El libro es un invento fantástico, que es transformador, el vehículo directo para el desarrollo personal. Hemos sido muy localistas en los últimos años. Nos hemos enfocado mucho a los eventos en Lima. Pero tenemos que salir desde las regiones, desde los pueblos. Qué mejor que trabajar desde los niños más pequeños, en las escuelas y de la mano de las autoridades, que no solo tienen el encargo sino también los recursos. El lector peruano se fascina con la lectura, pero es un poco tímido al comienzo, hay que ir al encuentro del lector, ponernos casi en el camino del lector, en esta suerte de ferias, festivales, congresos. Acercar el libro al lector para provocarlo desde temprana edad. A veces cometemos un gran error con el niño, que para distraerlo muy tempranamente les entregamos las pantallas. Estamos privando al niño de que explore con el libro. Hoy existen libros tan lúdicos, con sonidos, con troquelados, con texturas.