Por lo general, los humanos somos malos detectando mentiras, incluso si estamos frente a frente a quien nos está mintiendo. Por ello, investigadores de la Universidad de Tel Aviv en Israel desarrollaron un sistema para detectar mentiras.
Este se basa en movimientos faciales, que detecta una inteligencia artificial mediante aprendizaje automático, que analiza pequeños cambios en los movimientos del rostro cuando una persona dice una mentira.
La detección incluye el movimiento de músculos en las mejillas y cejas, con un 73% de precisión.
MIRA: “Miente, miente, que algo queda”: Este es el verdadero origen de la polémica frase pronunciada hoy por Vizcarra
“No es perfecto, pero es mucho mejor que cualquier tecnología existente”, dice el neurocientífico conductual Dino Levy.
En un principio, los electrodos portátiles midieron el movimiento de los músculos de la cara de 40 voluntarios que mentían o decían la verdad, para alimentar el algoritmo de aprendizaje automático.
Y es que los detectores de mentiras comunes, como lo son los polígrafos, se basan en respuestas fisiológicas de las personas al decir mentiras, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria.
Estos pueden ser controladas por una persona con el suficiente autocontrol, burlando estos detectores de mentiras con el entrenamiento adecuado.
El equipo espera probar su configuración en personas que dicen mentiras más sustanciales y arduas, la cual podría revelar todo un espectro de micro expresiones asociadas con la mentira.