Élida Román, por David Flores-Hora [Opinión]

En enero de 2003, Sara Acevedo –directora en ese momento del Museo de la Cultura Peruana– organizó las charlas "Lima en sus artes y tradiciones". Asistí a la conferencia "El arte limeño de nuestros días", de Élida Román. Durante las preguntas, un inocente comentario de un veinteañero estudiante de Historia de Arte –que hoy escribe estas líneas– generó no solo una maternal llamada de atención, también inició un interesante debate y una permanente admiración hacia ella.

Algunos años después, en 2008, en el Centro Cultural de España, Élida Román me sugirió buscar artistas jóvenes y visitar escuelas. Su sentencia fue apocalíptica: "De lo contrario, nunca serás un buen crítico de arte". Indudablemente, se podría escribir mucho sobre la importancia de Élida Román en los últimos 50 años. Su último proyecto, la curaduría de la Colección de Arte Contemporáneo en la Salas del Museo de Arte de San Marcos, demuestra ese carácter incansable por rescatar artistas y plantear otra mirada al arte. Esta exposición, y su reciente catálogo, son de referencia indispensable.