‘La Monja 2′: Descubre los nuevos sustos que carga la secuela [RESEÑA]

Los eventos ocurren en la Francia de los años 50. Tras los eventos de la primera “La Monja”, la hermana Irene (Taissa Farmiga) desea descansar. Ha ingresado a un convento junto a otras monjas, y desea rehacer su vida tras haber escapado de su última confrontación con el demonio Valak (Bonnie Aarons). Aunque desea alejarse del mundo de los espíritus, deberá volver a tratar estos dilemas, una vez que una serie de perturbadoras muertes a figuras religiosa la lleven a investigar sobre la posibilidad de un demonio acechando una escuela.

La cinta entra en territorio familiar con esta entrega, volviendo a utilizar aquella iconografía que resultó tan llamativa en la primera entrega. La unión entre imágenes católicas y escenas de suspenso vuelven a ser aprovechadas en esta cinta. Aunque la mayoría ocurre dentro de un internado, causando cierta sensación claustrofóbica, lo que ayuda a incrementar el ambiente tétrico. Al filmar varias de las escenas de susto en la noche, ayudan a que la sensación de terror llegué a calar más a fondo en la audiencia.

Aún así, parece caer en el pecado de varias secuelas, que es el hecho de expandir más de lo debido. Es comprensible que las secuelas quieran añadir elementos más complejos a sus historias, para diferenciarse de sus primeras partes. Pero aquí parece querer llegar a una historia más complicada; sin pensar que tal vez conllevaría que la historia se dificulte cuanto más nuevas entradas en la franquicia surjan. También se debe recalcar que por cuestiones del guion, algunas escenas que en teoría debieron de asustar, por la pobre elección dramática llegaron a causar más de una sonrisa accidental en las audiencias.

Es una entrada apta, pero es probable que para la próxima entrega se requiera nuevamente la presencia de los Warren.