César Ritter es protagonista en la cinta 'Muerto de risa'.
César Ritter es protagonista en la cinta 'Muerto de risa'.

A César le dicen el ‘Buscaviones’. Se dice que las personas a las que les gusta soñar y jugar no te miran cuando te responden una pregunta. Tal vez están mirando los sueños o jugando en el espacio. “Es una característica mía. Soy un soñador”, acepta. Así lo apodaron cuando actuaba en Misterio, una pasión, en el teatro.

Unos 20 años después, sigue buscando aviones cuando responde las preguntas. Esta vez, a propósito del estreno de la película Muerto de risa, comedia dirigida por Gonzalo Ladines, donde es protagonista junto a Gisela Ponce de León. La cinta ya está en las salas de cine a nivel nacional. Hace el papel de Javi, anfitrión del talk show más famoso del país, donde se gana la vida burlándose de los demás.

A César le cuesta estar con gente, tiene fobia social. Una vez, cuando tenía 13 años, experimentó el miedo, la emoción y la felicidad. Su personaje solo tenía que decir: “Recoged las flautas y marchad”. Estaba temblando. No sabía qué hacer, ni adónde ir, se quedó parado y olvidó que tenía que salir de escena. El teatro estaba lleno y estalló en risas. Vio y escuchó las risas, y sintió placer. Y lo volvió a decir, una y otra vez. Un actor lo quiso sacar escena. “Recoged las flautas y marchad”, repetía. Y las risas continuaron. Se estaba enamorando perdidamente del teatro.

MIRA: Areliz Benel: “También me fui a México para desarrollar un poco más mi vulnerabilidad”

Dices que Javi es uno de los personajes que más te ha costado hacer. ¿Por qué?

Porque me enfrentaba con temas que, de alguna u otra manera, han sido retos para mí en mi vida. Temas que también he vivido e iba a tener que recordarlos. Como toda sanación, cuesta, pero también cura.

¿Eras el indicado para encarnarlo con más crudeza?

Si yo no hubiera superado ciertos temas, el personaje quizás no habría empatizado con el público, porque no habría sido construido desde la esperanza, desde la posibilidad de ser distinto. Y es importante que este personaje empatice porque es comedia, al fin y al cabo. Para la comedia es importante tener muchas cosas superadas, porque, de lo contrario, no dan risa.

¿También podría ser una ‘venganza’, como si dijeras: “Haré lo que esas personas hacen; miren cómo se ve”?

Total. Parte de la actuación es poder pasar cosas que tal vez no he podido vivir, que habría querido, que habría necesitado. Tuve la libertad de jugar y poder ser todo lo malo que me habría gustado ser. Es bien bonita esa libertad que te da el actuar.

Tras ser presa de la prensa de espectáculos, ¿no pensaste dejar la actuación?

Cada vez que nos hacemos esa pregunta con amigos actores peruanos, todos decimos: “Uff, un montón de veces”. Pero después me vuelvo a subir al escenario o en una telenovela o en una película y digo: “Qué paja es mi profesión”. Es verdad que algunas veces agota porque uno trabaja con los sentimientos, con lo emocional y para eso hay que abrirse, y en ese tránsito estás muy sensible y, a la vez, muy expuesto.

¿Por qué es “paja” ser actor?

Siento que, cuando uno actúa, es cuando uno más honesto es, más verdadero es. Actuar lo que está detrás de las palabras muchas veces nos ayuda a sanar y a conocer mucho al ser humano y, por lo tanto, entenderlo y vivir aceptando a los demás y a uno mismo.

Es difícil aceptar a las personas. A veces queremos mandar al diablo a más de uno y no ser tan correctos.

Y es loco, ah… Cuando algo me genera mucho odio o mucha rabia, comienzo a pensar que hay algo mío ahí (ríe), hay algo mío que no acepto todavía y por eso me genera tanta rabia.

¿Qué te incomoda de ti?

Hay un tema profundo, no solo en mí, sino en todos nosotros, que tenemos que curar: el machismo, que nos coloca en un lugar como hombres incapaces de relacionarnos con nuestras emociones y eso hace que no podamos sufrir, llorar, bailar, un montón de cosas, y todo eso se vuelca en una violencia, en una tristeza. Me parece importante que revisemos no solo el machismo expuesto, sino también ese machismo que no vemos, que está en pequeñas palabras o frases con amigos, en pequeñas dinámicas.

¿Muerto de risa es una crítica al mundo del espectáculo?

Sentí que muchas veces nosotros nos protegemos tanto que nos convertimos en seres humanos de plástico, y los hombres de plástico son incapaces de sentir y hacer sentir. Lo que me encantó es que el personaje vuelve a su esencia. Hay una lucha innata en todo ser humano de querer sanar, de querer sentir, de querer ser animal al fin y al cabo. Para mí, es una historia de un hijo pudiendo abrazar a su padre, alguien que necesita abrazarse, que necesita perdonar, perdonarse para poder ser. Uno tiene que aceptar de dónde viene, porque uno es su padre y uno es su madre. Y para poder ser único, primero hay que aceptar. A la vez, creo que la crítica va, efectivamente, hacia lo que es la televisión que va a mil por hora, donde hay un momento en el que hay una fórmula que se sabe y se comienza a usar muchísimo sin importar que puede estar haciendo daño, que no estás dando nada bueno al televidente, todo por rating y por dinero.

Me dices que eres friki. ¿Qué tanto?

Hablo solo conmigo mismo. Juego, corro de un lugar a otro. Soy muy distraído: puedo ir a un lugar y, en realidad, tenía que ir a otro. Pierdo las llaves. Extremadamente tímido, me cuestan los espacios con mucha gente. Cuando voy a un teatro, veo dónde está la puerta de salida.

Es insumo para ser actor.

Si lo sabes usar, se vuelve materia prima (sonríe como resignado...).

AUTOFICHA:

-“Soy César Ernesto Ritter Burga. Nací en Lima. Tengo 44 años. Entré a estudiar Comunicaciones, lo dejé y de ahí pasé a actuación. No sé si elegí la actuación o me eligió. En el colegio me dijeron que lo mejor era que hiciera teatro. Pero no quería. Entré y fue lo mejor que viví”.

-“Me tocó actuar con Jimena Lindo. Tuve la suerte de que mis primeras obras fueron con Kareen Spano, Lindo, una gente brava en el Humboldt. Al toque pasé a una novela porque una chica de casting me vio en esas obras. Así fui parte de Escándalo, donde hice de mudo”.

-“Me gustaría mucho que empezando el año la gente vaya a ver Muerto de risa, porque es una película que siento que se ha hecho con mucho trabajo y cariño. Es algo diferente, ni mejor ni peor de lo que yo haya hecho antes. También estaré en Súper Ada y en una obra de teatro con Los Productores”.

VIDEO RECOMENDADO:

Luis Miguel Castilla sobre Alex Contreras en el MEF