La casa de las flores 3: Una declaratoria contra la maldita homofobia, la doble moral y el amor que siempre gana [CRÍTICA]

El director Manolo Caro reincide con su crítica social y su humor ácido, y su pasión por el melodrama. No sé si podría haberse cerrado mejor esta serie, pero vale la pena. Advertencia: [SPOILER ALERT]
María José y Paulina.

La primera temporada de es insuperable, y en eso creo que todos estamos de acuerdo. La segunda fue un bajón, y la tercera tiene grandes momentos que nuevamente cuestionan de manera frontal la homofobia, la transfobia, y la doble moral. Y allí radica la relevancia de la creación de Manolo Caro, un director que no renuncia a la crítica social, y que a lo largo de su múltiple producción ha alcanzado una voz propia inspirada en Almodóvar, de quien se confiesa seguidor apasionado.

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es un manifiesto al amor y un grito contra la homofobia, y la transfobia, expresiones necesarias en una sociedad como la latinoamericana, donde ser gay o transexual es motivo no solo de discriminación sino de crímenes de odio. Eso es lo que plenamente rescato y elogio de la producción.

Caro en esta tercera y última temporada engrandece a Paulina (Cecilia Suárez, siempre brillante), como cabeza de una orquesta donde algunos sobran como Aislinn Derbez (Elena), que en las tres ediciones ha tenido un perfil mediocre. Darío Yasbek (Julián) es un actor con poca fortuna, y que en esta ocasión es opacado de lejos por Christian Chávez (‘Pato’), tanto en su interpretación como en su determinación, con breves pero contundentes parlamentos y expresiones que en silencio dicen más de lo que quizás se propuso el director. En el reparto se luce Rebeca Jones, experimentada actriz que en su rol de villana pone la cuota a una historia que comienza a ordenarse para entender el por qué de tantos enredos en la casa familiar.

‘Pato’ recuerda dolorosamente que la homofobia mata.

Pato, un personaje que ha conmovido.
Rebeca Jones

Curiosamente, Carmela (Verónica Langer) se reinventa en la magnífica Ximena Sariñana como una joven “Carmelita” Villalobos, que alcanza su momento épico cuando canta ‘Cosas del amor’, un clásico de las baladas edulcoradas que tanto nos rompen el corazón. Caro no pierde el estilo Pop-Art, kitsch, y melodramático, y encantadoramente (también exasperante) cursi del inicio como digo Y esa es su esencia, ese es Caro. Los que conocemos su trabajo de principio a fin entendemos quizás mejor su lógica, y también los riesgos que corre.

La casa de las flores 3: ¿qué pasó y qué significa el final de 'The House of Flowers'? (Foto: Netflix)

Del elenco joven que se va a los años setenta, me quedo con Ximena.

El humor de Caro tiene chispazos de genialidad, y sobre todo una mirada sin anteojos y sin filtros. Sin embargo, me quedó la impresión de que raspó la olla, estiró el chicle, jugó al extremo para forzar esta tercera temporada. Le costó, se notan la costuras, y a mí no me aburrió. Pero tampoco me dejó con ansias de más, como me pasó al terminar la primera entrega.

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Destaco dos temas que toca con buen ojo: la reconversión de gays. Para los que conocemos y hemos abordado estos crímenes todavía vigentes en algunos países, como México y Perú, no podemos pasar de largo el asunto. Todavía se cree que la homosexualidad se cura, es decir, se considera una enfermedad. Recomiendo esta de ILGA World - llamada “PONIÉNDOLE LÍMITES AL ENGAÑO 2020. Estudio jurídico mundial sobre la regulación legal de las mal llamadas “terapias de conversión””-para entender por qué es importante que se abra los ojos al mundo de lo que ocurre con estos paladines de las ‘terapias’ y del trato inhumano que fomentan, y perpetran.

El otro tema es el amor, el amor siempre gana. No solo el amor de pareja, el amor en cualquiera de sus manifestaciones. El amor que tengo a mi madre lesbiana, por ejemplo. O a mi hijo gay. O a mi mejor amigo trans. Y el amor de María José (Paco de León) y Paulina.

Paulina.

“Este es el momento en el que nos despedimos. De niño te enseñan a idealizar a los padres, pero hay algunos que ni siquiera eso se merecen”, le dice Diego (Juan Pablo Medina) a Julián delante de sus padres, quienes no aceptan al hijo gay. Verdades duras, que quiebran, y que encajan en la vida de muchas personas LGTB que son rechazadas a diario por sus familias.

¿Vale la pena esta tercera temporada? Cada uno tendrá una respuesta, algunas amiga me dicen que se aburrieron en el tercer episodio. Yo creo que debemos de verla, y sin esperar fuegos artificiales reflexionar. De eso también se trata el show.

PD: Me encantó la banda sonora.

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Mira aquí el trailer de la temporada final de “La casa de las flores” (15/04/20)


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