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Liberando a los peruanos de la cruz de la pobreza
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En el debate de los días lunes y martes, con tiempos muy cortos y un esquema muy desordenado, ningún candidato tuvo la oportunidad de desarrollar una propuesta sólida para combatir y reducir la pobreza. Por eso, aquí tratamos el tema con más detalle, desde la mirada de quienes contribuimos al desarrollo del país.
Ciertamente, las bases del modelo económico que hoy aplicamos como país sirvieron para que más peruanos generen riqueza libremente y sean prósperos. Aumentaron en número las micro, las pequeñas, las medianas y las grandes empresas, dieron trabajo y generaron impuestos que permitieron diversas obras de infraestructura y algunas mejoras en los servicios públicos.
Sin embargo, desde hace algunos años, debido a la falta de reformas económicas, tributarias, laborales; a las diversas pugnas políticas desproporcionadas, y hoy, debido el azote del COVID-19, la pobreza ha vuelto a aumentar de 20% a 27%. Millones de peruanos vuelven a ser vulnerables y a vivir en la incertidumbre, cargando una cruz que nuestros políticos y autoridades podrían aligerar.
Algunos candidatos antiempresa plantean que el crecimiento económico no tiene efecto en la pobreza. Esto es falso. Entre 1985 y 2020, existió una fuerte relación entre crecimiento económico y reducción de la pobreza. Así, un factor fundamental para disminuir la pobreza es generar crecimiento económico en todos los niveles del empresariado.
En este sentido, las propuestas más interesantes en esta campaña se basan en disminuir los costos de formalización para las mipymes, evaluar los programas de créditos con garantías en el Estado para dirigirlos hacia ellas, y digitalizar procesos de formalización de los negocios (De Soto, Acuña, Fujimori y Aliaga).
Es viable reducir los costos de la formalización en nuestro país. Somos uno de los países con los costos laborales no salariales más altos. En especial, el costo por despido arbitrario (11%) y bonos o gratificaciones (18%).
También es viable revisar los programas de Reactiva Perú y FAE-Mype para facilitar su alcance hacia las mypes, a través de su formalización, titularización, y registro de buen pagador, de manera que se reduzca el riesgo del banco para el préstamo y así reducir tasas de interés y aumentar acceso al crédito.
Digitalizar los procesos de formalización de las mypes es importante. El Perú está en el puesto 150 de 190 países en la facilidad para abrir un nuevo negocio, según el Doing Business 2020. La digitalización tiene mucha relevancia y viabilidad en este contexto.
Reducir costos laborales y formalizar a las microempresas facilitaría su acceso a mejores tasas de interés y más créditos, lo que estimularía su crecimiento y, a su vez, la contratación de más personal, aumentando salarios y con ello disminuyendo la pobreza.
En vez de partir el pan, multipliquémoslo
Si bien es cierto que la desnutrición crónica infantil en nuestros niños se ha reducido, el incremento de la pobreza, la suspensión de ciertos programas estatales y la falta de trabajo volverán a debilitar la salud de nuestros pequeños. Lamentablemente, nuestros candidatos no han ahondado en este tema, sino que más bien lo han tratado de forma muy superficial.
Existen varios estudios que demuestran que la anemia en los infantes afecta su desarrollo psicomotor e intelectual de forma irreversible. ¿Qué hacer? En 2020, IPAE elaboró una hoja de ruta para abordar esta problemática, especialmente bajo el contexto de la pandemia. Entre sus principales propuestas sobresalen generar paquetes de intervenciones en la primera infancia que incluyan vacunas, tamizaje de peso y tallas, gotas de hierro y consejería a las familias; complementariamente, brindar asistencia alimentaria o monetaria a las familias, especialmente en zonas periurbanas y rurales.
¿Cómo resucitamos a nuestro país?
La energía que nos ayudará a resucitar será la de los emprendedores. Según Arellano, además, Perú es uno de los pocos países donde la cantidad de empresarios independientes es mayor a la de empleados y está en los primeros puestos mundiales de orientación empresarial. En nuestro país existe una empresa formal o informal por cada siete habitantes, el ratio más alto de todo el mundo.
Ese ímpetu que nace de nuestro anhelo de libertad y autonomía debe ser acompañado por políticas de Estado que faciliten la creación y el crecimiento de las empresas. Con o sin pandemia, tenemos un capital humano rico e innovador que debemos potenciar para tener más hogares y familias felices y seguras.
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