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Isabel Allende: “Chile es un país de centro, el programa de Boric era muy radical”
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Con veinticinco novelas, ochenta años, cuatro obras de teatro y dos películas sobre su obra, Isabel Allende dice que ya no le falta nada por escribir o vivir. Todo lo que le sigue sucediendo en la literatura y en la vida, sin embargo, lo recibe agradecida, como quien abre un regalo. Sobre eso y su última novela habla en exclusiva con Perú21.
Ha escrito una novela sobre el desarraigo. Entiendo que se inspiró en la obra de teatro Kindertransport (1993).
Sentí la necesidad de escribir sobre la separación forzosa de los niños cuando en la época de Trump les quitaban los niños a las familias comouna forma de desalentar a quienes cruzaban ilegalmente la frontera. Eso me recordó la obra de teatro. La historia se repite.
Su vida, como la de todos los latinoamericanos, también ha sido la del migrante forzado a dejar sus raíces.
He sido refugiada e inmigrante, pero muy privilegiada. Cuando me fui a Venezuela escapando de la dictadura chilena, ése era un país rico, amable,hospitalario, que recibió a millones de inmigrantes de todas partes del mundo. Allí tuve trabajo y amistades que todavía conservo. A los EstadosUnidos llegué enamorada de un americano, nunca fui indocumentada y no tuve que ganarme la vida limpiado baños, porque tenía una trayectoria como escritora.
Usted se refugió en Venezuela para escapar del Chile de Pinochet. Muchos peruanos también fueron a Venezuela en los 80s, escapando de la crisis. Ahora vemos una Venezuela destrozada, y son ellos los que escapan de la dictadura. ¿Los latinoamericanos estamos condenados?
Nuestra trágica historia de explotación, militarización y violencia ha obligado a millones de personas a desplazarse de un sitio a otro buscandoseguridad. No quiero pensar que estamos condenados, quiero pensar que hemos progresado y que seguiremos progresando hacia más democracia y menos desigualdad y violencia.
En la novela se ve el esfuerzo incansable de los abogados pro bono y los trabajadores sociales que ayudan a los migrantes. Muchas son mujeres. Me recuerda a su fundación.
En esto de ayudar los más necesitados no hay gloria, fama ni dinero, sólo hay trabajo y compasión, por eso la mayoría de quienes lo hacen son mujeres.
¿Cómo se vivió la política exterior trumpista en Estados Unidos? ¿Cómo percibe la posibilidad de un regreso y segundo gobierno suyo?
Viví los años de Trump con dolor de estómago y veo con horror que su regreso a la presidencia es posible, a pesar de sus crímenes. Lo más gravees que Trump representa a un porcentaje muy alto de la población y aunque él desapareciera, esa gente (armada hasta los dientes), seguiría existiendo y amenazando la convivencia y la democracia.
Sobre las redes sociales ha dicho que “la hiperconexión y sobreinformación superficial es agotadora y traumática”. ¿Podríamos sumarle la polarización política que azuza las redes?
Las redes sociales nos han dado información y la posibilidad de estar en contacto con mucha gente, pero también tienen un efecto negativo devastador al sembrar odio y temor. Una parte de la prensa también contribuye a eso.
El matrimonio de Samuel Adler y Nadine LeBlanc es poco canónico, por decirlo así. Pero sobrevive en el tiempo a pesar de algunos embates. Para alguien que se ha casado tres veces, ¿cómo es el amor maduro a los 80 años?
El amor maduro es similar al amor juvenil, pero tiene una gran urgencia, porque no hay tiempo que perder. ¿Cuánto más podré gozar mi relación con Roger (Cukras)? Muy poco, seguramente, por eso no podemos perder tiempo en peleas minúsculas, celos, intolerancia, impaciencia, y otras cosas que ensucian la relación de pareja. Cada día es precioso. Cada día debe ser perfecto.
Empezó a escribir “La casa de los espíritus” cuando no podría volver a Chile a despedirse de su abuelo. Y ha contado que su hija en coma se despidió de usted en el hospital, manifestándose como una visión. ¿Nuestro pasado nos rodea a donde vamos?
Mis nietos dicen que yo tengo un pueblo en mi cabeza y que vivo en ese pueblo. En ese lugar se mezclan los vivos y los muertos, la realidad y la imaginación.
Hoy se habla de un boom de literatura femenina. Pero no solo hay más escritoras, también hay más editoras y lectoras.
Eso me da una gran alegría. Cuando se publicó mi primera novela, “La casa de los espíritus”, hace cuarenta años, las escritoras tenían muy poca visibilidad. Existía una conspiración de silencio y desprecio por la escritura femenina. Eso ha cambiado radicalmente porque las editoriales comprendieron que existe un enorme mercado. Más mujeres que hombres compran y leen novelas, especialmente si son escritas por mujeres.
¿A usted la clasificaron como post boom porque en el boom no había mujeres? Probablemente era el machismo de los tiempos. Y sin embargo el boom no habría existido sin Carmen Balcells y las esposas que mantenían la casa y copiaban a máquina los escritos de sus esposos.
Carmen Balcells fue la artífice que hizo posible el boom. Ya existían en América latina muchas escritoras, pero no tuvieron lugar en el boom. Tal vez les faltó la esposa que les facilitara el trabajo…
Usted se mostró esperanzada por el nuevo gobierno chileno, por la juventud de Boric y su equipo y la paridad de su gabinete. Pero le preocupaba su poca experiencia política. ¿Qué piensa ahora del gobierno y de las elecciones del 7 de mayo?
La popularidad del gobierno es muy baja, los chilenos están enojados por la inseguridad y otros problemas que el gobierno no ha resuelto. La inexperiencia es evidente, pero también hay que considerar que Chile es un país de centro, que el programa de Boric era muy radical y que la oposición política es muy poderosa.
¿Cómo cree que será la nueva Constitución chilena?
La redacción de la nueva Constitución está en manos de la extrema derecha, pero supongo que no son estúpidos. Saben que el país rechazó el primer borrador por ser de extrema izquierda. Tendrán que hacer concesiones.
Es la mujer más leída en castellano. ¿Qué le diría a sus lectores y lectoras?
Les doy las gracias de todo corazón. Jamás pensé que mis libros alcanzarían a tanta gente. Recibo miles de mensajes afectuosos; ese cariño de mis lectores le da sentido a mi vida y a mi trabajo.
¿Qué le falta vivir y escribir?
Nada. Todo es lo que me pasa en la vida y en la escritura es un regalo.
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