Los parques añaden gran importancia a cualquier ciudad, no importa su tamaño. Los parques aportan varios beneficios a la urbanización, como el incremento de oxígeno limpio disponible contra el aire contaminado. Pero hay muchos otros beneficios que aportan a la sociedad.
Los parques son ejemplos pequeños de la biodiversidad. Aunque no son comparables a bosques o selvas, todavía son ejemplos donde cohabitan distintas especies de flora y fauna en armonía. También ayuden a la ciudadanía a saber más sobre el medio ambiente y concientización social, ya que ayudarán a dar en la población la concientización de preservar la biodiversidad.
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Los parques nos benefician bastante frente a distintos tipos de contaminaciones; tal vez no de una manera tan masiva para deshacer los malestares creados por la contaminación, pero si lo suficiente para que la presencia de árboles puedan extender la contaminación a distintas partes de la ciudad en lugar de acumularlos en una sola zona. También los parques aíslan la contaminación acústica, por lo que muchas veces el ruido masivo no llega a ingresar a esas zonas.
También los parques ayudan a las personas de maneras menos percibidas. Al ser espacios tranquilos y aislados, generan mayor estabilidad emocional en la mente de las personas. Hay varios estudios que relacionan el control del estrés con una conexión a la naturaleza, por lo que es efectivo pasear en uno de ellos para calmar nuestro ser cuando tenemos demasiado del mundo actual.
También incitan la conexión entre las personas, ya que son espacios de sociabilidad: parejas, niños, y personas con perros se reúnen frecuentemente en el mismo parque, por lo que lleva a una sensación de comunidad entre la gente.