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Cusco: alguna vez el centro del mundo
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Por Asociación de Contribuyentes
Cusco hace 600 años era el centro del mundo para los Incas, y quizás para la mayoría de aillus que habitaban nuestras tierras. En las últimas décadas también fue un centro turístico de fama mundial, albergando una de las 7 maravillas del mundo moderno: Machu Picchu. Hoy, lamentablemente, Cusco ha pasado a ser un centro de generación de violencia, desempleo, informalidad y miedo, todo esto en parte financiado por la minería ilegal y el narcotráfico.
Si bien las autoridades regionales anteriores se encargaron de destrabar proyectos, descentralizar el uso del presupuesto y mejorar muchas herramientas de gestión, las nuevas autoridades parecen más preocupadas en sus campañas políticas e ideológicas que en el bienestar del pueblo cusqueño.
Cusco es la séptima región más poblada del Perú y es el punto turístico más grande a nivel nacional, recibiendo casi dos millones de turistas cada año (casi el 50% del total de turistas que recibe el país). Sin embargo, su riqueza cultural, religiosa, histórica, no va de la mano con su riqueza económica, productiva y de modernidad.
De acuerdo con el Índice de Competitividad Regional (Incore), apenas el 12% de los hogares cusqueños tienen acceso a Internet, y menos de la mitad tiene acceso a los tres servicios básicos de luz, agua y desagüe, en conjunto.
Esta situación persiste a pesar de que en 2022 la región recibió un presupuesto de más de tres mil millones de soles para inversión pública. El problema, el mismo que en Puno y las regiones más violentas: no se ejecutaron S/2,284 millones.
La región Cusco tiene 1'205,527 habitantes, según el último censo realizado en 2017 por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), de los cuales 596,525 son hombres y 609,200 son mujeres. De esta población, más de 96,000 cusqueños no saben leer ni escribir. Es decir, el 11% de la población es analfabeta. La tasa de analfabetismo es mayor en mujeres (16.5%) que en hombres (5.4%), aunque no existe una cifra actualizada sobre este problema.
El ánimo antiempresa, antiminero y antisistema de Cusco no encuentra ninguna justificación si se analiza de dónde vienen los ingresos que sostienen a la región. Según las cifras del MEF, Cusco recibió S/4,099 millones por canon y regalías cubriendo con esto el 58% de la inversión pública del Gobierno Regional de Cusco y el 32% de la inversión de los gobiernos locales. El problema no es la minería. Al contrario. El problema es que la mayoría de ese dinero se despilfarra o se roba.
Es decir, 4 de cada 10 soles destinados a proyectos de inversión fueron generados por la minería de la región; siendo los distritos de Wanchaq (S/1,018 millones), Megantoni (S/395 millones) y Pichari (S/ 198 millones) beneficiados con una mayor transferencia económica.
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