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Redacción PERÚ21

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No es un mito: hay hombres que rinden 'tres al hilo'. Afortunadas, entonces, aquellas mujeres que tienen un tigre en el cuadrilátero del amor, un Jonathan Maicelo del catre. Fisiológicamente, es posible lograr tal hazaña sexual, pero poco frecuente. Lo que sí resulta habitual es subir al ring de las cuatro perillas y tirar la toalla al fin del primer round. Eso nos pasa a muchos hombres. Y mejor no contamos cuánto tiempo duramos, si derribamos al adversario o si caemos por K.O. La verdad es que, después de la primera descarga, se acabó la velada. A cerrar el coliseo. ¿Y la mujer? Bien, gracias.

Según la ciencia médica, todos los hombres necesitamos un tiempo prudente para alcanzar una nueva erección después de eyacular y experimentar el orgasmo, lo cual se conoce como periodo refractario. En este lapso, el hombre recupera la capacidad de vasodilatación de la zona genital. ¿Existe un tiempo estándar válido para todos? No. Un joven está listo para la acción en pocos minutos, mientras que un hombre de 50 años quizás necesite algunas horas. En un adulto mayor, esto puede tardar más de un día.

Sin embargo, hay mujeres que ignoran este hecho fisiológico. "¡Quiero otro!". "¿Ya estás?". "Apúrate". Son algunas frases poco favorables en este espacio de reposo. Paciencia, chicas, pues en este momento cualquier reclamo airado puede ser improductivo, y hasta molesto, ya que el pene –además de reducido– queda muy sensible. Pero la erección puede recuperarse con un poquito de ayuda: besos y caricias suaves en la zona genital son muy útiles para encender el deseo. Puro cariño y un poco de audacia, pues.

Ahora bien, el problema ocurre cuando, en hombres jóvenes, este periodo refractario se hace frecuente o dura más de la cuenta, a tal punto de perjudicar la vida sexual de la pareja. Peor aun cuando el primer coito duró muy poco y no resultó satisfactorio para la mujer. Según Luis Lavander, urólogo de la clínica Ricardo Palma, la incapacidad para lograr una segunda erección lo suficientemente sólida está determinada por varios factores. "La edad avanzada es uno de ellos pues implica una menor segregación de testosterona. Pero en hombres jóvenes influyen también el estrés, la rutina y el estado anímico", apunta el especialista.

SOLUCIONES A LA VISTAPor su parte, Carlos Alberto Chaparro, terapeuta especializado en 'coaching' sexual, considera que el hombre debe adquirir disciplina para dominar sus energías sexuales. "Muchos alumnos míos me cuentan que eyaculan muy rápido y que no llegan al segundo asalto. Solo se preocupan en descargar todo el estrés, lo cual es frustrante para ambos. Por eso, hay que hacer ejercicio, aprender a respirar, masajear a la mujer, explorar, dialogar, compartir, jugar. Ambos deben averiguar qué les gusta y ser tolerantes mutuamente", dice.

Es un asunto de dos, sin duda. "Si no hay un buen estímulo por parte del ser amado, nada funcionará", indica Lavander. También considera que la práctica constante de relaciones sexuales es una forma de potenciar el rendimiento, siempre y cuando exista la voluntad para mejorar. Sin presiones. Ni propias ni ajenas. Al fin y al cabo, ¿qué importa más: calidad o cantidad? Si el primer round es prolongado, profundo, divertido y ambos terminan tan exhaustos y satisfechos que hasta piden 'tiempo fuera', el segundo tal vez no sea necesario.

TENGA EN CUENTA

- Los problemas que empiezan en la cama pueden afectar otras esferas. Separaciones, divorcios e infidelidades son provocadas por un mal entendimiento sexual.

- Según el terapeuta Carlos Chaparro, el hombre y la mujer entran con frecuencia al 'ring' totalmente desinformados. Ni la mujer conoce bien su propio cuerpo ni el hombre el suyo.