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El espacio, la última frontera para Playboy
La revista para adultos y la empresa Virgin Galactic se asociaron para diseñar un club dedicado al entretenimiento fuera de órbita, en el que los asistentes podrán disfrutar hasta de “sexo espacial”.
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La icónica revista Playboy y la empresa Virgin Galactic se asociaron para diseñar un club dedicado al entretenimiento para caballeros en los confines del espacio, según detalla la famosa publicación en su más reciente edición.
Una discoteca, un casino y un restaurante espacial son solo algunas de las características de este particular club, para el que Playboy trabajó con varios futuristas y científicos, además Adam Wells, diseñador en jefe de Virgin Galactic para ilustrar el potencial Playboy Club sideral.
"A medida que Virgin Galactic se acerca a convertirse en la primera línea espacial comercial, Playboy está evaluando con entusiasmo la creación del destino final de entretenimiento intergaláctico", escribió Jimmy Jellinek, director editorial de la revista, a través de un comunicado.
"Este cielo-en-los-cielos excederá los sueños más salvajes de los viajeros estelares, y los visitantes realmente experimentarán una fiesta fuera de este mundo", agregó.
Virgin Galactic, fundada por el billonario británico Sir Richard Branson, es una empresa privada de viajes espaciales que busca convertirse en la número uno en su rubro y para ello, ha construido la primera nave espacial suborbital comercial llamada SpaceShipTwo y cobra unos US$200,000 por un boleto para abordarla.
Según las ideas trazadas hasta el momento ilustradas por el artista Thomas Tenery, el restaurante del club espacial se ubicaría en las secciones giratorias de la nave, para que las cocinas y la comida no salga expulsada debido a la falta de gravedad. El comedor estaría decorado por una amplia gama de ventanas, que daría la sensación a los comensales de estar viajando por el espacio.
Mientras que en la discoteca de la estación, las meseras servirían los tragos vestidas como conejitas, pero con jetpacks en sus espaldas, y se instalarían "cúpulas de placer orbital" para que la concurrencia pueda disfrutar del "sexo espacial", señalaron algunos de los involucrados en el proyecto.
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