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Francisca Lachapel: sus inicios como vendedora de ollas en las calles de Nueva York
Antes de convertirse en una famosa presentadora de televisión, actriz y comediante, Francisca Lachapel trabajó como vendedora de ollas en Nueva York, Estados Unidos. La celebridad pasó hambre y momentos muy duros que marcaron su vida, sin embargo, supo salir adelante y triunfó en Nuestra Belleza Latina y ahora es una de las caras más famosas de Univision.
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La vida de Francisca Lachapel es un ejemplo de lucha y superación. La famosa conductora creció en su natal República Dominicana donde vivió una situación económica y familiar muy difícil. Esto la llevó a tomar la decisión de dejar atrás su país de origen y a los 20 años viajó a Estados Unidos para empezar una nueva vida sola y cumplir sus sueños.
Antes de convertirse en una famosa presentadora de televisión, actriz y comediante, Francisca Lachapel trabajó como vendedora de ollas en Nueva York, Estados Unidos. La celebridad pasó hambre y momentos muy duros que marcaron su vida, sin embargo, supo salir adelante y triunfó en Nuestra Belleza Latina y ahora es una de las caras más famosas de Univision.
El pasado lunes 8 de noviembre, Francisca Lachapel regresó a Nueva York, al mismo lugar, casi una década después, para vender ollas a los transeúntes y todo por una buena causa: ayudar económicamente a una televidente. El momento la conmovió tanto que la dominicana recordó aquellos tiempos en los que no era conocida y paraba en las calles.
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CUANDO FRANCISCA LACHAPEL VENÍA OLLAS EN NUEVA YORK PARA SOBREVIVIR
Antes de triunfar en Nuestra Belleza Latina y convertirse en una de las caras más famosas de Univision, Francisca Lachapel trabajó como vendedora de ollas en Nueva York, lugar al que regresó de la mano del programa “Despierta América” (Univision) para recaudar dinero para un televidente que lo necesita.
“Aquí en esta misma calle muchos de ustedes seguro me vieron, ahí yo ponía mi puestecito y vendía mis ollas”, comentó emocionada la famosa conductora desde Nueva York, lugar al que regresó a vender ollas como lo hizo en sus inicios.
“Llegué un 28 de agosto del 2010 y esto por mucho tiempo llevó comidita pa mi estómago. El día de hoy vamos a estar en este mismo lugar donde yo vendía ollas pero vendiendo ollas para una buena causa”, recordó.
Como en los viejos tiempos, Francisca Lachapel armó en la calle su puesto de ollas con la ayuda de su compañero Raúl González para comenzar a venderlas a los transeúntes que pasaban por esa calle, recordando así sus primeros años en Estados Unidos.
“Son demasiadas emociones en este momento”, admitió Francisca. “Mi corazón siente alegría, siente también nostalgia, mucha nostalgia. Me acuerdo de esta muchachita que andaba desde esa esquina hasta allá tratando de parar a la gente para que me diera el número de teléfono para yo ir a su casa a vender esa ollita. Me siento tan agradecida y tan bendecida porque mi Diosito me dio la oportunidad de hoy cumplir y vivir mi más grande sueño”, comentó.
“No les puedo explicar cómo me siento, llegan tantas memorias a mi cabeza. Aquí en esta misma equinita fui feliz, me reí, también lloré, me paré muchas veces con hambre, entonces regresar no tiene precio para mí”, agregó viviblemente emocionada.
. “Fueron unos momentos muy duros porque yo estaba sola. Yo pasé hambre. Lo puedo decir en un país de tanta abundancia que la gente dice que no. Yo duré un año completo con mi maleta exactamente como yo la traje de Santo Domingo porque yo no podía desmontarme en ningún lugar porque yo no sabía en el momento que me iba a ir de ahí porque no tenía dinero a veces para pagar”, llegó a contar entre lágrimas en su momento
Durante su audición en “Nuestra Belleza Latina”, el exitoso programa de telerrealidad de Univision que vio nacer su exitosa carrera en en 2015, Francisca Lachapel comentó los momentos difíciles que vivió cuando recién llegó a Estados Unidos tras dejar su natal República Dominicana.
“Fueron unos momentos muy duros porque yo estaba sola. Yo pasé hambre. Lo puedo decir en un país de tanta abundancia que la gente dice que no. Yo duré un año completo con mi maleta exactamente como yo la traje de Santo Domingo porque yo no podía desmontarme en ningún lugar porque yo no sabía en el momento que me iba a ir de ahí porque no tenía dinero a veces para pagar”, confesó entre lágrimas en aquel momento.
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