Katerina D’Onofrio vuelve a las tablas después de varios años con ‘Ausente’, una peculiar historia de amor que habla sobre lo difícil que fue afrontar la soledad en pandemia. Estará los cinco miércoles de agosto en Selina, en Miraflores.

La obra nació en pandemia.

Sí, fue creada en pleno desastre de virus. Ernesto Barraza me manda este texto a modo de distracción cuando estábamos empezando la cuarentena, con la idea de distraernos y pasar esos raros momentos. Hicimos funciones vía streaming dentro de mi casa. Todo tenía una connotación de mucha soledad y con su toque de esperanza. Es la posibilidad de ver la soledad como un refugio que puede comenzar como algo muy angustiante, pero que también puede ser algo que te contiene. Uno debería aprender también a estar solo sin que eso sea algo completamente doloroso. Jugamos con eso, ¿a qué punto la soledad puede ser algo muy violento? ¿No puede también ser una enseñanza?

¿Le afectó el encierro?

Vivo sola, pero mi mamá es mi vecina, por suerte. Había mucha comunicación con ella, pero había momentos en que simplemente ella estaba en su casita y yo en la mía, casi como una ermitaña. Para los artistas y para mucha gente fue fortísimo. Sobre todo para los que necesitábamos un público y vivíamos de esto. Fue un ataque directo, no solo económico sino emocional. Invito a ver la obra porque no es como poner el dedo en la llaga, sino que hay un respiro también por presentarla ahora, ya habiendo pasado por lo que hemos pasado.

Comentó que tuvo ataques de pánico durante la pandemia. ¿Cómo los manejó?

Yo he tenido alguno que otro. Me sentía nerviosa, muy mal y decía “esto es emocional, soy muy sensible”. Pasar de salir y encontrar poca gente en la calle a ver a toda esa cantidad de personas saliendo… Por momentos tenía que volver a recluirme en mi casa, pero me ayudó la meditación. Da calma. Es una cosa fundamental que me sostenía.

La televisión le da la imagen de una mujer fuerte.

Creo que hay momentos de fortaleza y de crisis. Tampoco lo voy a negar. Hablar de eso sirve para empatizar con las personas que han pasado por eso. El hecho de ser ansioso no te quita fortaleza. Aceptarlo es importante porque te permite ser consciente y trabajar en ello.

¿Disfruta la fama?

No sé si es que sea famosa, pero me hice popular con mi personaje en ‘La gran sangre’. Estaba acabando la universidad, debía pagar mis cursos y eso me ayudó. Lo disfruté un montón.

¿La pandemia le dejó alguna enseñanza?

Creo que todos estamos recuperándonos poco a poco. Lo que sí me ha dado es más humanidad. Todo el mundo ha pasado por un momento de crisis, entonces se crea más empatía.

Hay gente que tiene vergüenza de aceptar que tiene algún problema de salud mental.

Sí, pero ¿por qué? Entonces soy la más vulnerable del planeta pero, si lo acepto, me va a jugar en contra. Debes aceptar tus inseguridades, tus demonios. Eso es bueno, hasta terapéutico.

¿Le puede jugar en contra a un artista?

Me muestro como soy. También tengo matices, como todos. Hay días en los que soy más potente. Yo prefiero que sepan quién soy. Hay momentos en los que soy segura. Otros no. Es importante saber que hay personajes que me llevan a ser más canchera. Otros me obligan a sentir vulnerabilidad.

¿El teatro es elitista?

La gente está haciéndolo en muchas partes, en diversos espacios alternativos. Se debe democratizar la cultura. A veces hay tanto potencial, pero no hay oportunidades para mostrarlo. Hay que descentralizar el teatro. Ahora se están creando salas fuera del circuito miraflorino, pero debería haber más apoyo.

Siempre ha apoyado a la comunidad LGBTIQ+. ¿Cree que el panorama cambie?

No puedo entender cómo una persona trans no puede tener un DNI de acuerdo con su identidad de género o que alguien te bloquee el matrimonio y no te permitan amar a quien te da la gana. Cómo alguien puede cortarte los derechos, así como a las tribus. Si le quitas territorio a alguien, le quitas la forma de vivir. Los derechos humanos no pueden ser afectados.

Y la igualdad de género.

SÍ. No somos iguales los hombres y las mujeres, pero tiene que haber equidad. O sea, los sueldos que se manejan algunos amiguitos actores, uff... O sea, yo estudié lo mismo, ¿qué pasa entonces? Estaría muy bueno que empecemos por reconocernos en el otro. No te digo que todos los hombres ganen más porque se me van a venir encima, pero he visto un par de cosas, como la de un extranjero… Los dos grabamos igual, la misma cantidad de horas, pero había una diferencia.

Los artistas temen decirlo.

Sí, pero tenemos que decirlo. Totalmente. Yo no puedo dar nombres concretos. Sería terrible, pero se visualiza esa desigualdad y no solo en actores, creo que en todos lados.

¿Las iniciativas por fomentar el arte son suficientes?

No, empezando por este recorte presupuestal a las escuelas de arte. Nos están quitando la cultura. Quisiera ver el arte con una mirada, no solo con esperanza. Tal vez haya algún miedo de que se digan las cosas. El arte tiene esa potencia. Necesitamos no solo divertir sino también confrontar. Mientras las cosas sigan así de potentes, el arte tiene que seguir así de fuerte.

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