Coqui Fernández, promotor: “Necesitamos apoyar el talento local para tener grandes festivales”

El 2007 fue un año importante para la industria musical en el Perú. Los multitudinarios conciertos que realizó la banda argentina Soda Stereo en el Estadio Nacional marcaron un antes y un después en el desarrollo de los conciertos en nuestro país. Años antes era casi imposible siquiera pensar en ver a artistas internacionales aterrizar en Lima. Sin embargo, tras la llegada de los argentinos –a la par de varios ajustes tributarios locales– nuestro país poco a poco se fue convirtiendo en una plaza interesante para más artistas, generando así una cadena importante al movimiento económico del país.

Y el hombre que estuvo detrás de la llegada de Soda Stereo fue el promotor musical Coqui Fernández. Este chalaco, quien alguna vez fue también mánager de las bandas nacionales Los No Sé Quién y Los No sé Cuántos y Libido, ha sido el responsable de traer también a Lima a estrella de la talla de Metallica, Oasis, Iron Maiden, The Cure y recientemente Billy Idol. Y la lista crecerá. En las siguientes semanas el promotor prepara la llegada por segunda vez de Arctic Monkeys e Interpol.

Conversamos con él para tener una mirada sobre el momento actual de la industria musical del país y conocer lo que nos falta para competir de igual con las otras capitales de la región.

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¿Cómo fue que un estudiante de Derecho se interesó por el rubro de la gestión musical y cultural?

Son varios componentes. La universidad me dio una buena formación académica cultural; esto me llevó hacia las artes, lo que ya venía también desde mi colegio. Pero también había algo en mi ADN. La música es como mi droga, soy un adicto, siempre estoy escuchando algo, desde acid jazz hasta el pop más meloso como One Direction. Escucho desde Becky G y también heavy metal o por ahí cumbia. Otro componente es que siempre he sido un rebelde, pero rebelde con causa, siempre me ha gustado el punk británico. Entonces en esa rebeldía, me fui de mi casa cuando estaba en la universidad y el dueño de Phantom, que era de mi promoción, me dice: “Oye, tú que eres un enfermo de la música, ¿no quieres trabajar siendo ‘plomo’ (asistente) de Los No Sé Quién? Es fácil, yo llevo tres semanas”. De verdad era fácil, solo tenía que conectar cables, afinar instrumentos, en ese tiempo ya existían los afinadores eléctricos. Entonces era fácil. Lo más complicado era cargar los equipos. Así fue como entré a la música en vivo y me cambió la vida. Estuve tres años como ‘plomo’, un año y medio como productor y luego fui mánager.

También fuiste mánager de Libido en los primeros años de carrera de la banda.

“Chupito” Arriola era mi mejor amigo del colegio. Años antes yo lo metí a trabajar con Los NSQ para que se encargara del marketing. Tiempo después me devuelve el favor, él no podía ser el mánager porque trabajaba en Radio América y los contacta conmigo. Toño y Jeffry (músicos de Libido) buscaban a Arriola casi a diario para que lo ayudara con el rumbo de la banda. Arriola en un momento no pudo más y les pasó mi contacto, sabrá Dios qué cualidades les habrá dicho que tengo, seguro todas mentiras (risas). Justo acababa de salir de los NSQ; entonces calzó perfecto.

¿Recuerdas tu primer concierto con Libido?

Fue en la calle Chota, en el Centro de Lima y salió a última hora. Llamé a un amigo para que me ayudara con el cobro de las entradas, a 3 soles. Después del concierto había una fiesta de drag queens. Recuerdo que recién estaba sonado “Como un perro”... fue tan improvisado que Jeffry, el baterista, quería una tarima para la batería porque al ras del suelo se veía horrible. De todas maneras, quería su tarima porque era lo que correspondía. Finalmente le conseguimos la tarima, pero, como la discoteca tenía un techo muy bajo, su cabeza terminó a muy pocos centímetros de la parte de arriba. Imagínate esas condiciones. Lo poco que juntamos con la taquilla sirvió para pagarles a los técnicos.

¿Y el último con ellos?

Fue en la FIA de Arequipa, un conciertazo y Libido ya tenía un set consolidado. Después de ese concierto me botan, después me enteré por qué me botan, pero no sé si esté animado para contar eso porque no quiero perder amistades...

¿Tienes contados cuántos conciertos organizaste en tu carrera?

Sí. Tengo a la fecha como 213.

¿Cómo promotor, cuál es tu top de conciertos en los que has participado?

Soda Stereo, 8 de diciembre de 2007, en el Estadio Nacional. Ellos (Soda) no son mi banda favorita, mi banda favorita es REM, que también los traje ocho meses después, pero lo de Soda Stereo ha ponderado todas las notas, fue increíble, la energía de la gente, por ratos se coreaba “Perú, Perú, Perú”. Fue bueno para el país, para la ciudad y para el mercado.

¿Qué hace falta para que en el Perú podamos tener festivales musicales con grandes carteles, como los de Chile, Argentina o Colombia?

Si te das cuenta, los festivales de ese nivel en la región tienen mucha presencia de talento local, lo que permite no gastar tanto en pasajes y hoteles. Entonces, necesitamos que la gente apoye al talento local para tener grandes festivales. Porque si vamos a llenar esa parrilla de puros nombres internacionales, cualquier festival va a ir a pérdida. Nos tenemos que unir. Estoy seguro de que las cosas bien hechas rinden frutos. La gente piensa también en que no somos una nación unida, con una identidad común que nos haga sentir iguales entre nosotros. Desde hace un rato esto genera que no se desarrolle la industria y ahora pienso que es la principal razón de la falta de despegue, porque talento hay y por montones.

AUTOFICHA:

- “Soy Coqui Fernández, socio director de Move Concerts Lima. Estudié en el Colegio Suizo Pestalozzi y soy bachiller por la PUCP. Mestizo total, cholo total, peruano total. Padre tarapotino, mamá tarmeña y soy de la provincia del Callao y tutor de Jacinto”.

- “Soy un amante apasionado y afiebrado del sentimiento de la música. Todo lo que tenga sentimiento en la música, cualquier género que tenga sentimiento, a mí me apasionará. Con más de 2,500 conciertos frente a mí, de los cuales 213 los hizo mi empresa”.

- “Este es quizás de mis mejores años en índices porcentuales, por cuánto arriesgué y cuánto entró a la empresa. Hay una euforia pospandemia evidente. He podido aprovecharlo más veces, mis colegas lo han aprovechado bastante. Me alegro mucho por los que traen cosas latinas, sobre todo lo urbano”.

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