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Tokio 2020: Conozca por qué la venezolana Yulimar Rojas es tres veces reina del atletismo
La atleta se quedó con la medalla de oro en el salto triple en los Juegos Olimpicos.
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Con su salto triple de 15,67 metros, la venezolana Yulimar Rojas se convirtió este domingo en tres veces reina del atletismo, con el título olímpico, el récord mundial y la plusmarca olímpica, proezas que la convierten en la heroína latinoamericana de los Juegos de Tokio 2020.
Aunque ganó la presea de plata en Río 2016, Yulimar se hizo dueña de la prueba que practica al ganar los Mundiales del 2017, después de lo cual compitió contra sí misma hasta confirmarse en Tokio como la mejor triplista de la historia.
Si bien los récords mundiales en la pista son imposibles de predecir, Rojas dio muestra este año de estar en su mejor momento como deportista; el pasado 22 de mayo en Andújar (España) puso su marca personal en 15.43 metros y este domingo superó por 17 centímetros la marca de la ucraniana Inessa Kravets de 1995 en los Mundiales de Gotemburgo (Suecia).
La venezolana dio el giro de su vida cuando en 2015, aceptó como amigo en facebook al campeón olímpico cubano Iván Pedroso, su modelo de deportista. Semanas después ya se entrenaba con el excampeón mundial de salto de longitud, quien la llevó a campeona mundial bajo techo en el 2016.
En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro aún tenía pinta de colegiala con su mochila a la espalda y aunque le faltaba un mundo por crecer, ganó la medalla de plata.
Sin embargo fue en los Mundiales de hace cuatro años, cuando la deportista se convirtió en la reina del triple salto, la que ganó todo, la que se obsesionó con mejorar la carrera de impulso, el salto, la caída y todo lo que la llevara a ser la más grande.
En 2018 retuvo el título mundial bajo techo y un año después ganó los Mundiales de Catar para dejar claro que las saltadoras de triple en el ciclo olímpico concluido este domingo estuvieron divididas en dos bandos: Yulimar Rojas y el resto.
“Sabía que lo tenía en mis piernas”, dijo en referencia al récord mundial, pero no tenía que confirmarlo con palabras. Sus extremidades de palmípedo, sus estiramientos de felina al retar al aire dejaron claro en los últimos meses que el mundo del atletismo está frente a una de las mejores deportistas de la historia.
Llegó a Tokio como cabeza de la armada latinoamericana, la apuesta más segura de los deportistas de habla hispana para ganar oro. Ganar no sería sorpresa y solo le quedaba poner belleza a su salto, lo cual logró en el último salto en el que pareció burlar la ley de la gravedad y lo hizo mejor que todas las que estuvieron antes.
En estos tiempos en el que algunas disciplinas inventan artimañas para mejorar el rendimiento, que en las carreras de distancias largas ensayan con zapatos estrambóticos para romper los récords, Yulimar ha logrado las proezas con el viejo método de convertir el verbo entrenar en una obsesión.
Posee un físico ideal con sus piernas largas, pero este domingo detuvo al mundo por un segundo con algo más sencillo: su mentalidad.
No es casual que su proeza haya sido triple, por el oro, por la marca olímpica y la mundial; a fin de cuentas, hacerlo todo bien tres veces es la obsesión de su vida desde que aceptó como amigo de redes sociales a Pedroso y se sometió a sus enseñanzas.
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