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Luis Eduardo García: “La poesía es una forma extraña y maravillosa de decir la verdad”
Luis Eduardo García: “La poesía es una forma extraña y maravillosa de decir la verdad”
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Sus primeros contactos con la literatura ocurrieron en Chulucanas, la ciudad piurana donde nació. Su padre, un empleado bancario, vendía libros y en casa tenía una pequeña biblioteca. “Creo que ese fue el origen de todo”, cuenta Luis Eduardo García. Estamos en una cafetería del Centro Histórico de Trujillo, ciudad en la que vive desde los años 80. Aquí hizo su carrera de narrador, poeta, periodista y docente universitario. Además de la literatura, siente gusto por el jazz clásico y el cine. Le atrae la política, pero solo como observador y crítico.
El lugar de la memoria ganó este año el premio a Novela Corta del BCRP y se publicará en las próximas semanas. ¿Puedes contarnos de qué va la historia?
Cuenta la relación entre un padre y su hija. Él está separado de la madre de la niña y, entonces, le asalta el temor de que su hija lo olvide. Pero ocurre una paradoja. Él enferma de Alzheimer y es quien termina olvidándola.
En tu novela hablas del olvido, no colectivo, sino el íntimo, el personal. ¿Ese es uno de los mayores temores del ser humano?
Sí, porque somos una suma de recuerdos. ¿A dónde van a parar los recuerdos? Esa pregunta me llamó poderosamente la atención. Las personas que sufren de Alzheimer son como muertos en vida, murieron antes de morir de verdad, porque perdieron lo más importante que tiene el ser humano: la memoria.
Pero el olvido también es una necesidad.
Imagínate si no pudiéramos olvidar y viviéramos la tragedia de Funes, el memorioso, el personaje de Borges que no podía olvidar nada. (Julio Ramón) Ribeyro se pregunta, además, qué pasaría si tuviéramos una memoria del dolor. Sería terrible. Felizmente existe el olvido, que es tan importante como la memoria.
Para escribir esta novela, que será publicada en algunas semanas, ¿investigaste sobre el Alzheimer? ¿Tuviste alguna experiencia cercana?
Leí muchos libros sobre esta enfermedad, revisé manuales científicos, vi varias películas. No tuve una experiencia próxima, pero conozco muchos amigos con familiares que sufren de Alzheimer. Lo que sí nació de una experiencia propia es el temor de que mi hija me olvide, pero fue solo un susto.
En términos estilísticos, ¿con qué tipo de novela se encontrará el lector?
Es una novela escrita en un lenguaje, más o menos, poético, pero también tributaria de la novela contemporánea. Yo creo ser un gran lector de novelas y, seguramente, ahí se descubrirán algunas influencias. Es una novela poética en el lenguaje, pero no es necesariamente intimista.
Si bien cuentas que siempre tu mayor deseo fue ser un narrador, lo concreto es que la mayoría de tus libros son de poesía. ¿Eres más poeta que narrador?
No lo veo de esa forma. Elegí los géneros por necesidad. Escribí poesía, porque en esa etapa de mi vida sentía una gran necesidad, y porque yo era un gran lector de poesía.
¿Y cuál es la necesidad de un poeta?
Transmitir el asombro que vive frente al mundo, ese asombro que puede ser producto de la belleza, del dolor. La poesía es una forma extraña y maravillosa de decir la verdad, la verdad frente a ese asombro. Eso es. La poesía es algo que les puede ocurrir a todos o que les ocurre a todos. En algún momento, todos queremos expresarnos poéticamente, pero no todos pueden llegar a ser poetas. Para eso se necesita estudiar, aprender, y, quizá, a eso se refería cuando (Antonio) Cisneros decía que el poeta nace, no se hace. La gran mayoría escribe poesía o viven actos poéticos, pero no todos llegan a ser poetas.
¿Qué es un acto poético?
Asumir la vida mirándole el lado inesperado; caer seducido por la belleza de las palabras. Para hacer poesía no necesitas escribir, a veces esa poesía en un acto cotidiano.
Este año publicaste Lo que parece estable, donde reúnes tus siete libros de poesía (1987-2021). ¿Qué es lo que parece estable?
Lo que parece estable es la vida corriente, porque, si la vemos bien, es también fugaz. Todo lo que vivimos, como el amor, parece que está bien, pero luego te das cuenta de que es pasajero y se destruye, como la felicidad, como la vida. Lo que hace la poesía es capturar esos momentos que parecen estables.
Entonces, la poesía revela el lado más inestable de la vida.
La poesía descubre que son cosas que se transforman y ese es su asombro (...). Ahora, si el poeta llegara a alcanzar la belleza que persigue, la poesía se volvería inútil.
Entonces, ¿el poeta no lo logra?
No lo logra, porque es un intento. Lo maravilloso está en la forma en que expresa ese intento. Está en busca de esa revelación y nunca se produce.
Una cosa es escribir poesía y otra cosa es entenderla, leerla, interpretarla. ¿Está hecha para ser descifrada o sentirla? ¿Qué piensas?
Son aproximaciones en ambos lados. El poeta busca la relación que nunca se produce; el lector busca encontrar la belleza que a veces le resulta esquiva, pero presiente.
En Lo que parece estable afirmas que la poesía es un arte de las minorías. ¿Por qué sucede?
Una razón es que el lector se ha banalizado y lee superficies. Como consecuencia de eso, los poetas se han vuelto prácticamente en poetas criptográficos y solo son leídos por otros poetas. Además, la poesía no ha sabido adaptarse a los desafíos comerciales de estos tiempos, cosa que sí ha hecho la novela.
AUTOFICHA
- “Soy Luis Eduardo García López. Nací el 3 de mayo de 1963 en Chulucanas, un área rural de Piura. De mi infancia, lo que más recuerdo es mi contacto con el campo y la naturaleza. Allá estudié primaria y secundaria. En 1980 me fui de mi casa y no volví más”.
- “Mi intención era estudiar literatura en San Marcos, pero antes de ir a Lima visité a mi hermana en Trujillo y me quedé. Estudié Derecho en la Universidad Nacional de Trujillo, pero nunca ejercí. No tengo las condiciones psicológicas para desenvolverme en ese mundo duro”.
- “Pienso que la poesía es una forma de filosofar, de pensar, de descubrir ángulos desde donde mirar la realidad de otra manera. Te hace descubrir los lados menos iluminados de la vida. Rompe la estructura tradicional del lenguaje, te obliga a decir las cosas de otra manera, quizá indirecta, pero más profunda”.
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