En el Perú hay más de 3 millones y medio de personas con discapacidad. Una condición que muchas veces duele al momento de ir, por ejemplo, a un establecimiento público a realizar trámites o simplemente asistir a un hospital. Esto lo viven muchos peruanos que tienen que ir acompañados de algún familiar para poder realizar sus actividades. Y esto le ha pasado también a Jorge Luis Rojas. Él es ingeniero electrónico de la Universidad Mayor de San Marcos, tiene 34 años y acaba de ganar uno de los premios del Concurso Innovator Under 35, organizado por la Consultora Opino y el Massachusetts Institute of Technology. Su abuela, que fue su musa y principal inspiración, fue el ejemplo perfecto para empezar con Yapaykuy. Ella era quechuahablante y sufría de sordera.

Yapaykuy es la primera plataforma que reconoce todas las lenguas de signos del mundo de forma automática y que traduce en tiempo real para que más personas tengan acceso a esa independencia y desarrollo social, que se resume en una sola palabra: inclusión. Gracias a la inteligencia artificial ha logrado junto a su equipo que personas con discapacidad auditiva, visual y quechuahablantes se puedan desarrollar mejor en esta sociedad.

¿Te esperabas este premio?

No, definitivamente no. Creo que nos impulsa a seguir trabajando a mi equipo y a mí. Es un reconocimiento importante. Este tipo de productos tienen la posibilidad de escalar a nivel de Latinoamérica. Así que estamos muy contentos por los logros que se vienen cosechando. Y seguimos trabajando para poder hacer que todo esto sea lo más tangible posible y así se pueda llegar a más personas en el corto plazo.

¿Cómo es el funcionamiento y en qué consiste? Entiendo que involucran a la inteligencia artificial.

Nosotros somos un sistema inclusivo, nosotros no somos directamente una sola aplicación móvil. Es un conjunto de procesos dentro de los cuales hay aplicaciones públicas. Por ejemplo, uno de los signos que nos permite reconocer que un establecimiento se ha convertido en inclusivo es un sello que se coloca en lugares visibles o en cualquier establecimiento público de cualquier industria. Puede ser una aerolínea, puede ser un banco, puede ser un edificio con oficinas o un coworking; podría ser cualquier tipo de negocio donde exista atención al cliente dentro de nuestro proceso metodológico. Para la certificación de un establecimiento tradicional e inclusivo es que tenemos herramientas que incluyen inteligencia artificial. Entonces nosotros somos un sistema inclusivo de gestión que permite transformar las empresas de diferentes industrias en empresas inclusivas.

¿Cómo ha sido este proceso?

Tratamos de manejar tres leyes: la Ley 29973, que es la Ley General de las Personas con Discapacidad; la Ley 29735, que es la Ley de la Difusión del Uso y Preservación de Lenguas Originarias, y la Ley 31707, que es la implementación del sistema braille en todos los establecimientos.

Entonces, también incluyen a personas quechuahablantes...

Correcto, tenemos diferentes tecnologías dentro de nuestro proceso de certificación y de transformación de un establecimiento en inclusivo. Por ejemplo, nosotros quisiéramos que cualquier tienda en Puno o en Cusco, donde predomina el quechua, realmente sea inclusiva y que cumpla con lo que indica la Ley 29735. Lo que hacemos es que todo el personal sea capacitado en quechua y poder llevar 20 horas lectivas para poder aprender su uso, y el nivel ya sea intermedio avanzado o básico de dicha lengua. A veces es muy complejo. Entonces lo que hemos hecho es que con una herramienta sencilla se pueda dar esa posibilidad. No es que nosotros entregamos la herramienta y esperamos que todo funcione. Nosotros mostramos todo un sistema de gestión de respaldo detrás de cada una de nuestras tecnologías. Las aplicaciones que nosotros hemos desarrollado son únicamente herramientas para esa accesibilidad. Sin embargo, todo el respaldo que tiene detrás cuenta con un proceso de 11 fases. Es nuestra metodología para poder transformar un establecimiento en inclusivo.

¿En el Perú a cuántas personas han llegado?

Actualmente, estamos en más de 100 establecimientos. Hemos impactado en más de 20 mil personas de manera indirecta. Esto quiere decir que personas que tienen familiares con discapacidad o personas que no tienen familiares o conocidos se sensibilizan; son vectores de contagio o personas que van a poder llevar este mensaje de inclusión. No ha sido sencillo porque hay un déficit para, por ejemplo, contratar o aprender a ser intérpretes de lengua de señas; no todas las empresas tienen la posibilidad de poder contratar a alguien para que lo haga.

¿Qué te motivó? ¿Hay alguna historia personal?

Mi historia personal parte por mi abuela, que fue la persona que me crio. Ella hablaba quechua y al mismo tiempo tenía discapacidad auditiva; se juntaron estos dos factores que en su momento yo no pude resolver. Ya cuando empecé con la tecnología junto a mi equipo, aunamos esas ganas para ayudar. La intención era romper esa barrera. Queremos cambiar la industria para que sea inclusiva.

¿Cómo hacías para comunicarte con ella?

En la misma casa manejábamos un lenguaje de señas a nuestro estilo. Y es un procedimiento como en toda familia que se inicia cuando un familiar queda sordo; aprendes a hablar como ellos, te comunicas como puedes y se hace una costumbre. Siempre me pregunté: ¿cómo la puedo ayudar? Si esto me pasa a mí, les debe estar pasando a otras familias.

AUTOFICHA

• “Me llamo Jorge Rojas y soy uno de los fundadores del proyecto Yapaykuy, que significa ‘inclúyeme’. Queremos lograr que la industria incluya a personas con discapacidad visual auditiva. Mi sueño es lograr que la empresa no solo certifique que es un lugar inclusivo…”.

• “Dentro del proceso queremos que se incluya a personas con discapacidad. Yapaykuy no solamente está pensado para eso, sino que también ha incluido a personas con estas condiciones. Ellas son parte de nuestro staff y, por lo tanto, aseguran todo el proceso de certificación”.

• “Para las personas con discapacidad auditiva y visual, la comunicación no suele ser masiva, por lo mismo que saben que no hay una buena atención o simplemente no los van a poder atender. Generalmente, las personas con discapacidad del tipo sensorial van acompañadas”.