La fama que envolvía a Steve Jobs era, entre otras, que no solía quedarse callado. No era su estilo y si tenía algo que decir y estaba a su alcance hacerlo, pues lo hacía y ya. Las cosas que tenía que decir, a su vez, casi siempre iban cargadas de motivos correctos.
No escapó nada a su vista, ni las películas de Marvel que muchos fanáticos adoran y consideran ‘obras maestras’. El fundador de Apple tenía críticas encontradas con una película de Marvel, en específico la de Iron Man 2.
Cuando llevó a su hijo Reed, de 9 años por aquel entonces, se disgustó tanto con la película que hizo lo que no cualquier mortal puede hacer cuando sale del cine disgustado: llamó a Bob Iger al día siguiente, el CEO de Disney, para darle su sincera opinión.
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Según el libro publicado por el mismo Iger, ‘Lecciones de liderazgo creativo: Mi gran aventura al frente de la empresa que ha convertido la magia en realidad’, Jobs le dijo literalmente: “La película es una mierda”.
Jobs tenía el derecho de hacerlo, además. Después de que Disney compró Pixar, el directivo formó parte del consejo de administración, además de ser amigos.
“No era una obra maestra, pero no podía permitir que Steve pensara que siempre tiene la razón”, pensó Iger, así que le respondió con la cifra de recaudación de la primera semana de la primera película y de la que vio Jobs: 98,6 millones de Iron Man y 128 millones de dólares de Iron Man 2. Y ahí se zanjó la discusión.
Muy a pesar de la crítica que haya tenido Jobs sobre esta cinta, no es un dato menospreciable que Iron Man 2 hizo posible el desarrollo del Universo Cinematográfico de Marvel tal y como lo conocemos ahora, que le ha dado a las arcas del estudio un gran activo en verde.