‘365 DNI’: La película de Netflix que romantiza el secuestro, el sometimiento sexual y a la mafia [SPOILER ALERT]

Anna Maria Sieklucka (Laura) y Michele Morrone (Massimo) son los protagonistas de este drama basado en la novela homónima escrita por Blanca Lipinska. Massimo es un mafioso de Sicilia, heredero de una tradición sanguinaria que le explota en la cara cuando matan a su padre, y él resulta herido de gravedad. Fue en ese momento que imaginó a una bella mujer que se llamaría Laura. Esa imagen lo deslumbró y, según dice, su rostro lo acompañó hasta en los momentos más agónicos que tuvo. Cinco años después, Massimo regresa a la acción y va en busca de esa mujer que lo fascinó. ¿Romántico? Hasta aquí, claro que sí. Dos bellos protagonistas a punto de encontrarse. Pero Massimo no va por la conquista y la seducción. Decide secuestrarla. En otras palabras, le restringe su libertad para cumplir con el deseo de ser ‘amado'. O de cogérsela, simplemente.

El mafioso está obsesionado con Laura, y con ese toque de caballerosidad que en ocasiones tiene le da un plazo de 365 días para enamorarse de él. Le quita el celular, la laptop, la deja incomunicada, y la tiene como una muñeca en una jaula llena de lujos. Se debería pensar que este hombre que luego Laura diría que esculpió Dios y que el diablo le diseñó el pene (o algo así) es simplemente irresistible. En poco tiempo, Laura se siente atraída por Massimo, y le concede todo.

Los juegos sexuales de Massimo antes de estar con Laura revelan el reto psicológico para una mujer que hasta antes del secuestro parecía empoderada y segura de sí misma. Pero el amor (o el sexo desenfrenado que no tuvo jamás con su expareja) la transforman en una fiel amante.

Que un capo de la mafia te someta pero te llene de regalos no es un cuento de hadas, pero al parecer para muchos espectadores, ‘365 DNI’ es una verdadera historia de amor, donde los dos protagonistas deben alcanzar la plenitud en el matrimonio, algo que no pasa al menos en esta entrega.

Tal y como ocurre con las ‘narcoseries', donde el capo de la droga es guapísimo y espléndido, en esta película tenemos a un mafioso que posiblemente se gana el cariño de ‘Laura’ y de los que están viendo el filme.

Las escenas de sexo están relativamente bien logradas, aunque no se entiende cómo diablos nace el amor cuando la pareja -al parecer- se compenetra sexualmente sin llegar a conocerse. Es posible que el amor no necesite explicaciones, así de contradictorias son las relaciones humanas.

Despertar juntos, cenar juntos, mirar el mar juntos. ¿Así se construye el amor? Sí, y no. Cada uno lo sabrá. Pero no olvidemos que esto empieza a partir de un secuestro. Y que Laura acaba por aceptar que la mafia puede ser como cualquier trabajo, un estilo de vida.

Sobre las actuaciones, ambos son bellos, pero no grandes actores. La carga dramática se opaca por la falta de histrionismo de ambos.

Más que amor podría ser atracción, pero las frases de ‘Te Amo’ en boca de ambos emergen rápidamente. Hay conexión física, poderosa, devastadora. Algunos consideran que la ficción da estas licencias, y que en la vida real, no va, simplemente no va. Ojalá así lo tengan claro todos los que ven (vimos) esta película.