Tras veinte años de crecimiento económico, en los cuales la pobreza y pobreza extrema venía reduciéndose de forma significativa, la emergencia sanitaria puso de manifiesto la vulnerable situación bajo la cual viven miles de familias en todo el Perú: en el 2020 se registraron 30% de hogares en pobreza, evidenciando un aumento con respecto al año anterior.
Mientras que en el quinquenio 2011-2016 la pobreza disminuyó sostenidamente, sobre todo en el ámbito rural donde se redujo en 22%, y entre 2017 y 2019 este avance se estancó; en 2020, en el marco de la pandemia, aumentó en 49% a nivel nacional, 78% en el ámbito urbano y 12% en el ámbito rural.
Así, a cien días del inicio del gobierno del presidente Pedro Castillo, el número de personas que viven con altos niveles pobreza, con menos de S/ 12 al día, asciende a casi 10 millones.
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Por su parte, la pobreza extrema a nivel nacional pasó de 2.9% a 5.1%; es decir, 732,100 personas que ya eran pobres cayeron en pobreza extrema. Hoy esto suma 1 ‘663,990 peruanos que viven con menos de S/ 6.4 al día.
“El Perú vive una situación alarmante. La pérdida de empleos, el confinamiento y el cierre de negocios, han sido algunas de las causas que han dejado a muchos sin oportunidad de continuar saliendo adelante”, expresó Paola Bustamante, líder del eje de Lucha contra la pobreza de Propuestas del Bicentenario y directora del Videnza Consultores, en el marco del lanzamiento del Observatorio del Bicentenario.
Se suma a esta situación la carencia de servicios básicos, fundamentales para el cuidado y desarrollo humano. Al cierre del 2020, sólo el 34,4% de los hogares en del Perú tiene acceso a cinco servicios básicos como son agua, saneamiento, luz eléctrica, telefonía móvil e internet; bienes básicos que deberían ser accesibles para todos los ciudadanos y que hoy se han convertido en productos de “lujo”.
En el ámbito rural el panorama es aún mucho más desolador, pues solo el 4,7% de hogares tiene acceso a este conjunto de servicios, lo que ha dificultado, entre otros temas clave, la correcta asistencia de los niños a clases por más de 600 días.
“La reducción de la pobreza de forma sostenida es indispensable para avanzar en el desarrollo del Perú. El crecimiento económico, la generación de empleo y la inversión privada y pública son necesarios para lograrlo”, agregó la especialista en el marco del lanzamiento del Observatorio del Bicentenario.