Día Internacional de las Papas Fritas: El confuso origen de uno de los bocadillos más queridos del mundo

Según la versión americana, la primera vez que se cocieron papas fue en 1853, en Saratoga, Nueva York. Esto fue debido a la improvisación del chef, George Crum, quien preparó el plato accidentalmente una vez que un magnate de ferrocarriles criticó su manera de preparar papas. A su parecer, hacía las papas muy gruesas, por lo que Crum, de venganza, las rebanó más delgadas y frió. Pero para su sorpresa, el magnate quedó.

En Bélgica, la anécdota habría sucedido mucho más antes. En la región de habla francesa de Valonia, en el invierno de 1680, el río se congeló. Los pobladores, que tendían a comer pescado frito, improvisaron con las papas para poder seguir alimentándose de un alimento nutritivo. Fue durante la Segunda Guerra Mundial, cuando hubo soldados americanos en la zona, que las llamaron “french fries”: papas a la francesa.

Pero un estudio quiso cuestionar el origen de las papas belgas, pues según varios historiadores, las papas no llegaron a la región de Bélgica hasta 1739.

Por otro lado, el origen francés es sencillo, pero especial. Según comentan los franceses, las papas surgieron en las calles de París a finales del siglo XVIII, cuando los vendedores de comida vendían estas simples papas al borde del río Sena.

A pesar de su delicioso sabor, muchos nutricionistas han comentado sobre las limitaciones que debemos tener frente a su consumo. Al cargar tanta grasa y sal, las papas fritas generalmente están relacionadas con enfermedades mortales como la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Aún así, es uno de los platos que es más comido en todo el mundo, con 7 de cada 10 personas considerandon apto el acompañamiento de papas a un plato principal.