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Redacción PERÚ21

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Fernando Maestre, Opina.21Uno de los problemas que con más frecuencia escucho es la insatisfacción en las parejas. La queja se centra en la sensación de que lo que imaginaron antes de casarse, como un huracán pasional, termina siendo una leve brisa. ¿Acaso los que se casan están tan enamorados que son ciegos a las fluctuaciones del deseo en la vida de pareja? Es parcialmente cierto que la ilusión de enamorados no coincide con la realidad de la vida marital, sobre todo tras cuatro años de convivencia. Otro factor es que en el encuentro sexual hay un impulso secreto por descubrir algo novedoso, anhelo que solo se logra al inicio de la vida de pareja pues, con los años, la rutina y la poca imaginación pueden conducir al aburrimiento y a dejarse llevar por la tentación. No olvide que mientras la sexualidad del hombre se reduce a los placeres del genital –el pene–, la mujer tiene varias zonas que le dan diversos placeres: el clítoris, la vagina, los pechos y, en la maternidad, la lactancia, el vínculo con el bebé. Por ello, se recomienda aceptar el principio: más vale conservar lo bueno conocido que lo excelso por conocer.