Luis Carlos Burneo de La habitación de Henry Spencer (Foto: Mariana López)
Luis Carlos Burneo de La habitación de Henry Spencer (Foto: Mariana López)

Los juguetes de Luis Carlos siguen siendo los mismos. Las cámaras de video, un betamax, el minicomponente de la sala, casetes, libros, revistas, unas 3 mil películas, 500 CD y 400 vinilos; “no son tantos”, dice. Juguetes que se dedicó a ordenar en el último año, juguetes que también fueron pequeños refugios luego de aquella montaña rusa de emociones que significaron la muerte de su padre en diciembre de 2019, la llegada de la pandemia –para alguien paranoico y nervioso como él– y el fallecimiento de su abuela por en agosto de 2020. No tenía ganas de abrir la computadora ni de prender la cámara.

Pero fue otro refugio. El canal de YouTube que creó hace 14 años, cuando la palabra youtuber no existía y las redes sociales eran Fotolog, Hi5 y My Space. Canal que lo llevó hasta la televisión y ahora a la radio, una cima en esa montaña rusa, a la que llega por primera vez con el programa Spencer en el Oasis, de lunes a viernes, de 7 a 10 a.m., en el 100.1 FM de Radio Oasis.

Los sueños de siguen siendo los mismos. “De niño soñaba con hacer exactamente lo que hago ahorita”, me dice y agrega que hoy sueña con seguir haciendo todo esto para siempre.

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-Dices que tu abuela era como tu mejor amiga.

Fue lindísimo. Ella siempre me decía a escondidas que yo era su nieto favorito. Y cuando comenzó La Habitación de Henry Spencer, me vi en la obligación de generar contenido sin conocer a nadie y armé un segmento con ella que se llamó ‘La cocina de la abuela’, donde veías a una abuela que era la abuela de cualquiera, cocinando platos tradicionales. Yo podía pasar con ella días enteros y sin aburrirme, abrazándola, besándola, acompañándola.

-¿Compartieron algún gusto musical o por el cine?

Colecciono vinilos de música en general y tengo un disco de la cantante criolla Esther Granados. Un día revisando mis discos, ella encontró ese disco y me dijo: “¿Cómo tienes a Esther Granados?”. Y Esther Granados tiene un mix de jaranas que se llama “Solita me jaraneo”, y mi abuela me hizo poner el vinilo en el tornamesa, y vi cómo –cuando escuchas algo de tu ‘chibolitud’– se puso a llorar y se puso a tararear todo el disco; y mientras tarareaba el disco, no dejaba de ver la portada, la contraportada. Bien bonito, nunca me voy a olvidar ese momento. Solo lo he vivido con mi amigo Leo Bacteria de Insumisión, en un episodio que está grabado en La habitación..., que se llama ‘Leo Bacteria me muestra sus vinilos’. Pone una canción y, de pronto, la vista se le nubla.

-¿Qué tienes de tu abuela?

Tengo de ella y de mi mamá como una extrema sensibilidad, cariño, ternura por las cosas, por la vida.

-¿Y de quién heredaste aquello que a veces se ve desde afuera: una persona abstraída, a veces ida, hasta ‘rara’?

Yo creo que es una imagen que he proyectado durante mucho tiempo debido a mi propia inseguridad y extrañeza con la vida. Mucha gente me dice eso. Mi mejor amiga, Sandrita, me dice que en la universidad la gente me miraba como loquito porque llegaba con mis audífonos ‘grandazos’ como de DJ y no hablaba con nadie y me metía directamente a la clase, y me decían el loquito de los audífonos. Yo creo que ha sido un tema de inseguridad, inmadurez, de sentir que no conectaba o me daba miedo conectar. Pero creo que poco a poco estoy, con mucho esfuerzo, cambiando eso.

-¿Pero habría que cambiarlo?

Sí, ¿no? Habría que cambiar algunas cosas para que puedas conectar mejor con el mundo externo.

-¿Tendría alguna conexión con tu infancia?

Sonará súper trillado, pero no era el chibolo que jugaba fútbol, que iba a fiestas, que era popular. Era el patita que paraba en los recreos encerrado en el salón de música tocando guitarra y escuchando sus discos. Siempre me sentí un poco apartado de todo, pero es bonito formar parte de algo. Y a los 14 años descubrí el punk rock y fue como: ah, qué loco, acá hay un montón de gente que se siente igual que yo. Tuve mi banda de punk (Antisocial). Fue vital, había más gente en el mundo como tú que no se sentía parte de, pero que en el fondo quiere sentirse parte de.

-¿Y tu abuela qué te decía de La Habitación...?

Ella me decía: “Enanito, no entiendo nada, pero qué alegría ver los comentarios. No entiendo cómo metes el casete de video en la computadora”. Hubo una época en que salíamos mucho a la calle y la gente me reconocía porque estaba en televisión, y ella vivía orgullosa (se entrecortan sus palabras). Les decía a sus amigas: “A mi nieto lo reconocen en la calle”. Eso es muy tierno.

-Para los padres o abuelos puede ser todo.

Pucha, uno quiere en la vida que te reconozcan por algo. Es bonito.

-Si hoy todavía quizás se le mira por encima del hombro al youtuber, ¿en 2007 cómo era?

Una amiga me decía que tener el canal en YouTube sería como tener un canal de UHF, que era como decirme que sería chiquitito, que no le iba a importar a nadie y que se verá feo.

-¿Qué le respondiste?

Vamos a ver (ríe). A los meses explotó muy rápido.

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-¿Se podría decir que fuiste el primer youtuber peruano?

No puedo asegurarlo, pero la gente dice eso. O sea, youtuber como generador de contenido que sube permanentemente contenido específico a un canal de YouTube, yo creo que sí lo soy, porque en esa época había un montón de canales de YouTube pero que subían televisión peruana.

-¿Y hoy vives del YouTube?

Vivo del YouTube y vivo de las cosas que me aparecen gracias al YouTube, como por ejemplo la radio ahora, el stand-up comedy.

-Hay gente que ha hecho fortuna, como es el caso de Luisito Comunica, en México.

Pero son otras realidades. El contenido de La Habitación... es muy especial, muy de nicho. Claro, podría hacer otro tipo de contenido, como de viajes, tendencias, retos y de repente tendría 10 veces más de audiencia, pero creo que el tema en YouTube y en redes sociales es no ser tendencia y mantenerte en el tiempo. Prefiero no ser tendencia y estar 14 años vivo y chambeando.

-¿Alguien que quiere generar contenido en YouTube qué debe hacer?

Hubo una época en el 2015 que se puso muy de moda y hasta salieron libros de cómo ser un youtuber exitoso. Todas las pautas siempre son orientadas a que tengas vistas, seas exitoso, popular, que seas tendencia. Yo siempre propongo todo lo contrario, que hagas lo que te nace y en lo que estés seguro que habrá una, cinco, diez o 100 personas que lo compartan y disfruten y que poco a poco se vuelvan tu comunidad. Es preferible generar un producto único, distinto, que tenga tu marca personal, hacer algo que te salga del corazón. Poco lograrán haciendo un canal de retos, de viajes, de comida porque ya el internet explota eso. El truco para llegar a ser exitoso es tratar de hacer algo nuevo, único, que sea como un baldazo de agua refrescante.

-Pero también tienes el número de visualizaciones que puede ser cruel. Hacer algo que te gusta y de pronto solo logras cinco visualizaciones.

El gran Fat Mike, vocalista de la banda NOFX (grupo punk rock de EE.UU.), tiene una frase que dice: “tú no necesitas vivir de tu trabajo, necesitas trabajar en algo que te permita hacer lo que quieres hacer”. Últimamente hay toda esta onda de “yo quiero vivir de lo que hago”, y muchas veces no se da. La gente que hace teatro no vive del teatro, tiene que hacer muchas cosas. Si quieres hacer algo que te nazca del corazón, usualmente debes tener un trabajo estable, un emprendimiento aparte que te permita no dejar de hacer lo que quieres hacer en el fondo. Yo hago eso. Hago un montón de cosas que me permiten hacer La habitación...

-Alguna vez dijiste que llegaste a la televisión sin plata. ¿Hoy cómo llegas a la radio?

Mucho mejor, con un canal tan sólido como La habitación de Henry Spencer que te permite monetizar el contenido en YouTube, que te permite de vez en cuando tener algún tipo de promoción con alguna marca o servicio. Yo llegué a la televisión cuando las redes sociales estaban en pañales. Hoy estamos en un mundo donde casi la norma es ser digital; hay muchas oportunidades para hacerlo.

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-Luis Carlos, ¿qué le dirías a tu abuela si, de pronto, se sienta a tu lado?

Asu, qué fuerte tu pregunta… Le diría te extraño muchísimo, gracias por todo y extraño que me digas cosas lindas al oído, como siempre me decías (se quiebra)... Ella tenía Alzheimer y una de las últimas veces que la vi, de pronto, le entró una lucidez y me dijo: “Tú eres mi nieto favorito, yo te adoro, tienes un corazón de oro”. En su mirada podías sentir que estaba totalmente conectada con lo que decía, y eso me lo llevo para toda la vida. Fue como una especie de despedida sin quererlo.

AUTOFICHA:

- “Soy Luis Carlos Burneo Flores, tengo 39 años, nací en Lima, Perú. Estudié en el colegio Inmaculado Corazón, en el colegio Santa María y en la Universidad de Lima. Luego de la universidad me dediqué 100% a trabajar. En la universidad comencé a practicar en la sala de cine Ventana Indiscreta”.

- “Salí de la universidad y comencé a trabajar en El Cinematógrafo de Barranco. Hoy sueño con escribir mi segundo libro. Quiero explorar el género documental que vengo trabajando ahorita en La Habitación de Henry Spencer. Sueño con estar tranquilo y contento”.

- “En el 86, 87 fue el primerísimo estallido del homevideo en el mundo. Mi padre viajó y compró una cámara de video betamax como para grabar los bautizos, los cumpleaños, los paseos, pero rápidamente la cámara se volvió mía. Registrar imágenes y verlas en mi tele era mágico”.

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