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Hay 54% más jóvenes en el Callao que no estudian ni trabajan que en el resto del país
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El 27.7% de jóvenes entre 15 y 24 años del Callao no estudian ni trabajan, 9.7 puntos porcentuales o un 54% más que el promedio nacional, según el último semanario de Comex Perú.
La tasa de ninis también sorprende comparada con el índice de Lima, que, pese a estar a un paso de distancia, asciende a 19.3%, 8.4 puntos porcentuales menos que el promedio chalaco.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en los últimos cinco años la tasa de víctimas de delitos ha disminuido en el Callao (de 38.9% en 2013 a 27.3% en 2018), pero las buenas noticias podrían acabar ahí si se suma a la ecuación una alta población joven desocupada.
En 2018, la tasa de ninis en el país alcanzaba el 16.9%, según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), por debajo del promedio de la región, que el Banco Interamericano de Desarrollo estimó en 21%. No obstante, la Enaho informó que en el segundo trimestre de este año, la cuota de ninis aumentó a 18%.
El Ministerio de Justicia (Minjus) y la Sociedad Nacional de la Juventud (Senaju) afirman que la carrera delincuencial comienza alrededor de los 8 y 10 años, con robos menores. Ya con 20 años, esa persona está lista para integrar una banda criminal.
En este escenario, los ninis se convierten en un agente preocupante, pues conforman una población vulnerable, según una investigación elaborada por el Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade).
Estas personas son susceptibles de quedar socialmente excluidos por las dificultades que enfrentan para insertarse en el mercado laboral o conseguir un empleo adecuado.
Entre los factores de vulnerabilidad resaltan la situación precaria de las familias de origen, la deserción escolar obligada o incentivada, y la inestabilidad y precariedad laboral. Esta situación genera un mayor riesgo de caer en la delincuencia como forma de sustento económico.
Comex Perú considera crucial intervenir en la actividad criminal desde una temprana edad y brindarle a los jóvenes oportunidades de empleo adecuado, pero sin caer en la paradoja de la “mano dura”.
Tanto el Minjus como el Senaju afirman que medidas más radicales o “duras” contra los delincuentes terminan incentivando esta actividad. Por ejemplo, en la correccional juvenil conocida como “Maranguita” o el penal de Lurigancho, los reclusos llegan a “educarse”, básicamente. Incluso estos centros son apodados “La Escuelita” y “La Universidad” en el mundo del hampa.
Además del Callao, otras regiones con alta población nini son Loreto (24.6%), Áncash (21.8%) y Tacna (20.2%).
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