“Voy a los hospitales, a pueblos jóvenes. Ser Papá Noel es ayudar. Me agrada ver las caritas de alegría de los niños, lo ven a uno como algo celestial”, declara Sergio Cárdenas (César Campos/Perú21).
“Voy a los hospitales, a pueblos jóvenes. Ser Papá Noel es ayudar. Me agrada ver las caritas de alegría de los niños, lo ven a uno como algo celestial”, declara Sergio Cárdenas (César Campos/Perú21).

Sergio Cárdenas va en Metropolitano a la Academia de la Magistratura, donde trabaja en horario de oficina. Viste de terno, pero no puede ocultar su barba blanca, pelo cano, rostro chaposo, enternecedora sonrisa ni su cálida voz. En diciembre pide vacaciones y se pone el traje rojo de .

Tiene 74 años y 28 haciendo de la icónica figura navideña. Ha pasado por el cáncer y sufre de artritis; sin embargo, sigue viajando en su bicimoto a falta de renos. Hoy, a la medianoche, no estará en su casa, sino repartiendo regalos. También lleva su libro de cuentos confeccionado por él.

“Hola, mi hermano”, me dice y me estrecha la mano. Nos encontramos en la calle de su casa y un niño le grita desesperadamente: “Santa, santa”. Él responde con un “jojojojo”. No deja de hacer bromas, tras lo cual suelta su contagiosa risotada, mimetizándose con el señor de rojo. Para él, no solo es un trabajo, Sergio está convencido de que es Papá Noel y su aspecto físico y manera de ser lo confirman. Feliz Navidad.

¿De niño, creía en Papá Noel?
No he sido pobre, pero mis padres eran divorciados. Mi madre hacía de padre y de madre, y ella hacía todo lo posible por darnos todos los regalos. Tal vez por eso no conocía a Papá Noel, no sabía que existía hasta los 10 años. Pero nunca le pedí nada, porque sabía que mi mamá me traía todos los regalos. Aunque de ella heredé el cabello y barba blancas, que las tengo desde muy joven.

“Un buen regalo para la Navidad es la paz y la seguridad ciudadana. No tiene sentido que por un celular maten a una persona. Es una enfermedad tremenda”, dice Cárdenas (César Campos/Perú21).
“Un buen regalo para la Navidad es la paz y la seguridad ciudadana. No tiene sentido que por un celular maten a una persona. Es una enfermedad tremenda”, dice Cárdenas (César Campos/Perú21).

¿Por qué estudió Administración?
Yo quería ser abogado, pero no tuve la suerte de ingresar. Entonces, mi mamá me llevó a la Universidad de Lima que quedaba en el Campo de Marte y me inscribió. Soy de la segunda promoción. Estudié cinco años y la verdad es que no me gustaba. Entré a trabajar a la Mutual Perú, quebró y me dediqué a hacer taxi. Y ya luego un amigo me llevó a la Academia de la Magistratura, donde ya estoy 19 años.

¿Y en qué momento descubre que es Papá Noel?
Mirándome al espejo. En la calle ya me decían Papá Noel. Un día estaba manejando mi Volkswagen y una señorita me paró. Ella hacía espectáculos para niños y me dijo: “Señor, no se vaya a amargar, ¿no quisiera trabajar conmigo de Papá Noel?”. Le respondí que ya lo había pensado. Y en la noche ya me estaban haciendo el disfraz. Al poco tiempo, ella se compró una camioneta del año y pensé: mejor sigo por mi lado (jojojojo). Papá Noel me mantiene para todo un año.

¿Gana más como Papá Noel?
En dos actuaciones saco lo que gano en un mes en la academia. Desde el 15 de noviembre ya me empiezan a llamar. Aunque en agosto me llevaron donde una criatura que no quería payasos, sino a Papá Noel. Para julio del próximo año quiero ir al congreso de Papás Noel en Dinamarca. Pero no solamente es el asunto de ganar. Voy a los hospitales, a pueblos jóvenes. Ser Papá Noel también se trata de ayudar. Me agrada bastante ver las caritas de alegría de los niños cuando me ven, lo ven a uno como algo celestial.

"No he sido pobre, pero mis padres eran divorciados. Mi madre hacía de padre y de madre, y ella hacía todo lo posible por darnos todos los regalos", recuerda Cárdenas (César Campos/Perú21).
"No he sido pobre, pero mis padres eran divorciados. Mi madre hacía de padre y de madre, y ella hacía todo lo posible por darnos todos los regalos", recuerda Cárdenas (César Campos/Perú21).

¿Se siente realmente Papá Noel?
Sí, me he mimetizado con el personaje. Todo el año soy Papá Noel, así esté con terno. Desde julio ya empiezo a dejarme crecer la barba, que es lo único que me crece también (risas).

Ha sufrido cáncer. ¿En qué circunstancias?
Me dio cáncer a la oreja, me cortaron la mitad. He jugado mucho fulbito y el sol me ha afectado. También sufro de presión alta. Aun así, ese año hice de Papá Noel. Pero felizmente no pasó a mayores y Dios me ha dado una segunda oportunidad. En la vida te tienes que reír de todo: la esperanza y la alegría es lo último que se pierde. Hay una frase que dice: todo pasará. Y es verdad. Cuando te da cáncer y te deprimes, es peor.

Usted es muy creyente. ¿Ser Papá Noel es una forma de estar con Dios?
Así es. Parte de mi espectáculo es contarles a los niños el cuento del nacimiento del niño Jesús y les canto canciones. Actúo.

¿Siente que descubrió tarde o a tiempo su vocación?
A tiempo. La edad es mental. Me dicen que estoy igualito. Y yo respondo que sí, pero igualito a mi abuelito (risas).

"Me he mimetizado con el personaje. Todo el año soy Papá Noel, así esté con terno", asevera Cárdenas (César Campos/Perú21).
"Me he mimetizado con el personaje. Todo el año soy Papá Noel, así esté con terno", asevera Cárdenas (César Campos/Perú21).

También sufre de artritis. ¿Qué le da fuerzas?
Sigo jugando fulbito. Juego de interior estorbo (risas). Se hace lo que se puede. Pero me divierto bastante. Paro de lauchero adelante. El cuerpo ya duele, pero yo me mentalizo de que puedo hacerlo. Rezo un padrenuestro y sigo adelante. Yo mismo me doy fuerzas. La mayoría de personas de mi edad se tiran a la cama y ahí es donde te mueres. Los señores de edad me ven en mi bicimoto y me dicen que sus familias no quieren que monten bicicleta. En lo que respecta a mí, mi mujer y mis hijos no me dicen nada. Simplemente me gusta y lo hago. Todo es peligroso en esta vida. De Szyszlo se cayó con su mujer en la escalera. Murió en su casa. Y, más bien, ahora me voy a comprar mi patineta eléctrica.

Ser Papá Noel le ha dado vida.
¡Mucha más vida! Aunque las Navidades no las paso con mi familia, sino en las casas entregando regalos hasta las tres de la mañana. Llego a la casa a comer lo que sobra (risas). Mi agenda está copada.

Reparte regalos, pero, ¿qué recibe, además del pago cuando lo contratan?
El cariño de la gente. Cuando dicen: “Oye, es igualito a Papá Noel”.

¿Qué le pediría a Papá Noel?
Salud para toda mi familia y para mí, porque mis padres ya han muerto y mi hermana también.

¿Qué le pediría a su madre?
Que vele por mi familia. Yo creo que le agradaría que yo sea Papá Noel. Si volviera a nacer, sería otra vez Papá Noel.

¿Cuál es el mejor regalo de Navidad?
El cariño de la familia. Además, la paz y hoy en día la seguridad ciudadana. No tiene sentido que por un celular maten a una persona. Es una enfermedad tremenda. Papá Noel me ha enseñado a ser paciente, porque soy de carácter explosivo. Estoy tratando de ser mejor persona.

Autoficha:
- “Nací en Iquitos, pero a los seis años de edad ya estaba en Lima. Estudié en un sinnúmero de colegios. No he sido muy bueno en el colegio. Para pasar en quinto año, mi mamá tuvo que romper la pared del salón (risas). Finalmente, llegué al Leoncio Prado, donde fue fabuloso, ahí recién me gustó el colegio”.

- "Trabajé en Sanitas, Backus y Mutual Perú. Cuando quebró esta última, pasé a la Academia de la Magistratura. Coincidentemente fue en el mismo edificio. Mis hijos son Ana María (43), Sergio (42) y Alejandro (25). Y mis nietos: Camila, Sergio, Salvador y Samuelito”.

“Todos los años renuevo los disfraces de Papá Noel. También me he hecho uno de Papá Noel sport, con camisa nomás. El año pasado hice varios comerciales de televisión. He viajado a Ecuador, donde hice un comercial para celulares, con gente muy importante. Me trataron muy bien. Y soy hincha de la ‘U’”.