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Julio César Uribe : “Hay que contribuir de manera honesta, que es lo que menos hay”
Julio César Uribe, entrenador y ex futbolista, se pronuncia sobre el retorno del fútbol en medio de la pandemia.
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“Yo elegí el fútbol”. Era feliz, se divertía y se propuso sueños, como ser profesional. “Pero de los distinguidos”, aclara Julio César Uribe. Pese a la distancia telefónica, se siente la fuerza de sus palabras, a veces adornadas. “He logrado distinguirme en toda mi trayectoria”, remata el exjugador que debutó hace 40 años con la selección peruana de mayores.
Su sueño fue llegar a Primera. Sostenerse. Representar al Perú. Jugar en el extranjero. Y destacar. Todo lo hizo. Pero reconoce: “Fui muy ‘frentero’, he tenido problemas de carácter”. Cuando jugaba en Italia, no aceptar una decisión del técnico –a quien llama “argollero”– le costó su futuro. Había sido premiado como mejor extranjero en la liga, que ya tenía en sus filas a Maradona y a Zico. Asegura que Roma, Inter, Milan y Juventus ya cotizaban su fichaje. Pero tuvo que dejar Cagliari y volver a Latinoamérica. ¿Qué sueño no cumplió? Clasificar al Mundial cuando dirigía a Perú, en 2007.
Manual del Guerrero de la luz de Paulo Coelho, Qué hacer con el resto de tu vida de los hermanos Rubio, todas las obras de Miguel Ángel Cornejo y El cielo es el límite de Wayne Dyer son sus libros de cabecera. Hasta que le tocó escribir uno: Un mensaje para los carasucias. Subraya que leer lo ha llevado por buenos caminos. “Ya veremos si servimos a la gente para que no se sirvan de ella; o si simplemente sigo feliz en lo que es mi hábitat natural, que es el deporte llamado fútbol”, ensaya sobre su destino.
-La esencia del futbolista está afuera, en el césped. ¿A él le cuesta más este encierro?
Es la forma de vida natural, la que a uno lo apasiona. Hace falta, pero uno tiene que ser consecuente con la coyuntura, y para eso las autoridades nos han expresado las directivas sobre las que hay que conducirse para evitar que esto se desborde. Y nosotros observando que se está desbordando. Imagino que no queremos ser parte de nuestros conciudadanos irresponsables, ¿no? La evidencia te da la respuesta, la estadística a nivel mundial te da la respuesta, la prolongación de cada cuarentena te da la respuesta. Estamos viendo cómo se lucra con la necesidad y les importa un carajo la vida.
-Por lo pronto, el fútbol intenta salir a flote reanudando los torneos en algunas partes del mundo, pero un partido sin público debe ser doloroso.
No se puede bailar si no hay música; sin público, te falta el jugador número 12, que todo equipo necesita, la hinchada.
-¿No se debe reiniciar el torneo sin público?
Todo requiere de un análisis. Hay que respetar lo que la cabeza de manera consensuada plantee. Hay compromisos empresariales, de patrocinios, de televisión, compromisos con hidratantes, con líneas aéreas. Todo eso hay que analizar y buscar que la crisis golpee lo menos posible.
-¿Jugar sin público puede afectar el rendimiento?
No lo sé. Lo emocional siempre es súper importante, pero creo que tu responsabilidad siempre tiene que ser la que corresponde.
-Tampoco se podrá celebrar el gol con un abrazo.
El abrazo es el gesto más importante después de un logro colectivo en función de la esencia del juego, que es el gol. Esto no será para siempre. Hay que ser responsables, seguir los protocolos y a partir de ahí volver, de a pocos, a ser felices, porque cuando uno juega fútbol, es feliz.
-Cuando el presidente Vizcarra anunció que el fútbol estaría en la lista de deportes que pueden reiniciar sus labores, se criticó que se le dé esa prioridad. ¿Por qué es importante el fútbol?
Es el deporte de mayor arraigo popular en el mundo y eso no tiene por qué incomodar a nadie. Es una realidad sustentada en estadísticas. Todas las disciplinas deportivas son importantes, pero no todas tienen el mismo reconocimiento y uno tiene que convivir con eso, sin que eso implique que te sientas menos.
-¿El impacto económico del fútbol es considerable?
Hay ajustarse los pantalones, el fútbol no está exento de ello. Algunos buscan cómo reactivarse, algunos cómo sobrevivir y algunos abusivos que lo tienen todo quieren más. Hay que contribuir de manera honesta, que es lo que menos hay en nuestro país, ser honesto hoy es un problema.
-Estás molesto, Julio.
Yo siempre digo que debo seguir mi camino de manera correcta y ayudar en lo que sea posible. No me quiero desgastar en situaciones que no puedo cambiar. Aunque si tuviera un cargo para poder cambiar, yo garantizo el cambio, porque he vivido en las dos veredas: cómodamente y de manera muy humilde.
-¿Vas a las elecciones de 2021?
Tengo invitaciones, estoy pensando. Quiero tener una fuerza que me permita devolver un poco la dignidad de las personas y valorar como tiene que ser al pobre, darle herramientas de educación y salud, que no viva atrapado por la ignorancia.
-¿Volver a dirigir en Primera División es otro objetivo?
Sé cuál es mi valor. Siempre he dicho: de rodillas solo ante Dios. Sé que tengo capacidad. No me quita el sueño. Me toca estar tranquilo, muy tranquilo. Si llega, bien; si no, feliz con mis proyectos. Hay que conservarse humilde y ser agradecido.
-Sin embargo, algunas críticas hacia ti señalan –incluso desde el humor– que no eres muy humilde.
Si quieren que sustente la humildad viviendo de rodillas, no lo haré jamás. Los que tienen que ser humildes son el corazón y la mente. Lo que aparentas es un estado de forma, el fondo es el que hace la diferencia, y ahí tengo dos virtudes: humildad y gratitud. Los que no me conocen pensarán lo contrario, porque tengo personalidad, buen carácter y no le agacho la cabeza a nadie. No tengo nada de agrandado ni de soberbio. Me considero humildemente un soldado de los humildes. Me mantengo muy agradecido al fútbol y a la vida, por eso sigo intentando darle a la vida y al fútbol lo que me ha brindado.
AUTOFICHA:
- “Soy Julio César Uribe Flores. Tengo 63 años, pero me siento un joven con experiencia, me siento bien, gracias a Dios. Terminé la secundaria y seguí algunos cursos de computación de aquella época, del 75 que debuta la IBM. Pero me dediqué a jugar y leer mucho”.
- “En el Perú solo he jugado por el Sporting Cristal. Y en el extranjero, inicié el periplo con Cagliari en Italia, Junior de Barranquilla, América de Cali, América de México, Los Tecos, Envigado e Independiente de Medellín, y es ahí donde me retiro del fútbol”.
- “Si escribiera otro libro, no sería de fútbol precisamente. Preferiría escribir sobre cómo ayudar a los humildes para que sean felices. Reflexiono todos los días, cuando me acuesto y cuando me levanto. Gracias a Dios, no tengo prisas. Pero no voy a ocultar que sí extraño la competencia. Dios sabe por qué no se da”.
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