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Luis Lumbreras: “El violentismo es fácil de ser manejado”
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Hace 50 años publicó su primer libro. Una obra que comenzó a escribirse en Ayacucho, empezando la década del sesenta, cuando era profesor de la Universidad de Huamanga, y que fue culminada cuatro años más tarde, en Lima, siendo docente de la Universidad de San Marcos. Un texto que fue producto de las clases que impartía en ambas casas de estudio, pero que recién fue publicado hacia finales de aquella década, cuando el país salía de un complejo periodo social y entraba a otro.
A San Marcos fue a estudiar Derecho, como su padre, y Matemática, como su madre. Aunque su vocación decía que debía ser médico. Finalmente, Luis Lumbreras se dedicó a la investigación desde la arqueología, la antropología y la docencia. Hoy es un referente de la arqueología social, y presenta una nueva edición, corregida y aumentada, de aquel libro de hace medio siglo, bajo el título de Pueblos y culturas del Perú antiguo (Ediciones Copé de Petróleos del Perú).
En un pueblo cercano a Contumazá, en Cajamarca, halló Los orígenes de la civilización en el Perú, otra de sus obras cumbres. Un maestro se le acercó para que le dedique el libro. “Este libro no lo conozco”, recuerda sobre lo que pensó en ese momento. Era un texto pirateado. “Me dio un gran gusto que había esta voluntad de copiar un libro que he escrito”, señala y sonríe el autor de 82 años, que ya prepara una nueva obra.
Uno de los postulados del libro tiene que ver con la racionalidad andina. ¿Esta empieza a imponerse hoy?
No, pero hoy existe una mayor presencia que antes. Por ejemplo, en los apellidos de las personas que están en el poder hay muchísimo aimara, quechua, que antes no había. Antes era un dominio totalmente hispánico. Eso ha cambiado.
¿Ha cambiado para bien?
Está cambiando para bien, pero con muchísimos saltos y sobresaltos. Están naciendo posiciones violentistas en algunos casos, posiciones teóricas de carácter doctrinario en otros casos.
¿A qué se refiere?
Mire, por ejemplo, el hecho de decir que un presidente que falló debe de ser muerto, que hay que matarlo.
Los que representan esa posición tienen un número considerable de congresistas elegidos.
Me asusta, porque esas personas irán al Congreso a decir esas barbaridades. Vamos a ingresar a una etapa interesante de ver qué cosa nos toca hacer. Por otro lado, está una posición doctrinaria, religiosa, la del Frepap. Y están ya presentes en el debate nacional. Es algo que hay que examinar con cuidado, no es una broma. Habrá una serie de debates en condiciones que me asustan, pero a mucha gente le da risa.
¿Por qué le asustan?
El violentismo es fácil de ser manejado.
¿Lo que vive el Perú con esos extremos es coincidencia frente a lo que pasa en otras regiones del planeta? Pienso en el medio oriente.
No solo es el medio oriente. Pasa en Estados Unidos, Europa. Hay alzamientos en toda América Latina contra el sistema. Lo que pasa es el resultado de varias cosas, entre ellas la indiferencia de los ‘genios’, que decían ‘no voy a votar’ porque ‘no quiero’, porque ‘soy libre’. Yo fui a votar, pese a que no me tocaba por mi edad. Tenemos la obligación de participar en la vida política del país. Estamos movidos en todas partes, es parte de la historia mundial, que está ocurriendo en la caducidad del sistema capitalista, donde teóricamente estamos representados todos los peruanos y eso es falso, no es cierto, hay gente que no habla el castellano y es peruana, hay gente que no está representada en ninguna parte del Estado.
Que eso usted ya lo escribió hace 50 años en este libro.
Soy alumno del doctor Luis E. Valcárcel, quien en un libro que se llamó Tempestad en los andes señalaba que un día las montañas nuestras de los andes se cubrirán de rojo; eso lo escribió en los años 20 y tiempo después Aníbal Quijano decía algo parecido junto con Julio Cotler, quienes afirmaban que estábamos en un proceso de cholificación progresivo, que es un poco esto que le vamos llamando racionalidad andina, la emergencia de un grupo de gente que dice ‘oiga, estamos conduciéndonos con cánones que no nos corresponden’.
¿Qué nos enseña el Perú antiguo?
Lo importante que fue la etapa en la que el Perú era grande y poderoso, la relación efectiva entre las condiciones materiales y nosotros. Cuando llegaron los españoles hasta el cielo era distinto. Y esas diferencias son significativas si uno las ve desde el lado del agricultor, del pescador. La diferencia sustantiva entre ese antiguo Perú y nuestro Perú actual es que hemos tratado de adaptar a nuestras condiciones materiales reales formas que no coinciden. Lo que hicimos después de la instalación de la República es intentar copiar los modelos de vida, de producción del mundo europeo y eso nos arruinó económicamente, destruimos lo que teníamos.
¿No hay marcha atrás?
Yo creo que sí. He visto que hay avances en los sistemas de riego; se está comenzando a aplicar con cierta racionalidad el guano. Soy optimista respecto del futuro.
A los 82 años, qué más hay por saber.
Cada vez que avanzo en algo, veo que me falta más y más. No he aprendido lo suficiente como para sentirme satisfecho de eso.
En el último año han fallecido el historiador Pablo Macera y antropólogo Julio Cotler. ¿Qué sensación queda?
Todos mis amigos se están yendo. Es terrible, porque es el grupo de gente con el cual yo estaba, con el que militaba. Es realmente muy doloroso. Me quedo sin mucha gente con la cual conversar.
¿Le preocupa la muerte?
No. Ya no. Eso es algo de lo que uno tiene miedo cuando es joven.
¿Y la evita?
Tiene que llegar, llegará. Vivir pensando en la muerte es no vivir. No tengo tiempo para eso.
AUTOFICHA:
- “Soy Luis Guillermo Lumbreras Salcedo. Nací en Ayacucho y vine a Lima a los 7 años porque mi padre fue elegido congresista en la década del 40 y me quedé en Lima, donde estudié primaria, secundaria y universidad en San Marcos; me enamoré de la historia”.
- “Pueblos y culturas del Perú antiguo es el libro número 39 o 40 que he publicado. También me dieron mucho gusto Los orígenes de la civilización en el Perú y La arqueología como ciencia social, que motivó la formación del movimiento conocido como arqueología social”.
- “Estoy trabajando en un libro donde hago arqueología hasta el siglo XX. Creo que una de las fallas de nuestra historia es no usar la fuente arqueológica para la comprensión de la historia reciente. Este año pienso terminar el libro, pero todavía no tiene nombre. Actualmente, solo trabajo en ello”.
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