidad.

Son muchos los países que han demostrado el incremento en las tasas de diferentes problemas en la salud mental a causa de la pandemia. En el Perú, la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud, reportó que durante 2021 hubo un crecimiento del 12% en la atención de casos de depresión, en relación a casos atendidos en la etapa pre pandemia. Sabemos que esta cifra puede ser mayor pues muchos centros de atención no alcanzaron a atender a todos los casos que se presentaron, y muchas personas no han buscando ayuda profesional al no saber identificar los síntomas que esta conlleva.

Los colegios no podemos cerrar los ojos ante esta realidad y somos los llamados a trabajar con mayor fuerza programas de prevención y de ayuda en la identificación de los casos de depresión, de estrés, de ansiedad y acciones de prevención del suicidio, que son los diagnósticos más recurrentes.

Debemos convertirnos en aliados de las familias para que se pueda hablar abiertamente sobre la salud mental, sobre todo sabiendo que aún persiste como un tema tabú; se necesita que las familias puedan promover en sus hijas e hijos hábitos saludables como el realizar deporte de manera regular, garantizar el número de horas de sueño adecuado para cada edad, mantener una alimentación saludable y apoyarlos a desarrollar relaciones interpersonales sanas y por supuesto buscar ayuda profesional si la necesitan.

No es tarea fácil pero sí urgente y necesaria para recuperar a una generación de niños, niñas y adolescentes que aún sufre los efectos de las medidas tomadas tras la última pandemia. No hay salud sin salud mental.

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