“Soy un desastre con los deportes desde chico”, asegura mientras ríe y se toma la cabeza. Intentó con fútbol, pero era al último que escogían cuando formaban equipos. Le fue bien en básquetbol, aunque lo dejó porque se rompió un dedo, y ya estaba aprendiendo a tocar guitarra. Porque quería ser músico.

Y la música es, finalmente, como una maratón permanente, pero una maratón sin final, una maratón sin competidores, donde el triunfo es seguir y la derrota es el fin. Una carrera que el creador de Pangea eligió y en la cual hoy corre por una de sus cimas: ser el director musical y compositor de las ceremonias de los

Lucho estuvo en el Estadio Nacional durante la inauguración de los Panamericanos por ser uno de los artífices, pero también vestido con la ilusión del niño que a los 12 años formó el grupo Kuntur Wasi y a los 13 empezó a componer. Una ilusión que con la ceremonia llegó hasta las lágrimas, como le pasó a millones de peruanos, un viernes como hoy.

-Cuando ves las imágenes de la inauguración, ¿qué pasa por la cabeza y el corazón?
Cuando lo vi el día de la inauguración, en el estadio, lloré. Está el hecho de trabajar más de 10 meses en la parte musical. Y Francisco Negrín, el director, comenzó mucho antes. Buscábamos mostrar un Perú mestizo, nuevo, contemporáneo, un Perú que salga de lo que ya se conoce. Se tiene la etiqueta de la cultura andina y Machu Picchu. Queríamos mostrar todo lo que se están perdiendo.

-Sin duda, es uno de los picos de tu carrera.
Nunca había compuesto tanta música, y tan diversa, para un evento. Conmigo también han trabajado Pauchi Sasaki, quien hizo un arreglo maravilloso para el himno nacional, y Jimmy López, un músico muy reconocido afuera, en el mundo académico. Él hizo los arreglos para la parte que cantó Juan Diego Flórez. También me encargaron el soundtrack. Ha sido un trabajo enorme.

-Después de llorar, ¿qué pasó?
Pensaba: ¡lo hicimos!

Lucho Quequezana sobre la inauguración de Lima 2019: "Se demostró que el Perú es más que Machu Picchu”. (Piko Tamashiro/GEC)
Lucho Quequezana sobre la inauguración de Lima 2019: "Se demostró que el Perú es más que Machu Picchu”. (Piko Tamashiro/GEC)

-Hasta antes de la inauguración, en la calle hubo escepticismo. Se habló de que estábamos gastando muchos millones de soles, que no íbamos a llegar con estadios listos y quizás muchos pensarían que la inauguración sería una más.
La frustración era que nosotros no podíamos decir nada (risas). No podía haber spoilers. Ha sido muy importante la ayuda de Balich, la empresa italiana que tiene experiencia con ceremonias de este tipo. No es un grupo de gente que aprieta un botón y funciona todo. Fueron 1,700 voluntarios que se han sacado el alma.

-¿Qué se ha demostrado?
Que podemos todo. Se ha demostrado que el trabajo creativo y profesional en el Perú es del mejor nivel internacional. Se ha demostrado que el Perú es más que Machu Picchu. Creo que ha sido uno de los momentos que sustentan y afirman que el peruano se abraza con el otro. Por lo general, en las ceremonias olímpicas, en el desfile de los atletas, ponen pop muy mainstream. Pero dijimos: vamos a poner la música con la que se identifican los peruanos. Es maravilloso encontrar que los peruanos se identifican con una canción de Pedro Suárez-Vértiz como con una canción de Chacalón. Esa playlist no hubiese funcionado hace 30 años. Otra cosa bonita es que muchos peruanos recién se han enterado de que hay marinera en Puno, Ayacucho y en la selva.

-Sin embargo, no han faltado los comentarios que reclamaban porque se haya puesto chicha en los Panamericanos.
El cambio no es de un día para otro. Son rezagos.

-¿La cumbia y la chicha nos identifican?
Es más, somos eso. Somos Chacalón y Los Shapis, somos Grupo 5 y Pedro Suárez-Vértiz. Recuerdo que en el pasado algunas radios tenían como logo: “radio tal, no salsa”. ¿Te imaginas en 2019 hacer eso? (lanza una carcajada).

¿Podemos ser potencia en la música?
Absolutamente. Me causó mucha alegría la reacción de los atletas escuchando la música con la que estaban pasando. Estaban felices, la estaban bailando y descubriendo. Lo único que falta para que la música peruana sea una potencia es que la descubran.

-¿La música se parece a algún deporte?
A todos. Hay trabajo en equipo, disciplina, técnica, coraje, sacrificio y te preparas un montón de tiempo para un solo momento. Hay colectividad, energía, creatividad y esta sensación de que todos empujan algo. Y en la música vivimos este momento. Estaba viendo la programación de Culturaymi (el bloque cultural de los Panamericanos que va en paralelo con los juegos) y es lo que es, están todos. Encuentras a Los Cholos con La Mente, hay cumbia, salsa, rock y la gente lo disfruta en un solo espacio.

Lucho Quequezana sobre la inauguración de Lima 2019: "Se demostró que el Perú es más que Machu Picchu”. (Piko Tamashiro/GEC)
Lucho Quequezana sobre la inauguración de Lima 2019: "Se demostró que el Perú es más que Machu Picchu”. (Piko Tamashiro/GEC)

-Cuando los Panamericanos pudieron haberse limitado a los deportes y, tal vez, no se habría notado la ausencia de una programación cultural.
En la inauguración esa ha sido una de las ventajas. Nos hemos apoyado en la cultura, y la tecnología ha estado al servicio del contenido. Era un país celebrando lo que tiene.

-Fue conmovedora la aparición de la delegación peruana con “Cariñito” de fondo, un himno en Latinoamérica.
No queríamos caer en el lugar común.

-¿Como un “Contigo Perú” o “We Are the Champions”?
¡“Cariñito”, pues! (risas).

-¿Cuándo se triunfa en la música, Lucho?
Hay una diferencia abismal con el deporte: la música no es una competencia. La música no la haces para ganar algo. La música la haces porque te sale del alma.

-¿Y la derrota cuándo ocurre?
Cuando abandonas la música. Puedes estar en el fondo, pero ahí está la música. Yo me veo en la música hasta el fin de mis días.

AUTOFICHA

“Soy Luis Rafael Quequezana Jaimes. Tengo 44 años. Soy rimense. Viví en Ventura Rossi hasta los 25 años más o menos. Y viví en Huancayo en el 86, que fue donde me sumergí en la música. Pero el Rímac también me formó, de ahí salieron Los Destellos, Los Pakines, el guitarrista de Los Mirlos, parte de los Amén”.

“He publicado tres discos: Kuntur, Combi y Pangea. Este último salió en 2018. Estoy en un proyecto de conciertos para sordos, apoyado en tecnología canadiense. El sordo solo siente frecuencias, vibraciones. Entonces, lo que hago es explicarles cómo funciona la música”.

“Les enseño a diferenciar, por ejemplo, los sonidos del bombo y el teclado. Cuando sienten las frecuencias, ven de dónde salen y cómo se construyen. Se emocionan. En una sesión, un niño se paró y empezó a rasgar el charango y a emitir sonidos con la boca. Estaba en éxtasis. Fue increíble y emocionante”.