Grecia se salvó del peligro inminente de una descontrolada cesación de pagos, al lograr una fuerte aceptación de los acreedores privados a su plan de canje de bonos que reducirá buena parte de su enorme deuda pública y allanará el camino para un nuevo rescate financiero internacional.
El Ministerio de Finanzas informó que el equivalente a un 85.8% de los 177,000 millones de euros de bonos regulados por la ley griega acudieron al canje.
Añadió que este porcentaje alcanzaría al 95.7% de toda la deuda griega en manos privadas al hacer uso de las cláusulas de acción colectiva (CAC), que obligan a los acreedores que no participan de forma voluntaria a incorporarse al plan.
Los financistas internacionales de Grecia, la Unión Europea y el FMI, exigieron el canje de bonos como condición previa para entregar un rescate de 130,000 millones de euros (US$172,000 millones), acordado el mes pasado con Atenas y el segundo que recibiría el país heleno.
El portavoz del Gobierno griego, Pantelis Kapsis, dijo que el resultado fue un "voto de confianza" sobre la capacidad de Grecia de llevar a cabo reformas estructurales profundas. "Creo que es un momento histórico", expresó a la cadena de televisión privada Antenna.
Pero Grecia debe recorrer un largo camino aún para resolver sus problemas económicos, políticos y sociales. Las reformas demandadas por la UE y el FMI junto con los fuertes recortes de gasto fiscal han provocado serios disturbios en Atenas y han llevado al desempleo a superar el 20% en el quinto año de recesión del país.