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Luis Hernán Castañeda: Fronteras de la incomunicación
Violencia sexual, barreras familiares y ultranacionalismos son la materia de Mi madre soñaba en francés, la última novela del escritor peruano que radica en EE.UU.
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Cada familia traza sus propias fronteras, y es víctima de ellas. Sobre la imposibilidad de derribarlas, y de cómo estas se nutren de un panorama político polarizado como el que vive actualmente EE.UU., trata Mi madre soñaba en francés, la última novela del autor nacional Luis Hernán Castañeda (1982).
Una novela de la era Trump, según el mismo autor, escrita entre 2015 y 2018. Transcurre en mayor parte en Vermont, con una familia que intenta derribar sus propias barreras en un EE.UU. ficticio marcado por el ultranacionalismo y cerrado en sus fronteras, parecido al real.
También es un relato sobre la incomunicación con un protagonista, Juan, con estudios de Lingüística y la necesidad irracional de aprender idiomas, lo que no le sirve para restablecer relación con su madre en crisis, Pilar, quien viaja desde Lima para recluirse en casa de su hermana.
Juan viaja también e, intentando sacarla de su autoexilio, busca comunicarse. En un papel, ella envía un mensaje encriptado en clave poética: “De tanto haberte contemplado, oh piedra, / estoy aquí en el exilio. Hablando una lengua de piedra/ al oído del agua”. Es un poema de César Moro, “Piedra madre”.
Y Moro es una figura transversal no solo como parte de la historia, sino con relaciones sutiles con los personajes. Vivió exiliado en su lengua porque escribió la mayoría de su obra en francés –idioma que aprende Pilar en una etapa oculta de su vida–; de su país porque vivió gran parte de su vida en el extranjero –Juan, de Lima, vive en Galicia–; y en su sexualidad porque era homosexual –como Stephanie, prima de Juan, y su pareja Adler–.
MUROS COTIDIANOS
“Vivimos asediados por muros cotidianos, sensaciones de aislamiento o rechazo que vienen del país o de uno mismo”, anota el autor sobre su propia experiencia en EE.UU., donde reside hace 10 años.
“Vivimos asediados por muros cotidianos, sensaciones de aislamiento o rechazo que vienen del país o de uno mismo”, anota el autor sobre su propia experiencia en EE.UU., donde reside hace 10 años.
Más adelante, al restablecerse el contacto familiar, se descubre una violencia primordial: la violación de la madre por parte del padre, la cual repite Juan con su novia. Esta fractura agudiza el plano de la incomunicación. “Las palabras fallan ante este tipo de violencia. El trauma pone en crisis el lenguaje”, manifiesta el autor.
Se trata de una novela de personajes con vida pública, privada y secreta. En el primer ámbito, Stephanie y Adler buscan oponerse a la presidenta Auster, una suerte de Trump que llega al poder polarizando al país, radicaliza su propuesta nacionalista y cierra la frontera con Canadá.
“Hay un fortalecimiento del nacionalismo. Lo podemos ver en Brasil también con Bolsonaro, incluso en Perú. Me asusta, pero no me sorprende. La novela intenta ser un grito sobre las fronteras”, anota Castañeda.
¿Cómo impacta esto a las fronteras de la familia? “Son más duras de cruzar. Uno se siente extranjero en su casa, hay abismos. Lo he sentido y se intensifica en momentos como este, de división; padres e hijos están enfrentados políticamente”, expresa.
Sabía que...
- En el proceso de escribir, Castañeda viajó a Los Ángeles, California, para consultar los archivos de César Moro en el Getty Research Institute.
- Sobre la violación que narra el libro, reflexiona el autor: “La literatura puede ayudar a poner sobre el tapete la violencia de género”.?
- En el proceso de escribir, Castañeda viajó a Los Ángeles, California, para consultar los archivos de César Moro en el Getty Research Institute.
- Sobre la violación que narra el libro, reflexiona el autor: “La literatura puede ayudar a poner sobre el tapete la violencia de género”.?
Dato:
- La novela ha sido considerada entre las mejores de 2018. Es el octavo libro del narrador, que debutó en 2004 con Casa de Islandia.
- La novela ha sido considerada entre las mejores de 2018. Es el octavo libro del narrador, que debutó en 2004 con Casa de Islandia.
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