‘Chino’ Burga ha edificado unos 15 proyectos musicales. (Fotos: JOSE ROJAS).
‘Chino’ Burga ha edificado unos 15 proyectos musicales. (Fotos: JOSE ROJAS).

Era un niño de los ochenta. Escuchaba Doble 9 y sintonizaba Canal 27. “Dear prudence”, de The Beatles, interpretado por Siouxsie and the Banshees, y “The Trooper”, de Iron Maiden, todos del universo británico, sentaron los cimientos de una estructura ecléctica con columnas sólidas. Influenciado por una familia donde el padre era un fanático acérrimo de la música .

El 31 de diciembre de 2020 en la noche se confinó en su habitación. Apoyó el celular en un cenicero apuntando al parlante. Conectó la guitarra, encendió el amplificador, meditó, entró en trance y empezó a tocar y a grabar en el celular. El 1 de enero de 2021, repitió la misma operación para completar la grabación del álbum Invokaciones, su más reciente vinilo editado por el sello norteamericano Echodelick Records. Es el vinilo número 17 que publica en casi 30 años como músico autodidacta. Ha realizado seis giras internacionales, la mayoría con La Ira de Dios, insignia del space y la psicodelia en Latinoamérica. Todas a Europa, lo que representa más de 150 conciertos. En la ruta, ha conformado 15 proyectos musicales, ha administrado los bares Hensley y Drone, y se formó como arquitecto.

El adulto de este siglo ha vuelto a la habitación del niño de los ochenta. Una habitación ni muy chica ni muy grande, donde caben sus más de 700 , dos guitarras, un par de teclados, un amplificador, efectos de guitarra, un escritorio, una cama, la ventana que da a la Panamericana Sur y el Chino Burga, o Miguel Ángel Burga Rivera.

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-¿Cómo te trata la pandemia?

Difícil. Me ha chocado porque he tenido que cerrar el bar (Drone). Y no poder tocar en Lima y afuera. De hecho, con Culto al Qondor teníamos planes de ir a Chile y México, en 2020, y todo se cayó. Lo de los streaming no me terminó de convencer. Era un ¿qué hago?, y ahí surgió la idea de empezar a hacer música solo.

-¿Es la primera vez que trabajas solo?

En 3AM de alguna manera era yo solo. Pero en un inicio éramos dos integrantes; y en la primera gira internacional que hice con 3AM por Escandinavia un amigo danés me acompañó. De hecho, me daba mucho miedo estar yo solo en el escenario.

-¿Por qué miedo?

Pararte en un escenario solo es algo bien fuerte. Estás ante un montón de gente, sin nadie que te respalde. Cuando estás en un grupo, las miradas del público se reparten con toda tu banda. El miedo se comparte. Pero acá estás solo; al comienzo me resistía un poco a eso, pero por equis motivos tuve que hacerlo.

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-Los dos discos que has publicado en pandemia (Letanías e Invokaciones) me parece que son como introspecciones. Lo hecho antes está dentro del rock, la psicodelia, el noise, que las asumo como expresiones que miran hacia afuera. ¿Es así?

Yo creo que sí. Ha sido como un aislamiento dentro de este aislamiento. Creo que el confinamiento me ha hecho replantearme muchas cosas, me ha hecho pensar en quién y qué es bueno o necesario en mi vida, qué tengo que dejar atrás.

-¿Qué tienes que dejar atrás?

Hay cosas que ya no necesito.

-¿Como qué?

Cosas que no son necesarias pues, ¿no? Dependencias. Preferí aislarme. Empezar a hurgar dentro de mí, y eso me llevó a hacer estos dos discos, sin pensarlo mucho, que comenzó incluso antes del confinamiento, yo diría un año antes. La raíz parte de una etapa bastante oscura en mi vida. Yo pasaba por periodos de mucha depresión, que me llevaron a investigar maneras para sentirme mejor.

Chino Burga, casi 30 años en escena.
Chino Burga, casi 30 años en escena.

-Pensaría que alguien que produce tanto está en constante ebullición y que tal vez difícilmente se deprime.

No. Soy una persona bastante solitaria, bastante oscura, por así decirlo, con bastante tendencia hacia la depresión. De hecho, por muchos años he tenido muchos problemas de adicciones. Todo esto conllevó a que caiga en este abismo negro y no encontraba salida; ya no quería investigar más en sustancias. Entonces, empecé a buscar terapias alternativas; a investigar con tonos binaurales, con frecuencias y encontré resultados. Fue la semilla para estos discos. No quería repetirme.

-¿Qué significa cuando dices que este disco lo tocaste en Sol y vibra a 384 Hz?

Si nos ponemos en plan medio místico (ríe), la nota Sol está asociada al chacra de la garganta, que es el quinto chacra. La nota Sol lo que hace es abrirte ese chacra. Y la vibración 384 fomenta eso. Pero no me creo gurú ni nada. Simplemente trato de hacer música que me llene: poder quedarme por mucho tiempo en una sola nota y conectarme con esa eterna repetición y jugar encima de eso. Y a quien le pueda ayudar, bienvenido, en buena hora.

-¿Esta suerte de muralla sonora te protege del mundo, de este complejo e intenso ruido perturbador que es la pandemia y la coyuntura política?

(Se queda en silencio). No sé si es una muralla donde uno se esconde, pero sí es un lugar de protección, como un escudo quizás, para poder seguir avanzando. No es un escondite. La vida continúa y tenemos que seguir, no hay que tener miedo. El miedo inmoviliza.

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-¿Elegir el rock en la adolescencia fue también como un escudo?

Fue algo natural. Sonaba por mis hermanos. Yo llegaba del colegio, prendía la televisión y veía esta gente rara, con peinados raros o con videos que salían monstruos, como de películas de terror, que siempre me han llamado la atención, como los videos de Iron Maiden. Hasta hoy todo el cine trash, sesentero, cincuentero tiene un lugar especial en mi corazón. Habiendo definido mis gustos, hubo dos personas claves, muy influyentes en mi gusto musical: Helen Ramos y su programa de radio los domingos, en las noches, era una cosa muy esperada. Te ponía música que no escuchabas en ningún lado. Yo paraba pendiente de lo que ponía y con lápiz y papel apuntaba todos los nombres de las bandas que iba poniendo. La otra persona básica que me enseñó muchísimo es Pepe Salomón de Galerías Brasil. Ha sido una enciclopedia abierta de música alternativa para mí. Siempre me ha gustado investigar, ir por cosas raras y que me saquen de acá, que me saquen de mi estado. En cristiano, siempre me ha interesado la psicodelia.

-¿Qué tiene la psicodelia?

Tiene una capacidad de tele-transportarte, de elevarte, de llevarte a un estado como de hipnosis, de ascensión que siempre me llamó muchísimo la atención.

Su más reciente producción editada en EE.UU.
Su más reciente producción editada en EE.UU.

-Pero elegiste estudiar primero Ingeniería Industrial y luego Arquitectura, que serían formas de pisar tierra.

Sí. Ahí viene uno de los mayores conflictos en mi vida. Ejercí la Arquitectura quizás unos ocho años y a la actualidad no la ejerzo. Ahorita estoy sumergido en todo lo que es música; gracias a Dios, de alguna manera, me está funcionando, cada vez investigo más y me meto más en todo esto de frecuencias y sonidos.

-Esta producción sonora solista es solo arte o son objetos que tendrían que ver más, tal vez, con la Arquitectura e, incluso, la Ingeniería.

Hay un poco de física, hay una parte científica, hay mucha cuota espiritual, mística; y definitivamente, el lado artístico o artesano, que es mi firma personal.

-¿Por qué elegiste estudiar Ingeniería o Arquitectura, que podrían oponerse a la música?

Ingeniería Industrial fue un disparo al aire y como al sexto ciclo me di cuenta de que no era lo mío. Y Arquitectura era lo más artístico que encontré, y rentable. Hay varios conceptos de la Arquitectura que me han servido en la música. La Arquitectura se rige mucho por patrones de ritmo y repetición, que es algo a lo cual le rindo mucha pleitesía, como te darás cuenta (ríe). Soy mucho de agarrar conceptos. Por ejemplo, agarro conceptos de la música andina y los implemento en mi música. No hago fusión, pero agarro conceptos.

-La música tradicional del Perú tiene mucho de psicodelia.

Exacto. Mi relación con la música andina no es nueva. En los primeros discos de La Ira de Dios, en Culto al Qondor hay bastante relación; y ahora en Letanías y en Invokaciones también; cómo interpreto mis solos tiene mucho que ver con los huainos.

-Son casi 30 años en la música. ¿Estuvo bien la decisión?

Ha sido una vida rara, bonita y difícil. Bonita porque me ha tocado vivir cosas que jamás imaginé; soñaba con todo esto de niño, con viajar, con editar discos, ser conocido afuera, con tener reconocimiento afuera, con conocer a ciertos héroes, conocer mucha gente, hacer amigos por todo el mundo. Ha sido muy difícil y ha sido más difícil al escoger el tipo de música que hago; soy consciente de que la música que hago no es para nada fácil de escuchar o asimilar o difundir, es el under del under. Y raro, porque, vamos, no es tan común que esto pase; somos de los pocos privilegiados que tenemos la suerte de haber ‘toureado’ por el extranjero, editado en el extranjero y tener un reconocimiento internacional, y haber logrado todas estas cosas sin haber tenido que comprometer tu arte ni el trabajo.

-Has elegido el vagón más oscuro, más lento, donde quizás pagas más para viajar, si lo vemos desde el punto de vista del ‘éxito’ convencional.

Pero ha sido el vagón más bonito y divertido.

-¿En qué parte del camino te encuentras?

Yo creo que estoy a la mitad. Creo que recién se está abriendo una puerta. Creo que el camino que está por venir es más auspicioso.

-Eres optimista.

Creo que soy realista, confío en mi trabajo y lo que hago es trabajar. Trabajo bastante, estudió bastante. No se puede parar.

AUTOFICHA:

- “Mi nombre completo es Miguel Ángel Burga Rivera. Nací en Lima, en Miraflores. El 31 de octubre de 1974. No llegué a terminar Ingeniería Industrial y sí estudié Arquitectura. Y llevé cursos de Fotografía en la Kodak, y también cursos de Pintura, Dibujo en Corriente Alterna”.

- “He publicado 17 LP’s en vinilo. CD’s no sé. Casetes he sacado bien poco, unos tres. Hice seis giras internacionales, cuatro con La Ira de Dios y dos con 3AM. He llegado a países como Suecia, Dinamarca y hacia el Este hasta República Checa. En Perú he llegado a Arequipa y Cusco”.

- “Para este año se vienen un par de splits de Chino Burga con artistas de afuera, con unos canadienses, que rockean un poco más que yo, pero también muy sosegados y dispersos. Invokaciones fue masterizado por uno de los miembros del dúo Anunnaki (Canadá). Y a raíz de eso haremos el split”.

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