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Nuevo director del Centro Cultural Garcilaso de la Cancillería: “Es un centro inclusivo, no hay filtro político”
Hernando Torres-Fernández, pianista y diplomático de carrera, asume dirección del Centro Cultural Inca Garcilaso de Cancillería y anuncia agenda.
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Aunque acaba de ser nombrado director del Centro Cultural Inca Garcilaso, conoce bien toda su historia. Y es que de alguna forma Hernando Torres-Fernández participó en su creación. “En esta casa de estilo republicano hubo oficinas de la Cancillería”, recuerda el diplomático. “Pero el solar data del siglo XVII, entonces tiene la estructura aún del solar, pero guarda la forma republicana”, complementa. “La última familia que vivió acá fue la familia Aspíllaga, a quien la Cancillería le compra el inmueble en 1954".
El Centro Cultural Inca Garcilaso se inauguró en 2005 con una gran exposición de Fernando de Szyszlo. Su primer director fue el recordado poeta Antonio Cisneros. La idea de su creación surgió casi de forma natural. “Diplomacia y cultura están íntimamente vinculados”, explica Torres-Fernández. “La cultura es un instrumento de la política exterior”. Porque además es una tradición no escrita que cada embajador haga de su casa un mini centro cultural para sus invitados, llevándose una cocinera peruana y mostrando algunos cuadros, artesanía y arte textil local. “En el consulado en San Francisco teníamos unos cuadros amazónicos fantásticos prestados por algunos artistas”, recuerda. “Además de una pequeña biblioteca del Perú”.
Pero la relación entre diplomacia y cultura es de ida y vuelta. “De los seis premios Nobel que ha tenido Latinoamérica, cuatro han tenido funciones diplomáticas importantes”, teoriza el flamante director. El propio Neruda recibió el Premio Nobel siendo embajador en París. No es casual, entonces, que Alonso Ruiz Rosas, Alejandro Neyra, Carlos Herrera y Guido Toro hayan cultivado las letras y la pasión por las artes. “En mi caso, he estudiado música y piano desde los 7 años”, rememora. “Y me ha tocado ofrecer recitales de música clásica y peruana en varios países del mundo”. No es casual que este sea el único ministerio que cuenta con un centro cultural propio. Si la diplomacia es el poder blando, la cultura es el lenguaje. Con esa tradición en cuenta, Hernando Torres-Fernández tiene clara su misión. “Este año celebramos relaciones diplomáticas con Polonia (100 años), con Japón (150 años) y con Corea (60 años), y para eso ya tenemos ciclos de cine y recitales promovidos por las respectivas embajadas”. La valla es alta para uno de los gestores del Hay Festival. “Es un centro inclusivo y abierto, no hay filtro político salvo la calidad. En 18 años de vida el centro cultural ha tenido 200 exposiciones artísticas y fotográficas, cientos de charlas, conferencias y seminarios, cuatro galerías de arte y una sala de cine”. Además, hay grandes temas que siempre se abordan, como la mujer, la Amazonía, el cambio climático, la migración y el arte contemporáneo. “A más crisis, más cultura”, dice, aludiendo a la urgente necesidad de diplomacia cultural en medio del enrarecido clima que vivimos. “El Día de la No Violencia contra la Mujer haremos con la embajada dominicana una exposición sobre las hermanas Mirabal, que se enfrentaron a la dictadura y fueron asesinadas por Trujillo”, anuncia.
Antes de despedirse, este diplomático de carrera, licenciado en derecho y relaciones internacionales con maestría y estudios en Berlín y Madrid, sonríe. Y es que se le acaba de preguntar por qué ha habido tantos arequipeños en el centro cultural. “Arequipa también está vinculada a la cultura y a la diplomacia”, explica.
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