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Patricia Llosa, arquitecta: “A Lima le hace falta un buen plan urbano de crecimiento”
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Cuando decidió estudiar Arquitectura, hacerlo era un acto optimista. Empezaba la década del noventa. “No se construía nada en el Perú. No sé qué hacíamos estudiando Arquitectura”, evoca Patricia Llosa sobre lo que considera un impulso, tal vez de esencial vocación.
Patricia es hermana de la cineasta Claudia Llosa. Pero ella deslinda del arte en la arquitectura, aunque acepta que la lectura y el cine la nutren. Su relación con la arquitectura no se forjó necesariamente en esa infancia lúdica en la que a veces edificamos nuestro futuro. Lo suyo fue tomando forma conforme avanzaba en sus estudios universitarios. “Cuando te vas metiendo en la arquitectura, ya no puedes salir”, me dice desde la oficina del estudio Llosa Cortegana Arquitectos, entre planos y maquetas, que en una de sus paredes luce, como trofeo, una suerte de cuadro que deja constancia de que fueron los autores del diseño del Museo de Sitio de Pachacámac.
La arquitecta limeña publicó recientemente La casa es una idea (Arquine, 2019), un libro sobre el quehacer arquitectónico, en el que se muestran 40 casas y se trazan las ideas detrás de un proyecto. Una obra que mira a la academia, pero que usamos como pretexto para mirar a nuestra ciudad.
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¿Por qué una casa es una idea?
El libro es producto de una reflexión que nace a lo largo de muchos años con mi socio Rodolfo Cortegana y con José Luis Villanueva. Un arquitecto no trabaja con ideales, sino con clientes. Hay circunstancias que generan un proyecto arquitectónico, una de ellas es la familia, el lugar, el clima, el presupuesto, las variables culturales. Hay un sinfín de factores que tienen que ir alternándose con las ideas que nosotros, como arquitectos, tenemos.
Más allá del espacio donde vivimos, ¿qué es una casa?
Los arquitectos nos formamos al proyectar una casa, pero también al habitar nuestra propia casa. La vivienda es el lugar primigenio donde te refugias y, al mismo tiempo, te formas.
¿Valoramos el espacio donde vivimos?
Las personas valoran su vivienda desde lo afectivo. Uno recuerda la casa de la abuela o del tío, cómo sonaba esa manija.
¿Cuánto se impone el arquitecto en un proyecto?
Es un diálogo, el arquitecto no debe imponerse sino entender la necesidad del cliente. Si una persona no se puede apropiar del lugar donde vive, ¿de qué sirve que el arquitecto esté orgulloso de lo que hizo? Pero no somos simplemente unos dibujantes del deseo del otro. Una también propone lo que siente que puede aportar.
¿Y la idea del arquitecto artista dónde queda?
No creemos en eso. Uno no puede tener la pretensión de hacer arte. El arquitecto está brindando un servicio siempre. La arquitectura tiene una dosis muy importante de investigación. Se tiene la idea de la vivienda emblemática y se piensa que ahí se tiene que llegar, pero lo que intentamos decir es que hasta en las viviendas más convencionales, hay una rendija de indagación de la idea proyectada.
¿Incluso en una Lima casi tomada por edificios enormes con viviendas de 70 metros cuadrados?
Un buen proyecto arquitectónico no depende de los metros cuadrados, sino de las ideas detrás de esos metros cuadrados y del diálogo con el otro.
Qué complejo debe ser generar ideas de vivienda en 70 metros cuadrados.
Siempre se puede. Hay casos emblemáticos de vivienda social en todo el mundo que son interesantísimos. Lo que pasa es que muchas veces se repite un esquema de la vivienda burguesa y se adapta, casi con calzador, en espacios muy reducidos. Por eso a veces ofrecen un área familiar y en realidad es un pasadizo.
¿Lima está creciendo bien?
La ciudad es muy compleja, producto de muchas variables. A Lima le hace falta un buen plan de crecimiento. Parte del problema es que se ha extendido de manera horizontal. Las ciudades deben crecer en altura de manera planificada. No tenemos un plan urbano de Lima bien hecho.
¿Vivimos en medio del riesgo potencial?
Lima tiene riesgos enormes porque ha habido mucho crecimiento informal en la construcción. Todos sabemos que estamos sentados en una ciudad que en cualquier momento tendrá un sismo. ¿Y qué tanto de esa ciudad ha sido bien planificada para afrontar eso?
¿Tú qué crees?
El porcentaje de viviendas que no tienen una estructura bien pensada es enorme. Además, tenemos en el Perú más arquitectos formándose que arquitectos colegiados. Hay casi 50 escuelas de arquitectura. Por un lado, es potencialmente interesantísimo, pero también nos habla de lo que tenemos que hacer con la formación del arquitecto. ¿Estamos formando arquitectos para afrontar una ciudad como Lima?
Y muchos pensando, imagino, en el boom inmobiliario.
Se ha idealizado mucho la carrera justamente por el boom inmobiliario. Pero es una carrera que tiene un compromiso y responsabilidad. Un edificio cambia ciudades, la dinámica de las personas, a veces el ritmo del viento, la orientación, la sombra, el espacio público. A veces se frivoliza mucho la arquitectura. Hemos estado en riesgo de que se confunda con decoración y moda.
¿Cuál es tu ideal de casa?
No tengo un ideal ni quiero uno. Lo que queremos es no saber adónde llegar. Hemos trabajado mucho intentando cambiar nuestra manera de pensar para conquistar esa libertad. Hoy, cuando todo es inmaterial, cuando estás más cerca de la persona que está más lejos porque chateas con ella, lo que nos queda de sólido es la arquitectura.
Nos hace reales.
Es estar en el mundo. Cuando subes una escalera, sientes cansancio, tu edad, tu físico; cuando te confrontas con una iglesia, sientes la escala del recinto. La arquitectura es un espacio de resistencia.
AUTOFICHA:
-“Soy Patricia María Llosa Bueno. Nací el 12 de febrero del 75, en Lima. Voy a cumplir 45 años. Estudié Arquitectura en la Universidad Ricardo Palma. De ahí me fui a Barcelona a hacer una maestría y luego volví para enseñar como dos años en la Universidad Ricardo Palma”.
-“Desde 2002 enseño en la PUCP. Con mi socio, Rodolfo Cortegana, enseño Taller de Proyectos. La casa es una idea es nuestra primera publicación. Nos tardó tres años. La hemos hecho con Arquine, una editorial muy prestigiosa de México. La PUCP también colaboró”.
-“Hemos estado muy vinculados al tema museográfico, de vivienda y educación. Los arquitectos se tienen que nutrir de todo lo que puedan culturalmente y tienen que ser lo más selectivos posibles porque te vas formando con todo lo que vas consumiendo, como si estuvieras alimentándote”.
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