El epidemiólogo Luis Suárez es parte del Comando Vacuna. (FOTO: Anthony Niño de Guzmán).
El epidemiólogo Luis Suárez es parte del Comando Vacuna. (FOTO: Anthony Niño de Guzmán).

¿Por qué unas personas están sanas y otras no? Luis Suárez busca la respuesta desde la curiosidad y la vocación de servicio. Fue boy scout en el colegio y voluntario de la Cruz Roja en la universidad. Y tuvo una figura que ejerció influencia: el tío Antonio Ognio, médico que, además, le heredó libros para su formación. Son los cimientos para entender los porqués del epidemiólogo .

En Moyobamba de las últimas décadas del siglo pasado tuvo un encuentro frontal con los problemas de la salud en el Perú. Extrema pobreza, el terremoto de 1990 y la primera epidemia de dengue en San Martín. Así se formó. Pasó el tiempo y volvió a la costa a buscar trabajo, y lo recibió la epidemia del cólera. Su primera labor en el Ministerio de Salud fue ser parte de la Comisión Nacional del Cólera. Las responsabilidades crecieron. Fue director nacional de Epidemiología durante la epidemia H1N1 en 2009. Y hoy conforma el Comando Vacuna, grupo que viene apoyando al Estado con las gestiones para adquirir y planificar la vacuna contra el .

Es paradójico. Vivimos una tragedia global, pero para un epidemiólogo es el momento esperado. Aunque para el doctor Luis Suárez no tanto. En 2018, se alejó de la salud pública y se dedicó a formar a los futuros epidemiólogos. Y ahora se da la , cuando ya no está en el núcleo de salud, en el frente, como hubiera preferido. “Es una de las frustraciones más grandes de mi vida. Me preparé 30 años para ayudar al país en una emergencia sanitaria”, lamenta. Pero ser parte del Comando Vacuna es una forma de volver.

MIRA: Juan Quispe: “Trato de narrar la historia de forma más divertida, más viva”

-Al día de hoy (lunes), ¿qué se sabe de la vacuna?

Se está formando una gran alianza entre la OMS, la Fundación de Bill y Melinda Gates, el Fondo Global y otras organizaciones. La idea es trabajar para el acceso equitativo de las vacunas contra el COVID-19 para países de muy bajos y medianos ingresos.

-¿Perú dónde se ubica?

En medianos ingresos. Perú normalmente compra vacunas a través del Fondo Rotatorio, que es administrado por la Organización Panamericana de la Salud, que es intermediario con los laboratorios para la adquisición de vacunas. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que el Perú pueda comprar directamente a un laboratorio productor, es un camino legal.

-¿Y qué avances hay?

En Chile y Brasil se están iniciando estudios en fase 3 de la vacuna SinoVac de China. Es la última fase de investigación. Y sabemos que la Universidad Peruana Cayetano Heredia está en conversaciones con otra empresa china para evaluar otra vacuna. Y sé que hay dos grupos más de investigación peruanos.

-Usted dijo que la vacuna podría estar lista para el primer trimestre de 2020, pero su compañero del Comando Vacuna, Raúl Delgado, dijo que sería para fines de este año. ¿Qué fecha es más probable?

Se dice que es posible que China comience a vacunar muy pronto, al próximo mes. Cada país tiene legislaciones diferentes. Nuestro país es muy exigente en cuanto a las vacunas. Perú compra vacunas que estén certificadas por la OMS. Entonces, puede ser que esté lista una vacuna, pero el proceso de certificación de la OMS puede demorar unos meses más. Algunos países podrán aceptar las vacunas en determinadas condiciones y otros no. De los ensayos clínicos fase 3, que son los de efectividad, el primero que terminará es Astrazeneca; si tiene resultados positivos, empieza la producción de la vacuna. Pero esta producción es progresiva y llegará a los países de manera progresiva. Yo estoy viendo y coordinando con el Ministerio de Salud para identificar cuáles serán los grupos prioritarios a vacunar. En una primera remesa de vacunas, probablemente priorizaremos a las personas mayores de 60 años, a los trabajadores de salud, fuerzas policiales, poblaciones indígenas. También debemos hacer una evaluación de todo lo que se necesita, como la cadena de frío, el personal suficiente y capacitado, financiamiento, insumos, etc. A mí me toca planificar todo eso.

-Siendo realistas, ¿para qué fecha podemos estimar que tendremos la vacuna?

Yo me baso en la experiencia de 2009: la epidemia empezó en abril de ese año y la vacuna comenzó a repartirse en el mundo en febrero de 2010; al Perú llegó entre abril y mayo. Una cosa es tener la vacuna lista y otra tener la producción lista para el mundo. Ahora, vamos a tener varias vacunas, son varios los laboratorios que están en carrera y probablemente para principio del próximo año tengamos ya varias vacunas. Los más adelantados son los ingleses, Astrazeneca con la Universidad de Oxford, y los chinos de SinoVac. Aunque pueden haber sorpresas. Es inédita en el mundo la cantidad de laboratorios que están trabajando para tener la vacuna.

-La vacuna será gratuita.

El Perú comprará la vacuna y será gratuita.

-¿Privadamente también se podrá adquirir?

Puede ser que los laboratorios vendan la vacuna, como es ahora. Pero Astrazeneca ha dicho que lo que produzcan será a través de alianzas globales, para que llegue equitativamente a la población.

-Si ocurre que privados también venden la vacuna, ¿cómo debe proceder el Estado?

También se puede legislar. Por ejemplo, solo el Ministerio de Salud provee gratuitamente tratamientos para la tuberculosis.

-¿Se debería legislar de igual forma en la vacuna contra el COVID-19?

Es difícil. Ya hemos visto todo el problema que hubo con los medicamentos que debieron estar sujetos a algún tipo de control más estricto. Debería haber alguna regulación y, sobre todo, mucha información.

MIRA: Stephanie Cayo: “Sigo siendo la niña de ‘Travesuras del corazón’”

-Una vez que tengamos la vacuna, ¿el proceso para que toda la población esté vacunada cuánto tardará?

Primero que no sabemos cuántas vacunas habrán disponibles en el mundo. No creo que se pueda atender a todos los países para vacunar a toda su población. Lo más probable es que recibamos una cantidad para vacunar a los grupos prioritarios. Yo estimo que el primer año de vacunación vamos a vacunar a la tercera parte de la población.

-Esta crisis sanitaria no acabará con el descubrimiento de la vacuna sino cuando toda la población esté vacunada.

El primer objetivo es vacunar a los que tienen mayor riesgo. El segundo objetivo es reducir la transmisión y el número total de casos, y el tercer objetivo es erradicar la enfermedad. El problema es que eso no se logra el primer año, va a requerirse de repente varios años vacunando. Con el H1N1 el primer año se vacunó a más o menos 10 millones de peruanos.

-Realmente hemos entrado en una nueva normalidad que, por lo menos, durará hasta el 2022.

O más quizás. Otra cosa, ninguna vacuna es 100% efectiva. Las mejores vacunas están en un rango de 85% a 90% de efectividad. La esperanza se conoce como inmunidad de rebaño, que llegando a una cobertura más o menos del 70% de la población, la enfermedad deja de transmitirse.

-Es importante ser conscientes de que vamos a vivir en distanciamiento social y con los cuidados de protección bastante tiempo.

Así es, con seguridad. Y, más bien, hay que evitar lo que ya está pasando en otros países, que la gente se cansa, se aburre, ya no quiere usar mascarillas, quieren reunirse, armar fiestas. Acá hay trabajo para psicólogos, sociólogos, antropólogos que nos ayuden a modificar comportamientos, a lograr entender el riesgo.

-¿Existe la posibilidad de que conforme pase el tiempo, el virus pierda carga viral?

Hasta ahora no hay ningún signo de debilidad del virus.

MIRA: Sergio Rincón, CEO de Backus: “El desafío es lograr que la gente aprenda a tomar cerveza”

-Científicos sostienen que el virus se propaga de forma aérea en ambientes cerrados. ¿Es cierto?

Cualquier virus respiratorio se facilita su transmisión en un ambiente cerrado, donde una persona está tosiendo y carga cada vez más el ambiente. La ventilación es súper importante, los ambientes deben estar bien ventilados.

-Otro tema que se debate mucho es el uso de mascarillas. Hay médicos que dicen que las mascarillas desechables no protegen, que las mascarillas de tela que se venden por todos lados como parte de emprendimientos personales tienen un uso limitado. ¿Qué mascarillas funcionan y qué mascarillas no?

La protección es una combinación de estrategias. La primera y más importante es la distancia entre las personas. Si mantengo una distancia de dos metros o más, el riesgo disminuye tremendamente. Segundo, el tiempo: si paso mucho tiempo en aglomeración de gente, la probabilidad aumenta. El tercer factor es el número de personas con las que tengo contacto: si salgo, me paro en la esquina a conversar con un amigo, después voy a una tienda, luego al banco y finalmente al mercado, crece el riesgo. A mayor número de personas con las que entro en contacto, la probabilidad de infección es mayor. Luego viene la protección física. Recordemos que el virus entra por la boca, la nariz y por la conjuntiva ocular. La probabilidad de que me infecte va a depender del cumplimiento de todas esas medidas. Si no salgo de mi casa, tengo la mayor protección. No quiere decir que porque tengo mascarilla, lo demás no lo cumplo; ese es uno de los errores.

-¿Y qué mascarilla es la más segura?

Si todos tuviéramos N95, tenemos la más segura; incluso, tiene una protección del 95%. Pero la mascarilla no es un escudo antibalas, es un elemento más de bioseguridad. Si la mascarilla la uso mal, la tengo por debajo de la nariz o se me ha humedecido con la saliva, reduce su protección. O si uso la mascarilla por demasiado tiempo, de manera continua, también disminuirá su efectividad. Cualquier mascarilla va a proteger si la uso bien. Un momento importante, por ejemplo, es cuando te sacas la mascarilla: si la tocas por delante, estoy contaminando mi mano con los virus, lo mismo con el protector facial.

-Las desechables son de un solo uso y las de tela deben lavarse después de cada uso. ¿Es así?

Exactamente.

-Usted ha pasado por el cólera, la influenza H1N1. ¿Imaginó una pandemia así?

Sabíamos que la pandemia de la influenza ocurría tres veces por siglo, como pasó en 1918, 1957 y 1968. Sabíamos que había riesgo de pandemia. En la época que fui director nacional de Epidemiología, empezamos a preparar un plan de respuesta frente a una pandemia. El primer plan fue en 2005 y desde ese año, cada tres a cuatro años se actualizó el plan. El último plan fue del 2014, y este considera la posibilidad de una pandemia por coronavirus. Sin embargo, ningún país del mundo había pensado en una estrategia de confinamiento total frente a una pandemia. Ha sido mucho más grande de lo que esperábamos. Esta pandemia es una catástrofe mundial. El número de muertes diarias no bajan de 100 en la mayoría de los países, lo que es como si todos los días se estrellara un avión de 100 pasajeros en cada país. La magnitud de las muertes es increíble.

-Pero para un epidemiólogo, este es el momento ideal.

Trato de ayudar de la manera que pueda. Quisiera poder hacer más.

AUTOFICHA:

- “Tengo tres nombres: Luis Antonio Nicolás. Los apellidos son Suárez Ognio. Mi bisabuelo fue un inmigrante italiano que llegó a Ica. Yo nací en Lima, pero fue por accidente. Nací y al mes ya estaba en Ica. Estudié Medicina en la Universidad San Luis Gonzaga de Ica”.

- “Después hice la especialización en Epidemiología de campo en la universidad Cayetano Heredia, donde también hice una maestría en Salud Pública y Salud Global. En Japón estuve en 1995 e hice un post grado en control de enfermedades infecciosas”.

- “Actualmente, soy coordinador de Salud Pública y de Investigación en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Dentro de los cursos que dicto está el de epidemiología. Y en el Comando Vacuna estoy por invitación especial y estamos en contacto con el Ministerio de Salud para apoyarlos”.

ESTE VIDEO TE PUEDE INTERESAR

India se convierte en el tercer país en número de casos de coronavirus. (AFP).

TE PUEDE INTERESAR