Cuando los Queirolo llegaron de Génova, Pueblo Libre era Magdalena Vieja. El calendario marcaba 1877. Tres años después, abrieron una pulpería, la que hoy es un punto obligado si queremos probar un buen pisco sour, uno de gran sabor y cuerpo, sin llegar a ser invasivo. Además, un lugar agradable y preciso para una siempre bienvenida tertulia dentro de una casona con aires europeos. Pisco sour que podemos acompañar con algún sánguche de jamón, un cau cau o una espectacular huevera de pescado.