Gira virtual de títeres en los Andes y la Amazonía del país

La novela Cholito en los Andes mágicos, de Óscar Colchado Lucio, y Churi, hijo del río, de Christian Ayuni, son las dos historias recreadas con títeres esculpidos en papel maché en masa que serán transmitidas por diversas plataformas en formato audiovisual. Con la obra teatral del primer texto, la Asociación Cultural Tárbol Teatro de Títeres ganó el concurso de adaptación dramatúrgica El Barco de Vapor a Escena de la Fundación SM en 2017.

Ambos cuentos forman parte de la gira Hacia la Ruta Andino-Amazónica de los Títeres, de la asociación Tárbol, y tienen como tema principal la búsqueda de la identidad. En primer lugar está Mayuchuri o Churi, el hijo humano de la serpiente madre del agua, Yacumama, quien despierta en sus entrañas un deseo de libertad que lo lleva a descubrirse a sí mismo, luego de transitar por tierras amazónicas pobladas de seres del río y del monte.

Cholito en los Andes mágicos, una saga que recibió el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1985, cuenta el relato de un niño que, para regresar a casa, debe cumplir varias pruebas, incluso adentrarse en el inframundo del imaginario popular andino.

La directora de la obra y cabeza de la asociación Tárbol, María Laura Vélez, enfatiza que, en la escenificación audiovisual, se pueden agregar mayores sutilezas haciendo uso del “ojo de la cámara”, a diferencia del teatro de títeres presencial, en el que la composición es un todo concentrado en la acción dramática y el juego de luces.

“Para hablar del terror que sentía Cholito, poníamos la cámara en las ojotas y en la tierra, y usábamos el sonido de los elementos. Si queríamos hablar de la ternura del personaje, solo se enfocaba una manito superpuesta. Así se rescataba la cualidad de animación suave y deslizada de los títeres”, menciona Vélez.

El equipo de artistas –los directores María Laura Vélez y Martín Molina, el cineasta ayacuchano Juan Carlos Toro, el realizador musical Ukumari (José Antonio Núñez) y la vestuarista de los títeres Rosa Castillo– decidieron conservar la forma artesanal del titiritero. En lugar de invisibilizar su rostro, permitieron que los actores disfrazados con un traje negro danzaran moviendo sus dedos al ritmo del andar de los títeres y compartieran sus gestos y emociones.